- En Ciudad de México existe una “gentrificación selectiva" en corredores de Insurgentes, Reforma, Roma y Condesa
Agencias
Ciudad de México
En la Ciudad de México existe una “gentrificación selectiva" en corredores de Insurgentes, Reforma, Roma y Condesa, por lo que el año pasado alquilar un departamento en la CDMX se encareció un 17.55 por ciento, creando presión sobre residentes tradicionales, alertó Lorena Margarita Umaña Reyes, especialista en sociología urbana del Centro de Estudios Sociológicos de la UNAM.
Esta modificación urbana en ciertas colonias ha ocasionado el aumento de hasta un 94 por ciento en las rentas de algunas zonas de la capital, transformando dramáticamente barrios enteros y su composición social, lo cual también genera expulsión.
La socióloga urbana señaló que la gentrificación, en cierta medida, ha propiciado movimientos sociales urbanos que lo utilizan como una herramienta de denuncia y resistencia, ante procesos de despojo que se disfrazan bajo conceptos de “recuperación, revitalización y regeneración urbana”.
Durante una ponencia que ofreció sobre Movilidad Social y Gentrificación, la experta de la UNAM en espacio público comentó que las colonias Roma y Condesa se caracterizan por la llegada de nómadas digitales, por lo que en los dos años más recientes en ambas colonias ha habido una proliferación de plataformas que alquilan viviendas y las han transformado en un negocio turístico.
"Observamos un modelo impulsado por capitales transnacionales que han posibilitado que inversionistas nacionales e internacionales compren participaciones en desarrollos inmobiliarios a través de la bolsa y con ello convierten la vivienda y el suelo urbano en productos financieros especulativos”, explicó.
Lo anterior está ocasionando la sustitución de los comercios barriales tradicionales como las fondas por restaurantes gourmet y espacios de coworking, así como aumentos de hasta 118 por ciento el costo de renta, lo cual ha vuelto inviable económicamente la permanencia de habitantes de menores ingresos.
Datos del Inegi indican que la CDMX ha perdido 248 mil personas que han emigrado a la periferia, debido a la presión inmobiliaria. De las personas desplazadas, el 42 por ciento se establecieron en el estado de México.
No obstante, la académica de la universidad nacional concluyó que las dinámicas urbanas contemporáneas generan consecuencias deseadas y no deseadas, beneficios y exclusiones, oportunidades de movilidad social para algunos sectores y procesos de expulsión para otros.
La gentrificación, dijo, ha generado oportunidades laborales, mejoramiento de servicios urbanos y actualización de infraestructura, pero el problema surge cuando estos procesos de modernización ocasionan la expulsión sistemática de poblaciones históricas, por lo que el Estado tendría la obligación de regular el mercado de alquiler y garantizar vivienda asequible.