2 de Diciembre de 2024

EL GUARDIÁN DE LAS TORTUGAS

JORGE CÁCERES

Coatzacoalcos, Ver.

Es invidente desde que nació del vientre materno. No puede ver con los ojos, pero observa con el alma.

A pesar de su incapacidad visual, el joven Elías Moisés estudia la carrera de Biología con especialización en reptiles, en el Centro Mexicano de la Tortuga de Mazunte, Oaxaca.

Originario de Las Choapas, en el sur de Veracruz, su impedimento físico no ha sido obstáculo para que curse sus estudios superiores y haya logrado fundar una asociación civil en cuidado de las tortugas.

Él es un Guardián de las Tortugas.

Cuando al joven Elías Moisés se le pregunta: ¿por qué te gustan tanto las tortugas? Lo piensa unos momentos, como si escuchara su propia voz interna y no tarda mucho en responder:

“Porque son unas sobrevivientes. Me identifico con ellas”, contesta.

“A pesar que son fuertes y logran resistir los cambios de la naturaleza, viven bajo amenaza. Por eso me dedico a su conservación”, explica Elías Moisés Jorge Martínez, quien fundó la asociación civil Guardián de las Tortugas en Coatzacoalcos, cuya única finalidad es el estudio, conservación y reproducción de los quelonios.

Sobrevivencia. Así como las tortugas por años han sobrevivido la reducción de su hábitat por la intrusión humana, así también Elías Moisés Jorge Martínez ha logrado concretar su sueño de tener en su propia casa un centro reproductor de la tortuga, a pesar que muchos le decían que no era posible porque era ciego.

DISCRIMINADO POR EL ITBOCA

Elías ha sufrido discriminación por las mismas instituciones educativas como el Instituto Tecnológico de Boca del Río, Itboca en Veracruz, ya que los maestros y directores pretendieron excluirlo del plan de estudios. Incluso, este joven invidente tuvo que acudir a la delegación estatal de Derechos Humanos para solicitar la intervención del organismo, ya que se le estaba negando su derecho de cursar estudios profesionales en el Instituto.

Al final de este proceso y tras una exhaustiva investigación, la Comisión Estatal de Derechos Humanos emitió una recomendación contra el Tecnológico de Boca del Río, ya que su plantilla docente no estaba permitiendo que Elías cursara sus estudios.

“Cuando terminé la prepa supe que quería estudiar Biología, por eso me metí al Itboca en Veracruz; tuve uno de los promedios más altos en el examen de selección. Ya estando allá todo iba bien, hasta que hubo maestros que me discriminaban.

Con mis compañeros no hubo problemas, mis respetos para ellos. Ahí el problema fueron los maestros, una sicóloga escolar y los directores que me decían que yo no servía para estudiar Biología. Tuvimos que meter una denuncia ante Derechos Humanos y al final sí ganamos el caso; pero en ese tiempo en el 2011 la situación en Veracruz era de mucha violencia, así que decidí salirme. Aparte para no ser objeto de represión académica.

Incluso cerca de la escuela nos tocó vivir una balacera, por eso mejor me regresé a Coatzacoalcos. Yo temía ciertas represalias de los maestros tras haber ganado el caso con Derechos Humanos; me iban a tener fichado. Fue cuando conocí a una bióloga del Centro Mexicano de la Tortuga, la que me dijo que yo podía tomar el curso con información en línea", explica el Guardián de las Tortugas.

-¿Cómo es que te discriminaban los maestros?

“Ellos me hacían un test, los cambiaban. Un maestro me daba el examen y luego me decía escribe en el pizarrón o léeme lo que dice. No recibían mis trabajos, si yo los entregaba me decían que no los entregaba, nunca me dejaban entrar al salón y si entraba es porque los compañeros se peleaban con ellos para que me dejaran entrar.

Yo diría que ellos tenían miedo a un alumno diferente a lo que estaban habituados. Ellos decían que yo no servía para la carrera, que buscara yo algo más fácil. A mí siempre me han gustado los retos porque sé hasta dónde puedo llegar.

Me hicieron daño psicológico, me decían que yo no era apto. En una ocasión llegué a dudar de mí mismo; fue tanta la negatividad que te la llegas a creer. Cuando te dicen eso, te meten mucho que no puedes en la cabeza. Pero hubo una parte de mí que me despertó, que me decía Yo nací para esto. Incluso hay gente de mi familia que ve esto como si se tratara de un capricho, mi respuesta es que cuando tienes un capricho no se te cumple nada, pero cuando es persistencia por cumplir tu sueño, es entonces cuando hay resultados".

