“Empecé como dibujante en Pemex, pero tenía mucho tiempo de sobra. Creo que este gusto de ser bombero, lo traía desde niño, aunque no lo supe hasta estar aquí”, Jorge García Cruz, Comandante del cuerpo de bomberos de Coatzacoalcos.
YANDDERITH RODRIGUEZ
Coatzacoalcos
“Jamás pensé llegar hasta aquí, no fui como otros niños que desde pequeños decían querer ser bomberos, pero ahora se, que esta noble labor, me apasiona, sin importar los peligros”.
Comenzó a laborar como dibujante en Pemex, el tiempo de sobra, deseaba ocuparlo en algo que lo hiciera sentir útil, (como actualmente sucede, hay jóvenes que utilizan el tiempo de sobra para acciones prejuiciosas), el buscaba algo más.
Era el año de 1965, un día común, pero decisivo en su vida, caminando por el centro de la ciudad dio con las instalaciones de protección civil, ubicadas anteriormente donde hoy en día es el palacio municipal, “Deseé probar suerte, entré al lugar a pedir informes, y al día siguiente ya era voluntario del cuerpo de bomberos”, dijo.
El no percibir ningún salario, era lo de menos, comenzó a gustarle esta noble labor, lidiar con la gente, evitar accidentes o acudir al rescate de personas, era su destino, aun sin saberlo.
“Mi madre quien gracias a Dios la tengo con vida, no le gustó nada la idea cuando le comenté que me había inscrito como voluntario del cuerpo de bomberos, pegó el grito al cielo, pero algo en mi me decía que esa era mi carrera, mi pasión, por eso he llegado hasta donde estoy ahora”, dijo Jorge García Cruz, actual comandante del cuerpo de bomberos de Coatzacoalcos.
“LOS PELIGROS NO ME INTIMIDAN”
Una vez incorporado como voluntario del cuerpo de bomberos, sus primeros trabajos, poco tenían que ver en lo que él pensó que haría un elemento; limpiar, dar mantenimiento a las unidades, herramientas y equipo, fueron sus primeras labores, posteriormente el acudir a accidentes leves.
El ver su iniciativa y disposición para con la ciudadanía, rápidamente subió peldaños importantes, acudió incluso a la central de Bomberos en la Ciudad de México donde recibió capacitaciones efectivas, que hicieron de él, un mejor elemento.
“Puedo decir que esas han sido una de mis anécdotas más alegres, el que en tan poco tiempo hayan visto en mi ese interés por esta labor, pasé por muchas pruebas, pero ahora estoy aquí, sirviendo a la gente”, dijo.
TRAGEDIAS QUE NO SE OLVIDAN
“Este trabajo me apasiona, pero es triste cuando me encuentro ante una tragedia, son cosas que no se olvidan”, dijo Jorge García Cruz.
Sus ojos reflejan su experiencia, su largo trayecto, pero el hablar de tragedias, denota su tristeza, recuerdos que aún no olvida y al parecer siempre quedarán en su memoria.
“Recuerdo que precisamente hace un año, nos llamaron unos vecinos de una colonia al poniente de la ciudad, nos informaron de un incendio, acudimos lo más rápido que pudimos, al llegar nos imaginamos lo peor, la casa estaba totalmente consumida por el fuego”, dijo.
El camino para llegar al sitio se hizo largo, pese a que se encontraba a unos cuantos metros de distancia, el panorama era desolador, vecinos que impedían el paso a los elementos del cuerpo de bomberos, y unos padres llorando, “pensé lo peor”.
Y así fue, minutos después el incendio fue controlado, posteriormente inspeccionaron el lugar, y buscar restos humanos, una de las tareas más difíciles, y pese a su experiencia; mas atemorizantes aterradoras.
“De entre los escombros vi el cuerpecito de un infante, era quien desafortunadamente quedó atrapado en la vivienda, el incendio comenzó a raíz de una veladora que dejaron encendida, y unos padres que prefirieron que el menor se quedara en casa bajo llave. Sin duda una tragedia que me sigue doliendo”, dijo.
“UN DIA ESTAR CON VIDA, OTRO QUIZÁS NO”
49 años lo avala como un elemento de bomberos apto y profesional, no hay intimidación, solo temor de dejar a su familia, “sabes que con este trabajo, un día sales de casa y puede que ya no regreses con vida, pero esto no me quita ese gusto de servirle a la gente, de ayudarlos cuando lo necesiten, si es posible dar la vida por uno de ellos, así será y así tiene que ser”, dijo.
Bien dicen que el oficio de bomberos, “es de valientes”, enfrentar a un enemigo imprescindible, pero que puede ser evitado si la ciudadanía en general fuera más precavida, un destino, que es probable sea la muerte, pero una labor noble que hay que valorar, pues ante un incendio, un percance, un leve incidente, ahí estarán ellos para ayudarte.