- Para enfrentar las protestas que repelan redadas anti inmigrantes
Agencias
Nueva York
El comandante en jefe Donald Trump ha ordenado el despliegue de los Marines -fuerza élite empleada históricamente como vanguardia en invasiones e intervenciones de otros países- a las calles de Los Ángeles para apoyar a las tropas de la Guardia Nacional, despachadas desde el domingo, intensificando su represión de protestas en esa región de California ante redadas anti inmigrantes de alto perfil iniciadas en viernes.
Los Marines no participarán directamente en actividades de aplicación de la ley por ahora, y no se ha detallado precisamente cuál será su tarea. Las fuerzas armadas no pueden participar en actividades policiacas, pero el presidente está amenazando con invocar la llamada Ley de Insurrección -una ley antigua de 1807 que permitiría emplear a los militares para suprimir violencia que se califica como una rebelión contra la autoridad del gobierno de Estados Unidos.
Por ahora, con esta decisión, Trump ha intensificado su confrontación con el estado demócrata más grande del país y está al borde de generar una posible crisis constitucional sobre su poder para actuar en lo que sería una acción de represión en las calles de Estados Unidos.
La Casa Blanca ha oscilado en su mensaje sobre a quien califica como la “amenaza” a Estados Unidos justificando el despliegue de tropas de la Guardia Nacional y hasta amenazas de enviar a los Marines. Por un lado, sigue atacando a los “invasores” extranjeros criminales y, por otro lado, a la “izquierda radical” e instigadores “pagados”. También incluye entre sus enemigos a gobernadores, legisladores y alcaldes demócratas que se oponen y critican las medidas.
“Fue una gran decisión”, se auto elogió Trump este lunes sobre el envió de la Guardia Nacional a Los Ángeles. Afirmó en su red social que si no hubiera hecho eso para enfrentar los “disturbios violentos e instigados. Los Ángeles hubiera quedado obliterado”, y condenó la inacción e ingratitud del gobernador demócrata de California Gavin Newsom y el alcalde demócrata Karen Bass de Los Ángeles.
La noche del domingo, Trump anunció en su red social que estaba ordenado a la secretaría de Seguridad Interna, a su secretario de Defensa y a su Procuradora General “tomar toda acción necesaria para liberar a Los Ángeles de la invasión Migrante y poner fin a los disturbios Migrantes. El orden será restablecido, los ilegales serán expulsados y Los Ángeles quedará libre”. Hoy envió otro mensaje, ahora por su cuenta electoral, alertando de “un ataque contra la patria”, al referirse tanto a las protestas en Los Ángeles como para justificar la entrada en vigor de su prohibición de viaje contra una docena de países.
Un día antes, justificó él envió de las tropas de la Guardia Nacional al señalar que las protestas en Los Ángeles eran “una rebelión”, y utilizó una cláusula de una ley que le permite hacerlo sin consultar con gobernadores ante “una rebelión o el peligro de una rebelión contra la autoridad del gobierno de Estados Unidos”.
Al parecer, según la versión oficial, las protestas contra “la autoridad” son obra de algunas combinaciones de “izquierdosos radicales” con “invasores migrantes”.
Por su parte, el gobernador Newsom de California y la alcalde Karen Bass de Los Ángeles, junto con legisladores que representan esa región, denuncian que los disturbios, confrontaciones violentas y más fueron provocados por las maniobras de la Casa Blanca y sus fuerzas federales.