(AVC/Ana Alicia Osorio)
Hueyapan de Ocampo, Ver.- Ni las seis cámaras de seguridad dispuestas alrededor de una humilde casa, ni el cercado de alambres, ni el teléfono satélite fueron suficientes para evitar que el asesinato del periodista Cándido Ríos.
Las continuas amenazas, los levantones que sufrió y el miedo de su familia no fueron suficientes para que las medidas de seguridad se endurecieran aún más, tal como pedía su esposa Nieves Martínez.
La casa del periodista dedicado a informar problemas sociales parecía una fortaleza, pero el asesinato que temían llegó cuando se encontraba fuera, después de escribir las notas del día.
“Una protección muy fija, solo en casa, la verdad tenemos un cerco, tenemos cámaras, pero de forma exterior no hubo, él estaba total y absolutamente desprotegido”, declaró su hija Cristina Ríos Nieves.
La pequeña vivienda en la localidad de Soconusco en el municipio de Hueyapan de Ocampo resalta entre las demás por la seguridad que hay a su alrededor: las rejas de metal de más de dos metros de alto y los alambres de púas.
Las cámaras de seguridad con sus celdas solares, también destacan en una comunidad de casas pequeñas y en una vivienda de apenas dos piezas.
La cruz de madera y metal resalta atrás del ataúd donde está Cándido Ríos, frente a él su esposa reclama que siempre le pidió salirse del periodismo por lo que peligroso que es, pero él nunca escuchó. Llora para decir que nunca le hicieron caso, que las cámaras y medidas no eran suficientes porque las amenazas del ex alcalde Gaspar Gómez no cesaban y por el contrario seguían los mensajes de texto para insultar. &
“Nada más esas compras por que la autoridad venía cuando quería, pasaba nada más de vez en cuando”, sentenció.
Las cámaras no vieron el asesinato de Cándido, no podía verlo, estaban a kilómetros de distancia.
El celular satelital - no ha sido entregado a la familia por parte de la Fiscalía General del Estado - no sirvió para hacer una llamada, no hubo tiempo.
La familia llora a su ser querido, la comunidad a la persona que daba la información, mientras se suma el tercer periodista asesinado en Veracruz durante este año.