23 de Noviembre de 2024

Un mexicano cuenta el ataque a las Torres Gemelas

MARGARITO ESCUDERO LUIS

FOTOS GLADYS COLLADO

Coatzacoalcos

Miguel Ángel Brito Molina, distinguido personaje de la sociedad de Coatzacoalcos, político activo en el Partido Acción Nacional, recuerda su estancia en los Estados Unidos, específicamente en nueva York, justo el día en que las llamadas Torres Gemelas fueron atacadas por el grupo terrorista de Al Quaeda.

 

Brito Molina echo a andar su recuerdos y platicó que le tocó presenciar el drama tan grande que vivieron los estadounidenses.

Comenta que mucha gente murió, pero la prensa estadounidense minimizó las muertes, pues se decía que en los sótanos de las Torres, donde escurren las aguas negras hacia el río Hudson, había muchas personas que finalmente no fueron rescatados.

“Ese día estábamos trabajando del otro lado del río, donde está Newar, cerca de Southamboy y otro que se llama Pertamboy, uno de ellos es cien por ciento hispano, la mayor parte de la gente habla español, ahí se concentra muchos hispanos”.

El político explicó que su trabajo era de las seis de la mañana para terminar a las seis de la tarde, remodelando  un edificio de cinco plantas, que había sido un hospital.

“Escuchando la radio en inglés, sin estar totalmente familiarizados con el idioma, escuchamos que en una de las Torres Gemelas había ocurrido un accidente, que un avión se había estrellado”.

Al escuchar eso, corrieron hacia una de las ventanas, desde donde se podían apreciar con claridad las Torres y efectivamente se veía una fumarola que salía de un costado; “entonces buscamos en la radio en español, que también hablaba de un accidente, aún no se mencionaba el atentado”.

Sin embargo, los estadounidenses presentes, dudaron del accidente, puesto que esa no era una ruta normas de vuelos, el aeropuerto de Newar está a tres kilómetros de las Torres y los aviones salen hacia el sur, rumbo al estado de Virginia, sentido contrario del World Trade Center.

Pasado 30 min aproximadamente, escucharon en la radio que en la otra torre también se había estrellado otro avión y de inmediato se dio una alarma generalizada.

Las televisoras dejaron de transmitir y de repente la radio comenzó a hablar de otro atentado en el Pentágono y de otro avión derribado por la fuerza aérea.

“Nosotros estábamos consternados, éramos una cuadrilla de 8 trabajadores, algunos eran de la república Checa, un puertorriqueño, dos estadounidenses, un mexicano y un guatemalteco”.

Comenzaron las especulaciones, unos decían que el responsable era Muamar Gadafi, otros que Saddam Hussein.

Brito Molina recuerda que a partir de ese momento, la estancia en Estados Unidos se convirtió en algo muy complicado para la gente que estaba de manera ilegal.

“Hubo muchos compatriotas muertos en las Torres de los que no se supo nada, pues muchos no mantenían contacto con sus familiares”.

Comenta que con anterioridad se podía caminar libremente como hispanos, a pesar de no estar legalmente en el país, se podían hacer compras, viajar en el tren, en autobús luego de los atentados, fue muy complicado, había puestos de revisión en todas partes, los terroristas entraron por la frontera con Canadá.

“La vigilancia se volvió muy estricta, sobre todo para los extranjeros, además creció el temor  de salir a la calle, ante la posibilidad de nuevos atentados. La gente cercana lloraba al hablar del teman, era un llanto de rabia e impotencia”.

 

Son recuerdos de un momento histórico muy importante. A partir de ahí, las relaciones con los extranjeros que radican en USA, cambió radicalmente.


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