UV presentará en Uruguay investigación, tras la intención de reivindicar el trabajo sexual como actividad laboral
Rafael Meléndez Terán
Minatitlán, Ver.
Por ser una zona de tránsito migratorio, el sur es la región del estado de Veracruz donde mayormente se documentan casos de trata de personas.
Lo anterior es resultado de una investigación realizada por catedráticos de la Universidad Veracruzana (UV), quienes pretender exponer la problemática social, tras la pretensión de oficializar el trabajo sexual en México.
Emilio Espronceda, docente de la casa de estudios, manifestó que existe la intención de reivindicar el trabajo sexual como una actividad laboral, como es el caso de países como Argentina, aunque hay otros organismos que están en contra.
La investigación se presentará en un foro en Uruguay para debatir el tema a nivel Latinoamérica, con el objetivo de concientizar que la “oficialización” del trabajo sexual no represente una doble explotación.
Ejemplificó que perfiles que se ofertan de la sexualidad, la conforman sexoservidores de calle, de forma privada y vía tecnológica, aunque lo realmente preocupante es ver quién están detrás de ellas, es decir los proxenetas, lo que resulta muy difícil porque no hay elementos necesarios para determinar que están siendo forzadas.
Durante el proceso de pesquisas se han encontrado con diversas formas de ejercer la trata de personas, desde los novios que enamoran a las mujeres para después integrarlas a una red de prostitución, hasta catedráticos que venden a sus alumnas con bajo nivel económico que tiene que vender su cuerpo para poder pagar sus estudios.
“Las investigaciones que hay, no están atendiendo la categoría de los espacios, es decir es ir al lugar, ver qué hay alrededor de los servicios sexuales, que en su mayoría los ofrecen las mujeres”, expresó.
Tienen documentados casos de gobiernos municipales que por recibir dádivas de los proxenetas omiten la comisión de la trata de personas, incurriendo en un grave delito que es, en teoría, penado severamente por la ley, “nosotros tratamos de conocer lo que hay alrededor de los servicios sexuales y distinguir la explotación y la trata”.
Aseveró que, de acuerdo a la información que han recogido de viva voz de las mujeres que ejercen este oficio, es mucho más tentador vender su cuerpo que trabajar en cualquier otra empresa, sobre todo aquellas que no cuentan con estudios, ya que sus ingresos diarios ascienden a los 300 pesos diarios, lo que ganarían en un restaurante por ocho horas laboradas.
Resaltó que el capitalismo global que se vive en la actualidad está obligando a vender todo “incluso el cuerpo”, por eso es que las técnicas para consolidar mercado sexual también se ha extendido enormemente.