24 de Abril de 2024

Duda Razonable

A dos años de Iguala, el fracaso

 

Carlos Puig

 

 

 

La tragedia de Iguala comprime en un solo evento todas las incapacidades, deformaciones estructurales, corruptelas y cálculos políticos de nuestro sistema de justicia.

Enumero solo algunas.

 

José Luis Abarca ya había cometido un asesinato. El voluminoso expediente armado por la fiscalía que incluye cómo la policía de Iguala estaba sometida al crimen organizado estaba en manos de la PGR meses antes del 26 de septiembre de 2014 y era del conocimiento del secretario de Gobernación. ¿Por qué no se hizo nada? ¿Hubo un cálculo político de parte de la Federación?

 

Las primeras investigaciones de la fiscalía del estado, contenidas en expedientes locales, revelaron los sucesos de esa noche. Esa fiscalía consignó a los policías, se encontraron las primeras fosas, se tomaron las primeras declaraciones, se indició a Abarca. Con la llegada de la PGR se desplazó a la fiscalía y se despreció todo el trabajo de los primeros días, los más importantes en cualquier investigación criminal. No solo eso, en algún momento se quiso involucrar a esa fiscalía y a ese gobierno. La cooperación con el gobierno estatal terminó en detrimento de la investigación.

 

Como se mal acostumbra, las averiguaciones previas federales se fragmentaron en varias causas, varios jueces, varios fiscales; complicando la construcción de una narrativa legal coherente. Esto tardó un año en corregirse y en otros casos se sigue haciendo.

 

Una discusión al interior del gobierno sobre la presencia del GIEI detuvo por meses las investigaciones y las búsquedas.

 

La investigación que dio por resultado aquella primera “verdad histórica” se basó, como suele suceder en nuestro sistema, en supuestas confesiones y declaraciones, siempre debatibles. Es hasta ahora, por ejemplo, que se hace el análisis detallado de los celulares que ya apuntan a nuevos presuntos responsables.

 

Solo algunos botones de muestra.

 

Todo eso ha provocado que a la fecha se tenga poca certeza del destino de los estudiantes y no sepamos por qué sucedió lo que sucedió esa noche. El asunto se ha llenado de especulaciones, conspiraciones, teorías, señalamientos. Todo tiene un aroma de verdad, porque la verdad no la sabemos; el Estado, el responsable de la procuración de justicia, tampoco la sabe.

 

No veo que se vaya a resolver muy pronto, ni muy fácil, ni que alguien la vaya a creer.

 

Twitter: @puigcarlos


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