28 de Noviembre de 2024

Malecón ribereño, una bomba de tiempo

Decenas de ambulantes se niegan a dejar su zona de venta a pesar de que la estructura pende en el aire

Rafael Meléndez Terán

Minatitlán, Ver.

Decenas de comerciantes ambulantes y establecidos se encuentran en inminente riesgo al estar asentados en el malecón ribereño de Minatitlán, por las malas condiciones que presenta, debido al impacto de las inundaciones y a la erosión que provoca el contacto con el río Coatzacoalcos y que podría derrumbarse en cualquier momento.

 

El deterioro de tablaestacado, el muro de contención, la loza y las banquetas es muy notorio y aún así los vendedores arriesgan sus vidas, no importándoles que la zona de la calle Madero colapsara ya una vez, tras la anegación del 2009.

El crítico estado de la infraestructura tampoco es relevante para Capitanía de Puerto, ni para la Comisión Nacional del Agua (CONAGUA), dependencias a las que les corresponde el resguardo de la zona fluvial minatitleca.

Desde hace algunos años la Capitanía del Puerto ha intentado desalojar a los comerciantes por su seguridad, y aunque se van por algunos días, regresan nuevamente a vender en las orillas del afluente.

Para ello se tienen que coordinar varias instancias, entre ellas CONAGUA, que es la que rige, aunque también se ha solicitado el apoyo del Ayuntamiento local y de Protección Civil para notificarles del riesgo pero se niegan a dejar el lugar.

Dentro de esta desorganización y falta de voluntad de parte de las dependencias interesadas, el alcalde Leopoldo Torres García realizó la rehabilitación de una parte del malecón, pero la zona de venta, cercana al mercado 5 de Febrero, continúa en las mismas condiciones.

Los comerciantes se mantienen en riesgo “por necesidad”. Aseguran que efectivamente el lugar no es el más idóneo para expender, pero mientras sigan pagando el piso y no haya daños graves ellos seguirán expendiendo.

 

Ahí hay desde venta de pescados hasta un bazar de ropa de segunda “sobre ruedas”, boleros que afecta también a los transeúntes, pues no pueden caminar sobre la banqueta, pues el lugar está cundido de puestos ambulantes.


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