ESTUDIANTE Y ACTIVISTA

Elías Moisés toma sus cursos desde su computadora, gracias a un software especial para invidentes que con el tacto del mouse y la pantalla, el mismo sistema con audífonos le muestra las instrucciones y lecturas. Gracias a la tecnología, Elías Moisés cursa sus estudios académicos en Educación Superior.

Hoy, este muchacho de 21 años ha logrado fundar un centro reproductor de la tortuga en su propia casa, con permisos federales avalados por la Procuraduría Federal del Medio Ambiente y la Secretaría Federal de Medio Ambiente, Profepa y Semarnat.

Son lecciones y enseñanzas amargas que el joven Elías ha superado, y hoy está 100 por ciento dedicado a la conservación de estos reptiles.

"Las tortugas siempre han sido parte de nosotros; desde que yo recuerdo siempre quise dedicarme a la protección de la tortuga. Fue en el año 2009 cuando fui por vez primera de visita al Museo de la Tortuga en Oaxaca; ahí conocí a una bióloga que se dio cuenta que trabajaba muy bien con las tortugas.

Le dije que me gustaría dedicarme a esto y el Centro me respondió que ellos me podían especializar. Ahí tuve contacto con tortugas marinas, así como con tortugas dulce-acuícolas terrestres. Yo ya tenía tortugas en mi casa, desde un inicio las tenía como mascotas. No se me hizo difícil empezar a trabajar con ellas", recuerda el joven Elías, el Guardián de las Tortugas.

Elías Moisés nació ciego en un Hospital de Las Choapas debido a que fue de nacimiento prematuro y los médicos le dieron demasiado oxígeno que afectó su cerebro. Sin embargo ha logrado cursar la primaria, la preparatoria y hasta la Universidad.

Estudió en el Colegio Anne Sullivan presentando los exámenes orales. Posteriormente en la secundaria utilizó el sistema de lectura braille, mediante el cual obtuvo los conocimientos.

Todos los días, él se levanta temprano para darles de comer a sus ejemplares. En total posee bajo su resguardo 46 tortugas de la especie Mojina y Casco. Si están en tratamiento médico, él les da su tratamiento.

“Lo que hacemos como Guardianes de la Tortuga es reproducir la especie; una vez que la cuidamos, hacemos las liberaciones. Queremos darnos a conocer, a difundir nuestras actividades para recolectar fondos económicos que nos permitan trabajar".

En entrevista con El Heraldo de Coatzacoalcos, Elías Moisés reconoce que es muy difícil la reproducción de los quelonios, de una desovación de 25 huevos en promedio solamente logran nacer cinco a seis crías.

Desde el 2015 ha logrado reproducir con éxito más de 20 crías que nacieron en cascarón.

Actualmente junto con su familia fundaron la asociación civil Guardianes de la Tortuga, y entre sus actividades para recolección de fondos es la venta de vasos souvenirs. Todos los recursos económicos que logra obtener son para la manutención de los ejemplares que conserva en su centro reproductor.

-¿Cómo logras darle atención a las tortugas si no puedes ver?.- se le cuestiona.

“Mediante el tacto, muchas veces con el tacto uno se puedes dar cuenta de lo que tiene el animal; inclusive una bióloga del Centro Mexicano de la Tortuga me dijo que yo me daba cuenta de muchas cosas que los demás especialistas no podían percibir a pesar que llevaban ya varias décadas trabajando con la especie.

Yo me baso mucho en la energía que desprende cada tortuga. En el comportamiento... ya cuando van desovar, ya me sé las fechas. Cuando están enfermas, los mismos animales me lo dan a conocer, las tortugas emiten ciertos sonidos, algunos sonidos son de qué están mal, otros sonidos es de que están entrando en épocas de apareamiento.

También tienen ciertas características que hace que cada tortuga sea diferente, hay algunas más tranquilas que otras: otras me ven y me permiten que las revise. A otras no les gustan los medicamentos, otras que sí. Cada tortuga es diferente, es como el ser humano. Cada una tiene su personalidad", explica Elías Moisés.

"Mis tortugas ya están muy acostumbradas a las personas, algunas me ven y ya vienen hacia mí", dice divertido y sonriente.

Su sueño es tener algún día su propia Fundación y crear una Unidad de Manejo Ambiental en Coatzacoalcos de todas las especies de tortugas endémicas en esta región sur de Veracruz.


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