19 de Abril de 2024

La Feria

No es la corrupción, estúpidos

Salvador Camarena

 

Cada vez que alguien dice que la corrupción va a ser el tema de la campaña presidencial, dos ballenas jorobadas se suicidan en una playa de la Baja sur, y a mí me da un ataque de tos (perdón, Sabina).

No manchen, ¿de qué hablan cuando dicen eso de que la corrupción será EL tema de estas elecciones? Sean serios (perdón, don Fede).

Para que la corrupción se vuelva un tema requeriría de:

A) No haber sido tema antes, y por tanto supondría una novedad; y dado lo inédito, quizá surgiría una conmoción social y un intenso debate que obligara a los políticos a explicar/corregir/renunciar, según fuera el caso. Not.

B) Que a pesar de haber sido tema, éste hubiera ocupado la escena de manera aislada, excepcional, en los márgenes, sin mayor revuelo, propio de la escasez de denuncias concretas en la prensa nacional e internacional. Not.

C) Que la cosa hubiera llegado a un nivel insoportable, las marchas fueran semanales y ubicuas, las campañas en las redes indomables, la presión internacional abrumadora y que a integrantes de gobiernos, congresos y tribunales exhibidos no les quedara de otra que salir de casa con una bolsa de papel de estraza en la cabeza (perdón Trino) para evitar abucheos y mentadas. Not.

Pongámoslo así: qué risa que en el sexenio de la corrupción tengamos la expectativa (mi-vidos, perdón Talina) de que en las campañas viviremos –todos: poderes, partidos, empresarios, medios, ciudadanía organizada y no organizada– una fantástica metamorfosis que nos llevará a sostener una discusión de gente grande sobre la… co-rrup-cióooon, oeeei. Ká-mon.

Sería bonito, lo acepto:

Hola, soy Andrés Manuel. Olviden eso de que porque yo soy honesto todo cambiará. Acepto que un comité encabezado por Bernardo Sepúlveda Amor proponga al fiscal general, al de anticorrupción y los magistrados, así como cuánto presupuesto debe tener el SNA. Lo que digan, sin cambiar una coma, lo firmo.

Hola, soy Pepe Meade. Olviden eso de que fuimos traicionados por una decena de gobernadores. Le propongo a Jorge Castañeda que aterrice su idea de que una comisión internacional, a la guatemalteca, investigue la corrupción de los dos sexenios en los que fui alto funcionario. El esquema de Jorge, lo firmo.

Qué tal, soy Ricardo. Convocaré al ex presidente Lagos para que nos acompañe en el diseño de una comisión de la verdad para la justicia: todo se sabrá y todo se castigará. Los diputados del Frente tendrán mi renuncia firmada si eso no ocurre.

Nooombre, hasta creen que vamos a tener un debate así. Lo que tendremos es Morena defendiendo a Víctor Hugo Romo, el PRI negándose a enjuiciar a César Duarte, el PAN abrazado a Mauricio Toledo y a los Villarreal, el PRD… Mancera, ¿qué era el PRD? Eso veremos y a todos decir que la corrupción son los otros.

No habrá un debate sobre la corrupción. En parte porque no se necesita un debate: lo que se requiere es un procurador que al leer la prensa diga: nmms, ¿ya vieron lo de Chihuahua, por qué chingados no traemos eso nosotros?

En cambio, habrá pastelazos, en vivo y en las redes. Saliva de un lado para otro mientras la autoridad se sienta en los expedientes de Odebrecht, Socavón, Estafa Maestra, Juntos Podemos…

Los políticos creen que la impunidad puede afectar todo menos las elecciones, esa bendita temporada donde mucha, muchísima gente cobra. ¿Y de dónde sale todo ese dinero? ¿Del erario? Sí, una parte. La otra, no menor, de la corrupción. ¿Creen que los partidos van a cambiar eso? Ay, qué lindos, a ver cuándo vienen a la casa a ver en el Netflix no el debate de la corrupción, sino un documental de ballenas.

 

Twitter: @SalCamarena


Banner - Biosensor

LO ÚLTIMO EN EL HERALDO