23 de Abril de 2024

Gana el 'No' en Escocia; perdura el Reino Unido

Se impuso el rechazo a la separación con 55.42% de los votos frente a 44.58% del “sí”. Los partidarios de la independencia reconocieron su derrota

EDIMBURGO

Escocia rechazó la independencia y seguirá en Reino Unido, un resultado que causará alivio en Londres, según los resultados divulgados hoy.

 

Con los votos escrutados de 31 de las 32 circunscripciones, el “no” a la independencia de Escocia ganó con 55.42% de los votos frente a 44.58% obtenido por los independentistas.

La capital de Escocia, Edimburgo, rechazó la independencia con 194,638 votos en contra, frente a 123,927 a favor, lo que consolidó la victoria del “no” en el referéndum.

De un electorado de 378,012 personas, hubo una participación de 85%, en torno a la media nacional, con 61.10% de apoyo al “no” y 38.9% de apoyo al “sí”.

Se contabilizaron 1’737,464 votos a favor del “no” y 1’398,540 a favor del “sí”, y el independentismo solamente ganó cuatro distritos electorales: Glasgow, Dundee, North Lanarkshire y West Dunbartonshire.

El líder del campo del “sí”, Alex Salmond, que viajó en avión privado desde Aberdeen a Edimburgo, había tuiteado: “Bien hecho Glasgow (...) y los escoceses por este apoyo increíble”.

Más tarde, Salmond reconoció la derrota y dijo que aceptaba “el veredicto” del pueblo escocés, al tiempo que instó a hacer lo mismo a los partidarios del “sí”.

Por su parte, el primer ministro británico, David Cameron, también dijo en su página oficial de Twitter: “Hablé con Alistair Darling (jefe de la campaña del “no”) y lo felicité por la buena campaña”.

La victoria del “sí” en la principal ciudad de Escocia, Glasgow, con 53 % de los votos, no fue suficiente para alcanzar al bando favorable a la permanencia en Reino Unido.

La viceministra principal escocesa y número dos del Partido Nacionalista Escocés (SNP), Nicola Sturgeon, reconoció tácitamente la derrota al afirmar que, de confirmarse la victoria del “no”, supondría “una gran decepción personal y política”.

En Glasgow hubo una participación de 75%, de 364,664 censados, por debajo de la media cercana a 85% en toda Escocia.

La participación fue masiva. Un total de 4.3 millones de electores estaban registrados para votar, dentro de una población de 5.3 millones.

Y es que el debate sobre poner punto final o no a 307 años de historia común levantó pasiones.

El temor al impacto económico de la separación, alimentado por el traslado a Londres del domicilio social de bancos como Royal Bank of Scotland en vísperas del referéndum, frenó la opción independentista.

Los compromisos

Se espera que el primer ministro David Cameron se dirija en breve al país para valorar unos resultados que de haber sido los contrarios le podían haber costado la cabeza.

Pero en vísperas del referéndum, David Cameron, conservador, su aliado gubernamental, el liberal Nick Clegg, y el líder de la oposición laborista, Ed Miliband, se comprometieron por escrito a iniciar el proceso de ampliación de competencias.

“Los nuevos poderes extensos serán concedidos por un proceso y un calendario acordado por nuestros tres partidos, empezando el 19 de septiembre”, rezaba el texto.

“Estamos de acuerdo en que Reino Unido existe para garantizar oportunidades y seguridad para todos compartiendo nuestros recursos equitativamente entre las cuatro naciones”, Inglaterra, Irlanda del Norte, Gales y Escocia, continuó el texto.

Miles de escoceses aguardaron los resultados toda la noche frente al Parlamento regional de Holyrood y en los pubs especialmente abiertos para la ocasión, que dejaron de vender alcohol a partir de las 03:00, hora local, para evitar excesos.

“Tendremos que vivir juntos”, dijo conciliador Denis Henderson en Edimburgo, votante del “no”, antes de conocerse los resultados. El triunfo de la independencia hubiera avivado reivindicaciones similares en lugares europeos como Cataluña.

Pese al triunfo del “no” en el referéndum, el líder independentista sale victorioso al haber conseguido más autonomía para Escocia .

