Agencias
Islamabad, Pakistán
Un ataque suicida contra un hospital de la ciudad de Quetta, en el oeste de Pakistán, dejó ayer al menos 69 muertos y 108 heridos, en un atentado cuya autoría se adjudicó el grupo Jamaat ul Ahrar, escisión de la formación insurgente Tehrik-e-Taliban Pakistan (TTP), y que ya es uno de los peores en lo que va del año en suelo paquistaní.
Un hombre con ocho kilos de explosivos hizo detonar las bombas en la entrada de emergencias del Hospital Civil de Quetta, a donde poco antes había sido llevado ya sin vida el presidente de la Asociación de Abogados de Baluchistán, Bilal Anwar Kasi, asesinado en horas de la mañana a tiros por un grupo de hombres sin identificar.
Una fuente de la oficina del jefe de Policía de Baluchistán, provincia del suroeste del país de la que Quetta es capital, dijo que al menos 63 personas habían muerto y otras 101 resultaron heridas en la "fuerte explosión", a la que siguió un tiroteo en el centro de salud. Más tarde las cifras incrementaron.
Alrededor de 600 abogados y periodistas habían acudido al centro médico tras conocerse la noticia de la muerte de Kasi, en torno a las 9:00 horas, señaló el portavoz del Hospital Civil, Abdul Rehman.
Entre los muertos se encuentra un periodista de la televisión Aaj, Mahmood Khan, y el operador de cámara del canal Dawn, Shahzad Khan, que habían acudido al hospital a cubrir la noticia de la muerte de Kasi.
Las televisoras paquistaníes mostraron imágenes de heridos vestidos con trajes negros de luto, el suelo salpicado de sangre y un gran caos en el centro médico.
