*Oleaje que se registró el fin de semana arrastró el cuerpo del infante
Agencias
Veracruz
El director de Protección Civil del ayuntamiento de Alvarado, Walter Almeida Ballado, informó que se localizó el cuerpo del tercer menor de edad originario de Tlaxcala que fue arrastrado por las corrientes marinas en la playa de Antón Lizardo el día sábado.
El funcionario municipal refirió que el cuerpo del menor de edad fue localizado por pescadores en la zona de Las Barrancas por la mañana de este lunes.
El entrevistado comentó que el oleaje que se registró el fin de semana arrastró el cuerpo del menor de edad hacia esa zona del municipio de Alvarado.
“Fue encontrado en la playa de Las Barrancas alrededor de las nueve de la mañana por pescadores de la zona, la marea lo sacó a la orilla”, expresó.
Walter Almeida mencionó que personal de Servicios Periciales acudió al lugar del hallazgo para realizar el levantamiento del cuerpo del menor de edad.
En ese sentido, Almeida Ballado dijo que se concluyó el operativo de búsqueda en el cual participaron elementos de la Fuerza Civil, Policía Estatal, Guardia Nacional, la Secretaría de Protección Civil y Protección Civil de Alvarado.
El director de Protección Civil del ayuntamiento de Alvarado aseguró que personal a su cargo había advertido a la familia originaria de Tlaxcala que evitaran ingresar al mar debido al oleaje, sin embargo, se hizo caso omiso a la recomendación.
Además, el funcionario municipal recordó que la playa de Antón Lizardo contaba con señalética en la cual se indicaba que el área se mantenía cerrada.
Sin embargo, el entrevistado presumió que los lugareños la retiraron, ya que viven de la afluencia turística.
“Ahí hay una situación, se pusieron señalamientos y creo que los palaperos quitaron todo o gente de ahí, como las playas se mantenían cerradas, pues no les conviene, por que qué venden ellos y eso es lo que me estaban diciendo que quitaron la señalética”, añadió.
Finalmente, Walter Almeida dijo que se colocará señalética nuevamente en la playa de Antón Lizardo para evitar que se registre otra desgracia.