Redacción
Xalapa, Ver.
Con el propósito de conocer y sumar las demandas de las y los productores locales y enriquecer así la iniciativa de Ley de Fomento a la Cafeticultura, se celebró, en el Palacio Legislativo de Veracruz y bajo la modalidad de parlamento abierto, un foro que reunió a diputados federales y locales, productores y empresarios del café.
Este encuentro contó con la presencia de la presidenta de la Mesa Directiva de la LXVI Legislatura estatal, diputada Margarita Corro Mendoza; de la presidenta de la Comisión Especial para la Atención y Seguimiento del Cultivo, Transformación, Procesamiento y Comercialización del Café Veracruzano, diputada Nora Jéssica Lagunes Jáuregui, y del presidente de la Comisión de Asuntos de la Frontera Sur de la Cámara de Diputados del Congreso de la Unión y autor de la iniciativa de Ley de Fomento a la Cafeticultura, diputado Ismael Brito Mazariegos.
En primer término, hizo uso de la palabra la diputada Margarita Corro Mendoza, quien agradeció la presencia de sus homólogos federales Alma Griselda Valencia Medina y Mario Alberto Torres Escudero, secretaria y secretario de la Comisión de Asuntos de la Frontera Sur, de las y los legisladores locales Lidia Irma Mezhua Campos, Gisela López López, Hugo González Saavedra y Luis Antonio Luna Rosales y de la secretaria técnica del Registro Agrario Nacional (RAN), Estela Cessa Flores.
Acto seguido, la Presidenta del Congreso de Veracruz destacó que para hablar del café y su cadena de valor están los expertos y los propios cafeticultores quienes, con su labor en las fincas, identifican las variedades del “oro verde” y las enfermedades que le aquejan, por lo que –consideró- sus conocimientos y argumentos cuentan con mayor peso agronómico, económico y político.
Por otra parte, celebró los nuevos tiempos del parlamentarismo mexicano, “ese que se aleja del autoritarismo y da pie a la legitimación de las leyes, escuchando a la gente que será el sujeto de las mismas”.
La legisladora Corro Mendoza indicó que estos tiempos son propicios para consolidar la gobernanza democrática y fomentar diálogos fecundos entre las estructuras de gobierno y los mismos gobernados, porque “las buenas leyes no emergen del genio encerrado en un cubículo, sino de la vida misma y del pensar de las y los ciudadanos”.