4 de Julio de 2024

La obesidad, detonante de grandes males

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  • Esta enfermedad se asocia con alrededor de 200 complicaciones, varias de las cuales amenazan el sistema circulatorio, respiratorio, digestivo e incluso el nervioso

El Universal

CIUDAD DE MÉXICO, junio 28 (EL UNIVERSAL).- La obesidad puede traer graves consecuencias a la salud. Si bien la probabilidad de desarrollar otros problemas se incrementa a medida que el paciente tiene más y más sobrepeso, muchas personas desconocen que el peligro empieza cuando se registra un ligero aumento por encima de los niveles adecuados en relación con la estatura. "Esta enfermedad se asocia con casi 200 complicaciones: metabólicas, cognitivas, psicológicas, entre otras. Tenemos que ver la obesidad como un padecimiento crónico que requiere tratamiento a largo plazo2, apuntó Carolina Solís-Herrera, directora médica de las Clínicas de Diabetes, Obesidad y Endocrinología en el Centro de Ciencias de la Salud de la Universidad de Texas, durante su participación en el Congreso Internacional de Investigación sobre Obesidad, organizado por el Tecnológico de Monterrey.

Acumular un exceso de grasa se convierte en un detonante de afecciones como prediabetes, diabetes tipo 2, dislipidemia, hipertensión, cardiopatías, accidentes cerebrovasculares, apnea del sueño, osteoartritis, dolor de espalda, además de algunos tipos de cáncer, por ejemplo, de colon, riñón, páncreas, mama y endometrio.

En el plano psicológico, la obesidad da pie al desarrollo de problemas como ansiedad, estrés, depresión, estigmatización, sesgo internalizado, así como trastornos alimentarios. Es común que personas que atraviesan un evento emocionalmente agotador empiecen a comer de más o a abandonar el ejercicio, lo que se convierte en un hábito difícil de cambiar, según la Asociación Estadounidense de Psicología.

Incluso, esta enfermedad contribuye a evitar la actividad sexual, además de reducir el deseo. Tanto en hombres como en mujeres se asocia con una disminución de la calidad en las relaciones sexuales, lo que parece tener mayor impacto en ellas, de acuerdo con información de la compañía farmacéutica Pfizer.

Cuidado con las calorías

"A través de estudios se ha demostrado que la obesidad es un problema de múltiples genes que, al tenerlos presentes, el cuerpo va a luchar por quedarse con las calorías que se ingieren, de ahí que el gasto energético sea sumamente relevante. Aun cuando el ejercicio tiene un peso notable en la calidad de vida y hacernos sentir mejor, no es el aspecto más importante", indicó la especialista Carolina Solís-Herrera durante su ponencia en el Congreso Internacional de Investigación sobre Obesidad.

Según datos del Hospital Clínic Barcelona, en general, se acepta que la causa del padecimiento es un desequilibrio energético entre las calorías que se consumen y las que se gastan a través del deporte y de las actividades que se llevan a cabo todos los días, por lo que el cuerpo almacena el exceso de éstas en forma de grasa. En las últimas cinco décadas ha habido una tendencia global a ingerir alimentos ricos en grasa, azúcares y sal, lo que ha provocado que se consuman más calorías de las requeridas, muchas veces por abusar tanto de las comidas rápidas como de las bebidas con alto contenido energético (como refrescos y cafés preparados). De hecho, la abundancia y variedad de alimentos con azúcar añadida figuran entre los factores ambientales que contribuyen al desarrollo de esta enfermedad. Dicho ingrediente se utiliza para hacer que los productos sean más sabrosos y, por ende, haya un aumento de ventas. Además, hay un aumento considerable en el tamaño de las porciones.

Según información de la División de Endocrinología del Centro de Ciencias de la Salud de la Universidad de Texas, entre las consecuencias desafortunadas de los alimentos "bajos en grasa" se encuentra una disminución de los lípidos, pero un incremento de azúcar. De igual manera, hay un exceso de productos procesados con alto contenido energético.

La buena noticia es que la obesidad, en gran medida, es tratable. La clave es lograr un equilibrio entre las calorías consumidas y las gastadas, lo cual se consigue limitando la ingesta de energía procedente de todo tipo de grasas, así como el consumo de azúcares. Para aumentar el gasto calórico, debe incrementarse el tiempo de actividad física de intensidad moderada todos los días. "Decirles a los pacientes que su expectativa de vida se reduce solo por su peso, provoca que empiecen a escucharnos. Vivir hasta una década menos por la obesidad es una realidad", explica Carolina Solís-Herrera, jefa de la División de Endocrinología en la Universidad de Texas.