OMAR VÁZQUEZ VALENCIA
Hidalgotitlán, Ver.
Poco antes del mediodía comenzó el último adiós, un ataúd oscuro salía del hogar de Santana Cruz Bahena y fue introducido a su camioneta gris cuatro puertas.
El féretro fue resguardado por el tumulto que comenzó el recorrido por las calles de Hidalgotitlán, gritos como ¡arriba Santana! ¡Queremos justicia! Santana, amigo, el pueblo está contigo! Eran las consignas lanzadas al aire por decenas y decenas de personas que acompañaron en su último viaje al presidente electo asesinado la tarde del lunes.
Aquellos que por alguna u otra razón no lograron unirse a la caminata, se asomaban por sus ventanas o puertas mientras que la banda interpretaba “Las golondrinas”, desatando aún más el llanto de quienes paso a paso recorrían junto con Santana Cruz la travesía.
“Se fue nuestro presidente, queremos justicia por Santana porque va a estar vivo siempre en nuestros corazones, ¡Dios mío! Dale fuerza a sus hijos”, gritaba una mujer de vestimenta humilde que portando un mandil rojo con blanco acompañaba de cerca sobre la batea de la camioneta el ataúd el cual contemplaba con llanto en los ojos.
“Otro como tú nunca tendremos viejo”, expresaba uno de los asistentes mientras se despedía del féretro, junto con familias enteras que salían a las calles para dar el último adiós al que dijeron fue “el amigo del pueblo”.
Bajo una lluvia de aplausos y su inseparable sombrero blanco, descendieron el ataúd de Santana Cruz que primeramente llegó al rancho “Loma de Santanita”, allí se realizó un homenaje de cuerpo presente donde las consignas no se dejaron esperar.
¡El pueblo está de luto! se escuchaba entre los presentes. ¡Arriba el patrón! Decían otros más entre el estallido de cohetes y el sonar ininterrumpido de una banda que originalmente tenía que hacer su presentación el día del asesinato de Santana Cruz Bahena.
Canciones como “El Rey” fueron detonantes de llanto y coros confundidos con el dolor que envolvió a quienes llevaron hasta su última morada al también ex priista.
Y es que hombres, mujeres y niños caminaron por varios kilómetros, hasta la interrupción de un hombre que en pleno acto en el rancho “Santanita” refirió que en Hidalgotitlán no tienen miedo, sin embargo sí mucho coraje por el asesinato del “patrón”.
“Tenemos coraje por lo que le hicieron, le pido al pueblo que nos unamos y cuidemos de la familia de Santana porque siempre va a estar con nosotros”, remató el vecino entre las voces de ¡arriba Santana! suspendido por la intervención de una joven identificada como su hija y la cual refirió: “Gracias por el apoyo que siempre le brindaron, fue un gran hombre y lo mataron por eso, solo así lo pudieron quitar del camino, yo sé que él allá arriba está alegre”.
“Y recuerden mi padre no ha muerto, porque vive en los corazones de cada uno de ustedes y está en las obras que hizo y las que dejó veremos cómo hacer para que se cumplan, él era un hombre “chingón” solo así lo pudieron tirar de la manera más cobarde porque le faltó valor al que mató a mi padre”.
Oraciones y consignas, llanto y recuerdos, tristeza y nostalgia, en resumen sentimientos encontrados fue lo percibido en el cortejo fúnebre del controversial político y quien sería por segunda vez alcalde de Hidalgotitlán.
El cuerpo de Santana Cruz Bahena fue llevado a la localidad de Primero de Mayo, un poblado ubicado a unas dos horas donde el escenario se recrudeció por la partida del “amigo del pueblo”.
TRASCIENDE VIDEO DE SICARIOS
En redes sociales circulaba el video de los presuntos sicarios que en varias camionetas particulares y otras similares a las del “mixto rural” transitaban por calles del poblado momentos antes del asesinato.
En primer plano un terreno junto con material para construcción, tratándose de imágenes probablemente captadas desde una puerta con una serie de voces al fondo donde se dicen sorprendidos por la “caravana”.
En un minuto y medio que tarda la filmación realizada con celular, se contabilizaron un total de 13 camionetas de redila, batea e incluso acompañados de un auto compacto.
Hasta ese momento todo era confusión, quizá nadie en el pueblo sabía de lo que se aproximaba y mucho menos la redada contra de Santana Cruz, la que terminó con 8 balazos en su cuerpo ejercidos por un solo hombre de los 100 que dicen los vecinos llegaron a su casa de la calle José Azueta de la colonia Centro.
Es así como se cierra un capítulo en la historia de Hidalgotitlán, para dar apertura a un nuevo panorama que bien pudiera dejar escenarios de venganza por la muerte de aquel hombre del sombrero blanco, las botas de piel, pantalón y camisa vaquera acompañada de sobresaliente cinturón al que hasta el final llamaron “el patrón”.
