AVC/José Juan García
Veracruz, Ver.
El obispo Luis Felipe Gallardo Martín del Campo admitió que prohibió celebrar misas en la diócesis de Veracruz al sacerdote Alejandro Solalinde por considerarlo “incongruente”. El prelado consideró que el sacerdote de la diócesis de Tehuantepec no promulga la comunión con la Iglesia Católica al atacar a sus jerarcas. “Yo se lo prohibí por una razón, diríamos así, de coherencia, de fe, coherencia de fe, ¿qué significa la misa? ¿Qué dice San Pablo? Todos los que nos alimentamos de un solo pan y de un solo vino, somos un solo cuerpo, la eucaristía es el signo supremo de comunión en Cristo, esa es la iglesia, y tú quieres celebrar la misa y tirarle a la Iglesia, tirarle a los obispos, que no hacen nada, eso es incoherencia”, subrayó. Además, Luis Felipe Gallardo Martín del Campo señaló que el sacerdote activista recibe subsidios “muy fuertes” de parte de organizaciones no gubernamentales. Gallardo Martín del Campo rechazó que él y sus colaboradores estén cruzados de brazos por la problemática que padecen los migrantes en su paso por el territorio pastoralmente a su cargo, ya que se cuenta con un albergue en la ciudad de Tierra Blanca donde se les brinda alojamiento, comida, atención médica e incluso comunicación con sus familiares en Centroamérica. En ese sentido, el obispo aclaró a Alejandro Solalinde que él no es el único que trabaja a favor de los migrantes. “Simplemente dos cosas, hacer ver que si él se queja de que los obispos no hacemos nada, pues le pusimos ahí todo lo que hacemos en la diócesis, tenemos un albergue guadalupano que sostienen todas las parroquias del decanato Guadalupe, desde Nopaltepec, Tres Valles, Naranjos, Tierra Blanca, todas estas parroquias sostienen este albergue y dan miles de comidas, ayudan en tantas formas, salud, comunicación, aseo y todos los días están pasando los migrantes”, añadió. Por último, el prelado recordó que la diócesis de Veracruz también acompaña a las familias que tienen seres queridos en calidad de desaparecidos con la finalidad de fortalecerlas en la esperanza cristiana y el perdón.