- Casi tres mil pacientes en lista de espera. Se trata de un acto altruista, voluntario y solidario que se puede realizar en vida o al fallecer: Germán Palafox, de la Facultad de Psicología.
Redacción
Ciudad de México
Los principales motivos por los cuales se duda para donar son la falta de confianza en las instituciones y de información para llevar a cabo el proceso, además de las creencias religiosas, explicaron los académicos de la UNAM Germán Palafox Palafox y Mariana Baez.
Según el Centro Nacional de Trasplantes (Cenatra) de la Secretaría de Salud, en México, hasta el 20 de febrero pasado, reportó que existían 18 mil 807 personas que esperan un trasplante, 15 mil 707 de riñón; en lo que va de 2025 se han practicado sólo 353 procesos de este tipo.
En la lista de espera se encuentran dos mil 816 pacientes que requieren procedimientos de córnea; durante el presente año se han efectuado 413 operaciones. En el tercer lugar de necesidades hay 247 que requieren un hígado y se han concretado 41 donaciones.
Los universitarios coinciden en la necesidad de generar una cultura en la materia. Al respecto, Palafox Palafox, de la Facultad de Psicología (FP), refiere que se trata de un acto altruista, solidario y voluntario que se puede realizar en vida (riñón, segmento de hígado, pulmón, intestino, páncreas o células hematopoyéticas) y al fallecer (pulmón, intestino, páncreas).
Encuesta
En entrevista con motivo del Día Mundial del Trasplante de Órganos y Tejidos, que se celebró el 27 de febrero, Palafox Palafox detalló que los resultados preliminares de una encuesta realizada en la FP, que consultó de 300 a 400 jóvenes de la Universidad, y cuyos resultados aún están en revisión, señalan que más allá del miedo a las agujas o factores psicológicos, la falta de confianza en las instituciones, creencias de que hay un mercado negro de órganos, así como las condicionantes religiosas son los principales prejuicios para rechazar este acto.
“En el caso de la cadavérica, muestra que las razones son que la gente se imagina que hay un mercado negro de órganos y corrupción en las instituciones hospitalarias; hay quienes están indispuestas por razones religiosas; consideran que el cuerpo no se debe violar porque es sagrado y tampoco quieren que parezca mancillado, o creen que luego de la operación les regresarán un guiñapo de carne”, indicó.
El investigador recalcó que si es su voluntad, es relevante que los familiares sepan que se tiene el deseo de hacerlo para que, cuando las autoridades lo sugieran, los deudos puedan autorizar el procedimiento.
Mariana Baez, de la Facultad de Medicina, aseguró que una persona está más dispuesta cuando se trata de un pariente cercano que ante una persona desconocida, por lo que es esencial considerar que instituciones como la UNAM se esfuerzan en preparar más a las y los especialistas que hacen estas cirugías.
La experta destacó que el principal tipo de donación en México es renal; con frecuencia hay de persona viva y cadavérico. Afortunadamente, es posible vivir con un solo riñón, así que si un familiar tiene una enfermedad del riñón que sea terminal hay más posibilidad de que se pueda traspasar uno.
La también anestesióloga de trasplantes en el Instituto Nacional de Ciencias Médicas y Nutrición Salvador Zubirán expuso que en nuestro país se consuman menos procedimientos en comparación con España o Estados Unidos.
Por ello, consideró positiva la reciente aprobación del Consejo Universitario de la UNAM del Plan y Programas de Estudio de la Especialización en Trasplante Renal, cuyo objetivo es formar médicas y médicos capaces de desarrollar una práctica profesional de alta calidad científica, con profundo sentido humanista y vocación social de servicio, que integren el trabajo de atención médica, las actividades de investigación y educación.
Aclaró que en el país únicamente el personal del Cenatra está autorizado para sugerir la donación, que se hace posible solamente ante la muerte cerebral de un paciente hospitalizado, es decir, no cualquier médico puede abordar el tema y si el fallecimiento ocurre fuera del nosocomio tampoco se puede proceder al otorgamiento.
