Ante falta de opciones de empleo, cada vez más jóvenes se unen a grupos del crimen organizado: estudio. "Jóvenes Construyendo el Futuro", un alivio pero por corto plazo, considera experta.
Rafael Meléndez Terán
Xalapa, Ver.
En la región sur del estado, los niños, las mujeres, los adultos mayores y los jóvenes son los sectores poblacionales a los que más ha trastocado la violencia, lo que ha provocado un estado de descomposición social generalizado.
La investigadora de la Universidad Veracruzana (UV) Carmen Chiu Pablo, reveló que tras la realización de un estudio con respecto de la violencia en el municipio de Coatzacoalcos, se detectó que la criminalidad ha permeado de tal manera que la familia no está cumpliendo con su función de formación y contención.
Recordó que Coatzacoalcos, con 350 mil habitantes, que en su momento fue un polo de atracción económica; hoy dejó de serlo por lo que los jóvenes no tienen otra opción que unirse a los grupos de la delincuencia.
Expuso que el diagnóstico que les dejó este trabajo de investigación realizada en diversas colonias de ese puerto es que es menor la edad de aquellos que se integran a células de crimen organizado, "pero de pronto se vuelve la única opción ante la falta de empleo".
Destacó que es buena la intención de capacitar a los menores a través del programa "Jóvenes Construyendo el Futuro", pero el problema será cuando se acaben los plazos de enseñanza, porque esos muchachos no tienen la garantía de un trabajo real.
"Pocos van a ser los que finalmente se queden trabajando, porque los tienen ahí pero no les garantizan el empleo", sentenció.
Por otro lado, en estos momentos la universidad no se vuelve opción para encontrar un buen empleo debido a que estos son mal pagados, aun cuando se tengan diversos estudios.
Dijo que al no haber una red de apoyo, el gobierno debe diseñar políticas públicas que se enfoquen a los jóvenes, porque hay muy pocas.
MUJERES ABANDONAN HOGARES PARA IRSE A TRABAJAR
En el municipio de Coatzacoalcos llama la atención que en la actualidad, las jefaturas de familia recaen en las mujeres, por lo que tienen que dejar a sus hijos en sus casas y cumplir con dos o hasta tres jornadas de trabajo para poder sostenerlos.
Además de lo anterior, en muchas ocasiones se tienen que hacer cargo de sus padres y hasta de sus hermanos menores.
Lo anterior las obliga a pasar largas horas fuera de casa y hasta altas horas de la noche, exponiéndolas a la violencia.
"Nos llamó la atención ahora nos percatamos que el problema de violencia un gran sector es con niños, adolescentes y ancianos son los más vulnerables porque son abandonados, principalmente los varones" explicó.
En cuanto al grupo de los niños, anotó que se tiene que hacer un trabajo de prevención en espacios comunitarios y escolares, ya que ahí pasan la mayor parte del tiempo.