Ahora contra internet
Margarito Escudero Luis
Hasta el día de hoy, internet es la vía de escape inmediata para las tribulaciones de un gran sector ciudadano y la gente acude a internet y las redes sociales porque es totalmente libre, ahí se puede encontrar de todo, es un riesgo, pero también es un gran medio de comunicación directa, inmediata y con una gran cobertura.
Sin embargo la iniciativa de Ley de Telecomunicaciones y Radiodifusión que el presidente Enrique Peña Nieto envió al Senado, plantea algunas limitantes a internet como censurar contenidos, la posibilidad de bloquear la señal durante concentraciones públicas bajo el argumento de la seguridad y que acotan el principio de neutralidad, de acuerdo con especialistas en derechos digitales.
Dice la propuesta de ley, que es por cuestiones de seguridad que se plantea acotar la red de redes, y brinca ahora que el gobierno está siendo duramente cuestionado y criticado a través de internet, dónde se permite la libre expresión, mientras que los demás medios tradicionales, radio, televisión y prensa escrita, están al servicio de los gobernantes.
Pero no han hecho nada para evitar las redes de trata de personas que operan a través de internet, ahí sí, que las víctimas tengan cuidado, que se rasquen con sus uñas, pues.
El activista y abogado especializado en derechos digitales, Luis Fernando García y quien ha llevado el caso de censura en contra del sitio #1DMX, así como el consultor independiente Israel Rosas, consideraron que la atención puesta sobre la regulación a las televisoras y Telmex puede permitir que en el Congreso pasen sin discusión y suficiente análisis la nueva regulación que se propone a internet.
SEGURIDAD EL PRETEXTO
Por ejemplo, el artículo 197, fracción VII, de la iniciativa plantea que la posibilidad que los concesionarios suspendan la red de internet en determinadas áreas y eventos: “Bloquear, inhibir o anular de manera temporal las señales de telecomunicaciones en eventos y lugares críticos para la seguridad pública y nacional a solicitud de las autoridades competentes”.
Debemos pensar que si se llegara a bloquear la red durante una manifestación, atentaría contra el derecho a documentar, tanto de ciudadanos como de periodistas, así como de transmisión; los abusos policiacos en marchas ya no podrían ser denunciados en tiempo real si se aprueba algo así.
Internet es una vía de denuncia ciudadana, se mantenido libre desde su nacimiento y ha dado grandes resultados, solamente los gobierno autoritarios como en Turquía y Venezuela se ha dado la orden de bloquear la señal de internet durante las protestas.
Esto da pie a suponer que si el gobierno quieren poner restricciones a internet, es para poder gozar de impunidad, que no haya nada que cuestiones sus actuares y nada que denuncie sus atropellos.
Los internautas y periodistas que se nutren en la rede, deberán de tener cuidado con el argumento de la seguridad pública, porque bloquear la señal de internet podría impedir que los ciudadanos denuncien, precisamente, abusos policiacos durante concentraciones públicas.
LA CENSURA PRIVATIZADA
El principio de censura puede verse claramente en el artículo 145, fracción III, además que se finca responsabilidad al proveedor sobre lo que haga el usuario. El texto dice: “Los concesionarios y autorizados que presten el servicio de acceso a Internet (…) podrán bloquear el acceso a determinado contenidos, aplicaciones o servicios a petición expresa del usuario, cuando medie orden de autoridad o sean contrarios a alguna normatividad”.
Es un ataque a la libertad de expresión, imaginemos a un proveedor de internet decidiendo qué es lo puedes publicar o no, con el pretexto de no arriesgarse a ser considerados responsables por esas expresiones, generando así, un efecto inhibidor de la libertad de expresión en Internet.
Estamos en una época de agresiones a la ciudadanía y, hasta el momento, la gran mayoría no se ha dado cuenta, o no quiere hacerlo, de que en un tiempo más todas las libertades que gozamos, estarán prohibidas, limitadas y llevan al ciudadano común a convertirse en delincuente sólo por n capricho gubernamental.
