28 de Noviembre de 2024

Reciben indígenas de la sierra de Soteapan a grupo de padres de normalistas de Ayotzinapa

-La herida sigue abierta, está sangrando, señalan padres de normalistas guerrerenses desaparecidos hace 9 meses

Rafael Meléndez Terán Tatahuicapan de Juárez, Ver., 26/05/2015

Recibidos como héroes por los indígenas popolucas de la sierra de Soteapan, tres padres de los 43 normalistas desaparecidos de Ayotzinapa y un estudiante sobreviviente, llegaron al municipio de Tatahuicapan de Juárez para exigir justicia al Estado, a quien culparon de ser causante de la masacre estudiantil, aunque de ello se culpe erróneamente a la delincuencia.  

Recién llegados de Yucatán, después de 13 días de recorrido por el Distrito Federal, Oaxaca y Chiapas, los padres de Julio César Ramírez Nava, Benjamín Ascencio Bautista y Julio César Mondragón reclamaron al “narcoestado” por mantenerlos con el alma en un hilo y no  se les dé una respuesta certera del paradero de sus hijos, luego de nueve meses de la desaparición de los 43 estudiantes normalistas de Ayotzinapa en el municipio de Iguala, Guerrero.

Bertha Nava Martínez, Tomás Ramírez y Cristina Bautista pidieron al Gobierno Federal que regresen a sus hijos y no van descansar hasta que les digan la verdad, aunque en ello se les vaya la vida y sean acosados, vigilados y amedrentados por fuerzas de seguridad de todos los niveles.

 

“La herida sigue abierta, está sangrando, por eso nosotros luchamos con rabia hasta dar con nuestros hijos”, advirtió Bertha Nava, tras relatar la historia de terror que ha vivido desde el pasado mes de septiembre, cuando a su hijo fue baleado brutalmente.

Pidieron a los reunidos en la calle Zaragoza, del Centro de Tatahuicapan, no olvidar este hecho, que poco a poco se está apagando y que  se mantenga presente en la memoria este caso, ya que gracias al olvido las injusticias quedan impunes.

“No se puede permitir que la desaparición forzada de personas sea algo que se extienda y quede impune, hay que evitar que vuelva a suceder un hecho como el de Ayotzinapa”, aseveró Tomás Ramírez, dejando entrever que hechos como el de Guerrero puede suceder en cualquier punto del país.  

En este sentido, el Congreso Nacional Indígena (CNI), a través de su representante, Jacinto Flores, manifestó que todos los mexicanos son vulnerables a la guerra de estado que se vive actualmente, como  los muestran las cifras rojas: 45 mil desaparecidos, 100 mil muertos, y en este caso 43 desparecidos, un asesinado y otro más en estado de coma.

“México está herido por un estado de guerra que estamos viviendo, como mexicanos como pueblos indígenas nos toca organizarnos para que no haya un muerto y un desaparecido más”, señaló en su mensaje.

Acusaron que cada uno de los muertos, encarcelados en la defensa de los pueblos, asesinados son resultado de la guerra implementada por en narco estado mexicano en contra del pueblo para imponer proyectos de saqueo territorial de las grandes empresas transnacionales, apoyados por las reformas estructurales, exclamó Maribel Cervantes, representante del Proceso de Articulación de la Sierra de Santa Marta.

“Nos unimos al clamor mundial, abrimos nuestro corazón a los padres, de los compañeros y compañeras y  les manifestamos nuestra admiración por seguir sin tregua en exigencia de la aparición de la vida de sus hijos y se haga justicia en el caso de los asesinados”, gritó a los reunidos, provenientes de todos los municipios serranos, de Coatzacoalcos, y Minatitlán y de integrantes de grupos de resistencia social y magisterial. 

 

Según la versión oficial, los estudiantes fueron asesinados y quemados en un basurero por miembros del cártel de Guerreros Unidos, cuya veracidad es desechada por los padres, que se resisten a creer ya que, entre otros, sólo ha sido identificado uno de los jóvenes a partir de los restos hallados.


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