MARGARITO ESCUDERO LUIS
FOTOS GELACIO VERGARA
Coatzacoalcos
Desde el pasado siete de septiembre se convocó para realizar una marcha el 15 de este mes, con el fin de llamar la atención de las autoridades hacia el sentir de la ciudadanía ante el ambiente de inseguridad que se vive en la ciudad y la región, en una fecha significativa.
Ya no se congregó la misma multitud de aquel domingo, cuando llegaron a sumarse más de tres mil personas marchando, dolidas por el crimen de la niña Karime.
Ahora fueron un poco más de 400 personas las que tomaron la calle principal de la ciudad, pero antes de iniciar la marcha, alguien con megáfono en mano, intentaba organizar a la gente.
Ahí se recordó que cada año se colocan vallas de seguridad alrededor del parque Independencia, así que marcharían hasta la valla que habitualmente se coloca en el cruce de las calles 16 de Septiembre y Zaragoza.
Acordaron los marchistas que llegando a la supuesta valla de 16 de Septiembre, se terminaría la marcha para dar una muestra de respeto a la autoridad.
Hasta ahí todo iba bien, incluso una patrulla de Tránsito llegó al punto de partida, en el cruce de Pedro Moreno y Zaragoza, se colocó al frente del contingente, como se ha hecho siempre en todas las manifestaciones callejeras que se han hecho en Coatzacoalcos.
Sin embargo, en esta ocasión, la patrulla verde de Tránsito se retiró antes de llegar al hospital Comunitario, simplemente desapareció.
Una cuadra después, una patrulla, presuntamente de la policía Estatal, velozmente cruzó en sentí contrario de la calle Bravo hacia Guerrero, para colocarse a la cabeza del contingente, pero no para brindar protección a los ciudadanos que manifestaban sus inconformidades, sino para tomar fotografías del grupo.
Al llegar al cruce de Zaragoza y Allende, el grupo se topó con que ahí se había colocado una valla metálica, además de la que se coloca en 16 de Septiembre, con el añadido que en ese lugar se encontraban el secretario de Gobernación, Oliver Damas y el director del DIF municipal, Jesús moreno Delgado, quienes encabezaban a un numeroso grupo de funcionarios y empleados municipales.
El empresario Antonio Williams y otras personas, se acercaron a los funcionarios a pedir que les flanquearan el paso, invocando el artículo primero de la Constitución, pero los funcionarios de mostraron inflexibles.
Esa actitud molestó a los marchistas, quienes comenzaron a gritar todas las consignas e insultos, hasta que, ante la presión del contingente, Oliver damas hizo una llamada telefónica.
Minutos después hizo su arribo el presidente municipal Joaquín Caballero, quien intentó el diálogo con la enardecida gente; el alcalde hizo algunos compromisos con las personas que le pidieron apoyo para localizara sus familiares desaparecidos, pero el resto se dedicó a gritar consignas al alcalde, lo que impedía que se escuchara bien lo que se dialogaba.
Luego de un tiempo, con la oscuridad de la noche llegando y la incipiente lluvia, el alcalde se retiró, no sin antes invitar al Antonio Williams y a otras personas a un diálogo en el palacio municpal.