EL SÍ

Estas son algunas de las posturas a favor de los independentistas

Petróleo.–  Se negociará un décimo de los ingresos petroleros  de Gran Bretaña –alrededor de mil 600 millones de dólares anuales– para un fondo petrolero similar al que existe en Noruega.

 

La moneda.– El gobierno escocés dice que quiere mantener la libra esterlina como moneda de uso en Escocia, aún si el territorio se separa del resto de Reino Unido.

Negociación.– El gobierno escocés iniciará el proceso de negociación con el resto de Reino Unido. Quieren declarar el “Día de la Independencia” el 24 de marzo de 2016 con las primeras elecciones parlamentarias.

Independientes.–  Escocia pudo ser el primer estado independiente creado en Europa desde la desintegración de Yugoslavia (1991-1999), pero se asemejaría a la partición pactada y pacífica, en 1993, de la entonces Checoslovaquia.

Calidad de vida.–  El primer ministro escocés Alex Salmond dice que los escoceses tendrán una mejor calidad de vida al margen de Reino Unido. El triunfo avivaría reivindicaciones similares en lugares europeos como Cataluña, Flandes, el País Vasco o el Veneto.

EL NO

Algunas de las posturas de los unionistas sobre asuntos prioritarios

Petróleo.–  El “no” sostiene que la explotación ha sido exitosa por los esfuerzos en conjunto y que el respaldo es aún más importante en momentos en que se dificulta extraer las reservas petroleras que quedan.
Moneda.–  El gobierno británico señaló que la  consecuencia de tener que lanzar una nueva moneda, sería la huida de bancos, empresas e inversores.
Negociación.–  Si Escocia sigue dentro de Reino Unido, los partidos unionistas ofrecen transferir más competencias fiscales al Parlamento autonómico.
No Independientes.–  Las empresas temen la inestabilidad que una Escocia independiente puede provocar en sus negocios, ante la incertidumbre de no saber con qué moneda van a contar. 
Daño colateral.–  Un triunfo del “no” tampoco generará un suspiro de alivio, ya que el panorama cambiará como consecuencia de las concesiones prometidas por los partidos británicos, como el mantenimiento de la actual fórmula de distribución de gasto público, que permitiría a Edimburgo seguir disfrutando de un mayor gasto per cápita que Inglaterra.

TAMBIÉN BUSCAN CONSULTA

El Parlamento de Cataluña votará hoy una ley que permita la convocatoria de una consulta soberanista y que el gobierno español ya ha anunciado que la recurrirá ante el Tribunal Constitucional.

La votación, con la que se prevé que salga aprobada la ley de consultas con el apoyo de los partidos nacionalistas catalanes, coincidirá con la publicación de los resultados oficiales del referéndum celebrado ayer  sobre la independencia de Escocia.

El gobierno regional de Cataluña ha propuesto el 9 de noviembre para la celebración de la consulta soberanista, mientras que el Ejecutivo central ha advertido que recurrirá la ley ante la corte constitucional.

El Tribunal Constitucional español tiene previsto celebrar un pleno el martes que viene, día en el que una de sus primeras decisiones, según informaron fuentes del tribunal, podría ser la suspensión de la consulta.

Esa suspensión y la del decreto de convocatoria de la consulta para el 9 de noviembre serán efectivas cuando el Tribunal Constitucional acuerde la admisión a trámite de los recursos, lo que tiene que decidirse en una reunión de los 12 magistrados del tribunal de garantías constitucionales.

El País Vasco

El jefe del gobierno del País Vasco, Iñigo Urkullu, apostó ayer por que la región del norte de España “avance” por el camino de Escocia hacia la independencia.

Urkullu abogó por trabajar para pactar con el Ejecutivo español un referéndum en el País Vasco.

Hoy, cuando se ha demostrado posible que desde la negociación y el acuerdo Escocia decida en libertad su futuro político”, la voluntad del gobierno vasco es “avanzar por este camino”, dijo en la localidad de Azkoitia.

 

Allí defendió “una Europa unida en la diversidad y una Europa que debe convertirse en modelo de una nueva gobernanza basada en el diálogo y el acuerdo, en la soberanía compartida”. El País Vasco es, junto con Cataluña, una de las regiones españolas en las que desde hace décadas existen tensiones independentistas.