25 de Abril de 2024

PENSADORES Y FARSANTES

Martín Vázquez Cabrera

‘OSAMENTAS AL PONIENTE DE COATZACOALCOS…’

 

UNA A UNA LAS DEVELACIONES PASADAS por parte del catequista católico Guillermo N, fundador del alberge para migrantes Santa Faustina Kowalska, nos pone a prueba en futuras investigaciones que darán seguramente la nota principal en donde se cumplirán las afirmaciones de hace algunos años del mismo padre Alejandro Solalinde, de lo que hoy es aberrante noticia de panteones clandestinos (fosas) que surgen en diferentes puntos de la entidad veracruzana.

GUILLERMO “N”, un extraordinario ser humano abocado a la simple ayuda de los cientos de migrantes, acumula anécdotas tras anécdotas llenas de horror del submundo al cual intencionalmente “ignoramos”. MUNDO APARTE que no deseamos agendar más allá de una simple nota roja periodística, pero están ahí. EN LOS QUE procuran el alma y la fe como reivindicación en la tierra de nuestros terribles pecados. ASISTE LA RAZÓN de denunciar lo que se ha negado en el sexenio pasado; las tumbas sin nombre del horror de la desaparición de un ser querido. De un “x” personaje, de un levantado que nunca regresó a su hogar. ASÍ, LAS NOTAS periodísticas de los últimos 10 años dan cuenta de lo narrado palmo a palmo por este vicario de Cristo en este Coatzacoalcos de todas las infamias. “Se los llevaban sobre todo a media noche (decenas de migrantes) eran sacados de nuestra modesta casa a orillas de las vías del ferrocarril, abajo del puente de la Avenida Uno. Yo escapé en dos ocasiones de ser asesinado o llevado, ¡sólo mi condición de mexicano y vicario católico, así como mi devoción a mi Santa Faustina Kowalska, me salvaron!”

EN LA NARRATIVA indescriptible de este personaje se acumulan tantas expresiones que es casi imposible ubicar la verdadera tragedia del migrante anónimo, masacrado cruelmente por no tener para pagar “la cuota de paso”. NADIE NOS HA TENDIDO la mano ante este clamor, ante este horror. ANTE ESTA deshumanización en un viaje al infierno del dolor, asegura Guillermo “N”. “Las crónicas narradas a su servidor por infinidad de hombres y mujeres en la travesía desde sus lugares de origen, son equiparables a las andanzas del pueblo de Israel cuando eran lanzados de país en país. O en persecuciones inclementes como las del Faraón egipcio. AHORA, la tierra prometida se les está negando, pero ellos siguen corriendo por sus vidas, aunque estas saben ellos, es prestada. ESO ES FE” asegura Guillermo.

“MUCHOS SABÍAMOS (y sabemos) lo que hoy es noticia de indignación, pero nadie nos hizo caso. Muchos sabemos dónde hay cadáveres semi-enterrados bajo las dunas del poniente de la ciudad; ahí donde se suspendió la última etapa del malecón costero, esto a orillas de la colonia Lomas de Barrilas rumbo a Ciudad Olmeca. AHÍ HAY TUMBAS clandestinas de los que eran sacados de los albergues de migrantes en plena madrugada; ahí están muchos de los secuestrados de la región. Y más allá, en las playas de los ejidos Colorado y Guillermo Prieto. Pero Coatzacoalcos alberga más, sólo es cuestión de tiempo para que se den con estos restos”.

EL VICARIO CATÓLICO advierte que los dichos de quienes escaparon de dos casas de seguridad, le confirmaron que en los patios rumbo a las playas, donde hay muchas casas pegadas, ahí se enterraban a quienes oponían más resistencia. “ES LO DOCUMENTADO en mi memoria, de lo que me acuerdo, de gentes que me siguen escribiendo de Honduras, El Salvador, Guatemala. Que si no he sabido más de sus familiares que estaban primero viviendo en nuestro modesto albergue y luego sacados a estas casas de seguridad. LO ÚNICO QUE les puedo decir, es que hay que seguir rezando para que aparezcan algún día. Aunque solo la fe nos puede hacer libres”.

PARA EL CIUDADANO común, estas historias contadas bajo el dejo de la distancia solo pueden ser creíbles en las páginas de los periódicos, pero ni lejos de ser una pronta revelación de lo que encierran las dunas del antiguo Puerto México. TODO LO PERMITIDO hasta ahora en el cúmulo de la cultura del crimen organizado nos resta en la protesta en contra de un régimen estatal que no estuvo (y ni está) a la altura de las circunstancias, no porque sean migrantes los desaparecidos, sino porque la cultura del secuestro nos impregna cada vez más a muchos; porque hubo una clara intención de ocultar este posible panteón del horror al evitar la construcción de la última etapa del malecón costero que llegaría hasta la zona turística de Las Barrillas. ¿Cuántos restos descansan ahí? LA DUNAS CALLAN y sólo los gritos ahogados de los aniquilados pidiendo piedad; los empujados a su cruel destino en la tierra por ser pobres entre los pobres. LOS QUE TUVIERON NOMBRES Y APELLIDOS. A los que después de un rato que se descubran sus osamentas serán “por fin” reconocidos que sí existían.

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