AVC/Flavia Morales
Catemaco, Ver.
El palacio municipal de Catemaco quedó reducido a cenizas tras los actos vandálicos que se sucedieron por más de once horas.
La historia y la documentación de trámites de más de 20 mil habitantes desaparecieron entre el fuego que desde la noche del viernes se inició en la oficina del alcalde y se fue corriendo hasta dañar todo el edificio.
Ninguna oficina quedó sin daño, en varias como la comandancia municipal, regidurías y direcciones, aún hay humo y fuego entre la papelería, archiveros, puertas y muebles.
El edificio fue resguardado por la fuerza civil y policía estatal, a las doce horas de este domingo, después de que la Organización del Gobierno Autónomo Indígena vandalizara el lugar para exigir la aparición del padre José Luis Sánchez, secuestrado desde el viernes pasado.
Alrededor del mediodía apenas cuatro peritos y bomberos ingresaron al palacio que ahora parece zona de guerra.
En el lugar aún quedan restos de la batalla, paredes llenas de humo negro, pintas de “entreguen al padre” y “justicia” y una foto del párroco.
El lugar está acordonado, pero afuera los destrozos son evidentes, restos de motocicletas y una patrulla de la policía estatal hechas cenizas.
Cientos de curiosos y empleados municipales cercan el palacio en búsqueda de información, quieren ver cómo quedó el edificio, luego de que fuera sitiado por más de once horas por la organización, que también genera opiniones encontradas.
El alcalde asegura que la organización es un grupo de choque que aprovechó el secuestro del párroco para robar y hacer destrozos, mientras que algunos vecinos, aseguran que de no hacer esta presión, el párroco nunca hubiera aparecido.
En la calle principal frente del palacio hay computadoras, escritorios, sillas y cientos de documentos regados, entre los restos se pueden observar las ruedas de una motocicleta, mezcladas con recibos oficiales de tesorería, una copia del plan veracruzano de desarrollo, y restos de actas de nacimientos carcomidas por el fuego.
La pérdida más dolorosa para el pueblo es el archivo del registro civil.
Son 763 libros contenidos en 2015 archivos, miles de actas de nacimiento, registros de casamientos y divorcios están contenidos en libros que fueron quemados juntos con los archiveros.
Un día antes, por azar, el oficial mayor del registro civil sacó a presumir las actas más viejas, de su mochila saca una, es de 1894, una de matrimonio que se pudo rescatar.
La oficina del alcalde es la más destruida, ahí no quedaron ni muebles, parecería que una bomba explotó, el plafón del techo está hecho añicos, la bandera tirada en el piso, la fotografía de Javier Duarte más allá.
Las puertas, las ventas, los climas, quedaron dañados, nada del mobiliario o el archivo se podrá rescatar, por los pasillos se pueden observar los estados financieros, las cuentas del Orfis, los certificados parcelarios.
Afuera cientos de curiosos miran, coinciden que esto es la peor tragedia para Catemaco, justo ahora, si alguien muere los tramites los tendrán que hacer en otro lugar, aquí el gobierno ha desaparecido.
Aunque el alcalde, Jorge González Azamar trata de tranquilizar los ánimos y le dice a la gente “cálmense, ahora viene el gobernador”, en los rostros de la gente no hay más que incredulidad. ¿Ahora que va a pasar?, cuchichean entre sí.