27 de Abril de 2024

TODO DEJA UNA ENSEÑANZA

“El hombre que dicta sentencia, debe blandir la espada”

Ned Stark (Juego de Tronos)

 Clases en línea, compras en línea, trámites en línea; de pronto el 2020 sí es como lo pintaron las películas de ciencia ficción de Hollywood.

 En cumplimiento con el Programa de Trabajo que entregué el pasado mes de diciembre al Titular de la Secretaría Ejecutiva del Sistema Estatal Anticorrupción de Veracruz, he tenido reuniones de trabajo con diferentes personas del Gobierno del Estado, de asociaciones civiles, integrantes de cámaras empresariales , he transmitido y hasta he tomado cursos  ¡Completamente en línea!

 Veo las diligencias de las autoridades administrativas y a veces nos desilusionamos con la idea de que exista un gobierno ágil, transparente y con una dinámica acorde a los tiempos; la idea de que eso sea posible se diluye. Todo ello pese a que han sido innumerables las normas que invitan a dejar el papel y abrazar lo digital, pero se antepone la costumbre; hasta que llegó la pandemia.

Las lecciones del coronavirus son varias: la primera es que, definitivamente, la naturaleza no nos extrañaría si un día nos fuéramos de este planeta; la segunda, es que las herramientas digitales sirven para algo más que memes y chatear, realmente desde esta óptica se puede realizar sesiones de trabajo completas.

Ya hay esbozos para digitalizar los trabajos de las autoridades, a fin de que sean más ágiles, más eficaces, pero sobre todo más transparentes, ahí están: la Plataforma Nacional de Transparencia, los Gobiernos Abiertos o los Sistemas Electrónicos de Compras Públicas.

 La pregunta es ¿Por qué no transparentar compras, contratos, nómina? ¿A qué se le teme o qué se esconde? Esta pandemia es la oportunidad que tienen los funcionarios de los diferentes órdenes de gobierno de generar credibilidad en la población, únicamente transparentando en qué se está destinando el recurso para el apoyo de la ciudadanía.

La gran enseñanza del Coronavirus, en el aspecto digital, es que sí se puede realizar todo en línea y que algunas cosas deberían estar a la vista de todas y todos. Pero hay que esperar.

 La opacidad tiene límites, lo marca la paciencia de la gente.

 

MI RESTO.

 Compras de pánico.

 Siempre en las emergencias las compras son lo más llamativo para los rapaces que se enquistan en la administración de cualquier nivel y orden de gobierno. Así, mientras todos están atentos y conmovidos  por la tragedia, en segundo plano, hay mentes perversas ingresando recursos a sus patrimonios personales sin que nadie se percate de ello.

Así es que en la pandemia actual muchas (no todas) de las adquisiciones se fueron por la libre sin más restricción que la buena fe y la confianza, esperando que las cosas salgan tal y cual se describen en el discurso.

 Hoy que se le exige al empresariado y al pequeño empresario el pago puntual de sus contribuciones, es una oportunidad importante darle confianza a quienes generan el grueso de los impuestos y buen número de empleos, a fin de que este país siga caminando y, sobre todo, camine por donde se desea.

 Pero si en algunos organismos unas simples actas no se pueden elaborar y si los acuerdos del colegiado superior no se cumplen por el capricho y voluntad (espero que sea por eso y no por falta de capacidad) de sus directores ¿pues qué podemos esperar?.


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