La ola de violencia en Veracruz deja irreconocible a muchas víctimas; sus cuerpos no son reclamados.
AVC/Miguel Ángel Contreras Mauss
Córdoba, Ver.
Casi 521 cadáveres permanecen en el anonimato, abandonados en fosas comunes improvisadas por la Fiscalía General del Estado (FGE), en espera de que alguien los reclame.
A ellos nadie les llora, lleva flores, les ofrece una oración y honra pues carecen de identificación.
En su mayoría perdieron la vida a consecuencia de la violencia generalizada por los cárteles de la droga que operan y buscan el control del estado de Veracruz.
Huatusco, 8 descuartizados
El 3 de junio de 2016, a unas horas de llevarse a cabo el proceso electoral para la renovación de la gubernatura de Veracruz, en la comunidad de Coscontla, perteneciente al municipio de Huatusco, aparecieron embolsados y descuartizados, los cuerpos de ocho personas.
Entre las víctimas, que en su momento fueron ocultadas por las autoridades, se encuentran dos mujeres.
A un año de su hallazgo, los restos siguen en la fosa común de esta ciudad, en espera de que algún familiar los reclame, aunque se augura casi imposible.
En 13 años, 521 víctimas no identificadas
Datos oficiales de la Fiscalía General del Estado (FGE) proporcionados vía Ley de Transparencia, con folio 00939917, registrado bajo el expediente SOL-AI/FGE/Infomex/342/2072, indican que en los últimos 13 años-del 2005 a julio 2017-, en fosas comunes hay 462 hombres y 59 mujeres, no reconocidos.
De ese total, 78 -71 hombres y 7 mujeres- corresponden a la Fiscalía Regional zona Centro, que abarca Córdoba y Orizaba.
Tan sólo en los primeros seis meses del 2017, suman 12 cuerpos enviados a las fosas comunes debido a que nadie los ha reclamado.
Las autoridades, mantienen una recolección de ADN, sin embargo, hasta el momento no ha dado frutos para poder identificar a quienes murieron sin que algún familiar pudiera darles cristiana sepultura.