Baez afirmó que los requerimientos de equipo quirúrgico especializado, estudios y cuidados especiales son costosos, razón por la cual la mayoría se solicita en las entidades públicas.
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DESTACADO
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La cultura de donación de órganos, limitada en México
Se debe poner en el horizonte de la población la posibilidad de que se realice un mayor número de trasplantes, no sólo como un recurso terapéutico, sino también como una parte de nuestra cultura en la que implementemos la disposición a ser donadores, advirtió Juan Pablo García Acosta, profesor de la carrera de Medicina en la Facultad de Estudios Superiores Iztacala.
A propósito del Día Mundial del Trasplante de Órganos y Tejidos, que se conmemora mañana 27 de febrero, el médico especialista en salud pública destacó que en el mundo los problemas de salud que terminan en la falla o pérdida de algún órgano o tejido del cuerpo se han incrementado. “Son frecuentes, por ejemplo, la pérdida de un riñón, un corazón que ya no cumple su función adecuadamente o unas córneas que nos impiden ver”, mencionó.
La fuente principal de estos órganos y tejidos somos los seres humanos; por ello, si no fomentamos la cultura de la donación, no podremos alcanzar la suficiencia de órganos disponibles para esos pacientes que los requieren. Las dos vías son el donador vivo y el cadavérico; pero en México el segundo es menos socorrido, porque la gente tiene muchas dudas y temor a este tipo de procedimientos.
En nuestro país hemos tenido algunos altibajos en las cifras de donación: en 2022 se realizaron 6,067 trasplantes; ahora estamos en una tasa de unos 25 trasplantes por millón de habitantes, una cifra muy baja si la comparamos con países líderes en esta materia como España, Estados Unidos y Canadá, que están por arriba de 100 trasplantes por millón de habitantes.
Antes de la pandemia en México estaba mejorando, con una tasa cercana a 50 trasplantes por millón de habitantes, pero la crisis sanitaria de la Covid-19 fue un daño muy grande para estos procedimientos en nuestro país y en muchas partes del mundo, donde se reconvirtieron hospitales y las personas tuvieron que abandonar tratamientos, por lo que en ahora estamos en una tasa de 25 trasplantes por millón de habitantes. “Y aunque comienza una etapa de recuperación desde 2023, todavía no alcanzamos las cifras prepandemia”, señaló.
Córnea, en primer lugar
En México lo que más se dona es la córnea, que ocupa casi el 50 % de los trasplantes; en segundo lugar el riñón, con un 44 % de estos procesos que generalmente se hacen con donador vivo; en tercer sitio el hígado con 3.9 %; en cuarto el corazón con un 0.7 %; y en quinto el pulmón en 0.2 %, informó García Acosta.
Otras donaciones menos frecuentes son las de pulmón y de intestino delgado, que requieren un manejo muy cuidadoso.
“Hay que estar conscientes que un donador no tiene una limitante de edad, y se somete a un tamiz antes de cualquier proceso. Una sola persona puede beneficiar hasta a siete pacientes cuando muera, pero es importante que tenga la disposición de hacerlo, y de preferencia que porte su tarjeta de donador ante el Registro Nacional de Trasplantes y lo hable con sus familiares”, explicó.
Por suerte, en nuestro país realizan trasplantes instituciones públicas y privadas, alrededor de unas 500. “Tenemos una fortaleza importante en la Secretaría de Salud, el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) y el Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado (ISSSTE), los cuales lideran los trasplantes, aunque están las privadas donde se llevan a cabo con bastante éxito.
García Acosta subrayó que existe una discrepancia entre los donadores potenciales y las personas que se encuentran en espera de una donación. “Tenemos un poco más de 20,000 pacientes en la lista de espera para recibir un órgano o tejido, de acuerdo con el Registro Nacional de Trasplantes.
Respecto a los rechazos, éstos se han reducido mucho gracias al avance de la farmacología, comentó el médico, aunque hay que estar conscientes de que, tras ser beneficiado con una donación, hay que tomar medicamentos de por vida.
García Acosta recomendó incrementar, no sólo en la efeméride, las campañas de difusión para promover la donación y sus amplios beneficios.