Desde ayer se abre un nuevo ciclo en la vida política y administrativa en el gobierno del estado de Veracruz, en el marco de una toma de protesta del nuevo gobernador constitucional, Miguel Ángel Yunes Linares. Nueva era, porque es la primera vez en la vida democrática de esta entidad, que arriba al poder un candidato de un partido distinto al Partido Revolucionario Institucional. Las expectativas generadas en el discurso de campaña de Yunes Linares fueron muchas, como muchos fueron los votos que lo llevaron al poder, dejando atrás a candidatos respetables como Héctor Yunes o Cuitláhuac García, un político de nuevo cuño, pero abanderado porque hizo su debut con el pie derecho desde las elecciones federales.
Los retos son muchos y el tiempo pareciera ser relativamente poco, para cuando menos sentar las bases de un Veracruz más próspero, donde los presupuestos y los programas de gobierno cumplan con su objetivo. Sin embargo, a pesar de la presencia de Aurelio Nuño, representante del Presidente de la República y los gobernadores panistas y perredistas, no faltó ese “prietito en el arroz”, que se suscitó en el momento que (previamente invitados), los Senadores de la República por Veracruz, Héctor y Pepe Yunes, sufrieron una descortesía, al no habérseles asignado un lugar, por lo que tuvieron que salir del recinto.
A medida que se aproximan las convocatorias de los partidos políticos con registro en la entidad veracruzana para el proceso electoral donde se habrán de elegir los alcaldes de los municipios del estado, se empiezan a asomar las cabezas de quienes consideran que pueden ser favorecidos por los votos ciudadanos. En algunos casos ya se nota una “campaña” franca y en otros, se empiezan a presentar las renuncias a los cargos en la administración pública. Tal es el caso de Saúl Wade, quien fungió como tesorero (y algo más) del municipio de Minatitlán, quien presentó su renuncia aduciendo motivos personales, pero lo más seguro es que estará en la puja para ser el abanderado del partido tricolor.
Por si fuera poco lo que están pasando las familias veracruzanas con el quebranto financiero que dejó la administración anterior, ahora resulta que se anuncia por parte de la federación de los industriales de la masa y la tortilla, que a partir de este mes el precio de ese alimento sufre un incremento. El argumento es el mismo de siempre, que se relaciona con el incremento del precio de la harina, que es la materia prima para la elaboración de la misma.
Otro incremento injusto que se da para concluir este año, es el relacionado con la caseta de cobro que se ubica a la altura del municipio de Acayucan. Este cobro no se justifica, porque se trata de un tramo carretero que siempre está en pésimas condiciones y ha sido la causa de decenas de accidentes que en muchos de los casos han sido trágicos. A menos que se trate de una estrategia para recuperar los cientos de miles de pesos que se han dejado de cobrar por la toma de esos módulos por parte de maestros, campesinos y todo aquel que se le ocurra bloquear, para llevarse unos pesos al bolsillo y no hay nivel de autoridad que sea capaz de aplicar el Estado de Derecho.
