Agencias
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El haberse coronado a poco más de 3,000 millas de distancia no fue impedimento para que los Warriors pudieran disfrutar de su éxito a lado de millones de fans que salieron a las calles del Área de la Bahía de San Francisco, en California.
Cuatro días después de conquistar el séptimo título de su historia, el cuarto en los últimos ocho años, los jugadores de Golden State realizaron su tradicional desfile de campeón de la NBA.
Durante alrededor de cuatro horas, las figuras de los Warriors se pasearon en un par de autobuses donde brilló con luz propia el trofeo Larry O’Brien.
El recorrido inició en Market Stret y Main Street y culminó en la Plaza del Centro Cívico y el Palacio Municipal de San Francisco. A lo largo del mismo, miles de fanáticos del monarca de la Conferencia Este vitorearon a los jugadores que hace unos días superaron en las Finales a los Boston Celtics (4-2).
La bandera de México no podía faltar. Juan Toscano Anderson ha aprovechado cada oportunidad para mostrar con orgullo sus raíces. Al seleccionado nacional se le vio ondeando una bandera con la leyenda de «Viva México», mientras Draymond Green posaba a su costado con el trofeo en mano.
«Le estaba diciendo a mi mejor amigo que solíamos ir a los desfiles de Warriors. No, lo digo en serio. Y ahora es como una droga que eres parte de ella. Como toda mi gente, somos de aquí. Así que esto va a ser diferente para nosotros. Sabes. Así que es emocionante», comentó Juan Anderson minutos antes de subirse al autobús.
A diferencia de la celebración del fin de semana anterior en Las Vegas, en esta ocasión sí estuvo presente el MVP Stephen Curry. El mejor triplero de la historia se tomó unos días de vacaciones junto a su familia en República Dominicana, pero regresó a casa para ser vitoreado por los fans de la Bahía.
Cabe destacar que este fue el primer desfile de campeón de los Warriors que se celebrar en el área de San Francisco, donde se encuentra su actual estadio el Chase Center, previamente se celebraban en Oakland cuando jugaban como local en el Oracle Arena.
De poco importó las altas temperaturas que se sintieron en San Francisco. Los poco más de 30° grados estuvieron lejos de enfriar una celebración que tuvo de todo. Incluso las amenazas de lluvia que eran del 6%, se diluyeron rápidamente.
Desde el coach Steve Kerr, quien iba en el primer autobús con su familia, pasando por Curry y el tradicional festejo con sus hijas, hasta un Jordan Poole que utilizó una pistola de agua para mojar a los aficionados.
«Cuando eres campeón, no te cansas de escucharlo«, mencionó Andrew Wiggins, quien conquistó su primer título en la NBA.
En un momento de la celebración, Klay Thompson en evidente estado de ebriedad estuvo a punto de caer al suelo, y en su intento por mantenerse de pie, tiró a una de las aficionadas que estaban en el lugar.
«Si alguna vez dudaron de nosotros. ¿Esto es televisión en vivo, no? Váyanse a la mierda», señaló un efusivo Draymond Green.
La fiesta del campeón volvió a la Bahía con un equipo que dista mucho de haber escrito su última página.