14 de Junio de 2025

Veracruz, 3er lugar en trabajo infantil, a nivel nacional

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  • Registró 295 mil niñas, niños y adolescentes en situación de trabajo infantil en 2022, según datos del INEGI

AGENCIAS
VERACRUZ

En México, 3.7 millones de niñas, niños y adolescentes de entre 5 y 17 años realizaron trabajo infantil durante 2022, según datos de la Encuesta Nacional de Trabajo Infantil (ENTI) del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI). Esta cifra equivale al 13.1% de la población infantil y adolescente del país y representa un incremento de 1.7 puntos porcentuales respecto a 2019.

A nivel estatal, Veracruz se posicionó como la tercera entidad con mayor número de menores en situación de trabajo infantil, con 295.8 mil niñas, niños y adolescentes afectados. Esto representa el 16.3% de la población de entre 5 y 17 años en la entidad.

Entre 2019 y 2022, el número de menores en situación de trabajo infantil en Veracruz aumentó en 58.5 mil, al pasar de 237.4 mil a 295.8 mil personas.

De acuerdo con el informe “Un futuro sin trabajo” de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), el trabajo infantil no es resultado de una sola causa, sino de una red de factores que van desde lo inmediato hasta lo estructural.

Entre las causas inmediatas se encuentran la falta de recursos económicos, el endeudamiento familiar, la pérdida de cosechas o enfermedades en el núcleo familiar, así como la ausencia de escuelas accesibles o de calidad. Las causas menos visibles están relacionadas con la descomposición de redes comunitarias, la falta de escolarización de los padres, las expectativas culturales sobre el rol de niñas y niños, es decir, la idea de que los niños tienen una obligación con respecto a sus familias y los “ricos” con respecto a los “pobres”, así como la discriminación estructural.

En un plano más profundo, influyen factores como la pobreza nacional, los conflictos armados, la exclusión social y la escasa voluntad política para garantizar educación, protección social y empleo digno para los adultos. Todo ello contribuye a perpetuar un ciclo de desigualdad que empuja a la niñez al mundo laboral desde edades tempranas.

Durante 2022, más de la mitad de las y los menores que laboraban en ocupaciones no permitidas lo hacían en actividades agropecuarias, en la industria o en la construcción. Una quinta parte trabajaba en jornadas prolongadas, especialmente adolescentes, mujeres, menores fuera del sistema escolar y quienes carecían de apoyo familiar o institucional.

En cuanto a la remuneración, casi la mitad percibía apenas un salario mínimo, y una tercera parte trabajaba sin recibir pago. Además, dos de cada cinco menores en ocupaciones no permitidas no asistían a la escuela. De quienes no estudiaban, más del 90% no contaba con ningún tipo de apoyo económico, ni del gobierno ni de sus familias.

Aunque el porcentaje de niñas y adolescentes en situación de trabajo infantil fue menor al de los niños (10.7% frente a 15.5%), el aumento entre ellas fue más acelerado: 16.8% entre 2019 y 2022, frente al 12.4% registrado en los varones.

En cuanto al tipo de labores, las niñas concentraban mayoritariamente los quehaceres domésticos, muchas veces en jornadas prolongadas, mientras que los niños eran más propensos a desempeñar esas mismas labores en condiciones peligrosas.