La falta de oportunidades de desarrollo social y económico, obligó a muchas familias a tener que invadir sitios prohibidos pero también, notablemente peligrosos, tal es el caso del predio ubicado detrás de la plaza Cívica de la Patria dentro de la colonia Manuel Ávila Camacho.
YANDDERITH RODRIGUEZ
Coatzacoalcos
Primero llegaron tres familias, todas con un problema en común; la falta de oportunidades de vivienda, decidieron en ese entonces, asentarse en un sitio en el cual preferían quedar en el anonimato y esconderse de las autoridades para que no fueran desalojados, sin embargo, pronto, empezaron los problemas, y es que el lugar no es nada apto para vivir, no solo por evasión a la ley, sino también por las pésimas condiciones en las que se encuentra el área.
Invadida de maleza, en zona de barranco, sin servicios básicos y sin la protección de las autoridades es como viven estas familias, hoy en día más de 12 y quienes enfrentan una peligrosa forma de vida, al ser víctimas constantes de la delincuencia.
La mayoría vive al día, muchos dedicados a la labor de pepenadores, otros más al comercio ambulante y aunque desde hace más de 18 años han esperado respuesta de las autoridades, los servicios aun no llegan.
PREFERIBLE VIVIR ESCONDIDOS
El temor a ser desalojados, evita que pidan el apoyo que tanto necesitan, sea por desidia o por necesidad estas familias, han lidiado por años con la incertidumbre y problemas diversos que ocasionan problemas a la salud y el riesgo a su integridad física.
El lugar sigue siendo el mismo, con excepción de que entre los matorrales se pueden apreciar pequeñas viviendas construidas de lámina, otros de materiales poco resistentes, pero que de igual forma enfrentan un enemigo que avanza sin piedad; la insalubridad.
En el lugar fácilmente se propaga las alimañas, debido a la acumulación de basura y daños en el área central, conformada por la plaza Cívica de la Patria, que hoy en día luce en deplorables condiciones, vecinos cercanos acusan que incluso en el día llegan maleantes a hacer de las suyas, peor en las noches, cuando la oscuridad les favorecen, haciendo actos indebidos a la vista de todos, o ingiriendo sustancias nocivas, posterior a esto las agresiones físicas y robos en contra de las familias asentadas sobre este terreno, que a pesar de ser humildes, tampoco se salvan de las garras de la delincuencia.
A CUENTA GOTAS SERVICIOS BÁSICOS
Este espacio presenta zonas de talud, sobre ese lugar, aun con el riesgo presente, se construyeron viviendas, justo detrás de la plaza se ubican tres viviendas, y en la parte baja, cinco más, cuyas estructura están en mal estado, a consecuencia de este acto, las familias sufren los estragos de las lluvias, ya que toda la basura, maleza y alimañas son arrastradas a este sitio.
Solo tres personas cuenta con energía eléctrica, debido a que vecinos cercanos les rentan el servicio, pero solo la utilizan para lo necesario, con tal de evitar malos entendidos y ser víctimas de abuso.
“A veces quieren que les paguemos el servicio completo, cuando solo lo ocupamos para prender el ventilador porque no tenemos más cosas, estamos aquí con la esperanza de que las autoridades quieran apoyarnos a regularizar este sector”, dijo doña Isela Trujillo, vecina del sector.
PLEITOS CONSTANTES
Mientras que estas familias invasoras esperan que la zona sea regularizada, vecinos del lugar acusan que esta situación ha causado más problemas de insalubridad, debido que al no tener un espacio seguro, se dedican a rellenar el lugar con desechos, basura y escombros, lo que propicia la llegada de peligrosas alimañas, que posteriormente invaden las viviendas cercanas, el vandalismo sigue en las mismas, incluso algunos monumentos presentan daños, y que decir de la vulnerabilidad a los actos delictivos, pues muchas veces son agredidas sin motivo alguno, por lo que piden presencia de elementos de seguridad y patrullaje constante durante las noches.
