6 de Octubre de 2024

Niños que tienen zika sufren discriminación

 

Madres de familia acusan malos tratos del Sector Salud; piden que se indaguen las necesidades de sus hijos, porque merecen un trato digno y una mejor calidad de vida.

 

El Universal
CIUDAD DE MÉXICO


"Tu hijo está feo, da miedo", le dijo un niño de no más de seis años a Lluvia, quien con enojo quiso contestar: "Cierra los ojos, no lo veas", pero se contuvo y trató de explicar que Arturito está enfermo y por eso su cabeza es pequeña. Para ella y su esposo, lo más difícil de que su hijo tenga microcefalia por zika no es la enfermedad, sino la discriminación, las miradas acusadoras "que me dicen: '¿Por qué no te cuidaste?', '¿Por qué dejaste que el mosquito te picara?'".

Lluvia es una de las 23 mujeres que conforman el chat de WhatsApp "La fe mueve montañas", en el cual todas son mamás de niños que nacieron con el síndrome congénito por "posible" zika, porque no fueron diagnosticadas. Por esa vía comparten consejos y tips para darle una mejor calidad de vida a los niños y también se sienten acompañadas.

A pesar de que la Secretaría de Salud estableció en el documento Atención y seguimiento del embarazo y su relación con el virus zika que toda mujer embarazada que llegara a un servicio de salud con dos o más síntomas como fiebre, exantema, conjuntivitis, dolor de cabeza, retroocular y muscular debía ser registrada en una base de datos por posible infección del virus y tomarle pruebas para diagnosticarle, esto no ocurrió en el caso de Lluvia ni de las otras 22 madres de familia.

"A las ocho semanas me salieron las manchas rojas, tuve dolor de cabeza, no soportaba el sol y fui con el ginecólogo, pero me dijo que a lo mejor era dengue, que eso no tendría mayor complicación, que me fuera a casa y guardara reposo", recuerda.

El documento de la dependencia indica que después de confirmar que la mujer embarazada tuvo el virus se debe notificar a la Dirección General de Epidemiología y después al Centro Nacional de Equidad de Género y Salud Reproductiva, a fin de explicarles a las futuras madres los riesgos de que el feto nazca con un síndrome congénito y entonces tengan la oportunidad de decidir si continúan o no con su embarazo.

Las 23 mujeres que radican en Sinaloa, Chiapas, Veracruz, Colima, Jalisco, Puebla, Campeche y Zacatecas no llegaron al segundo paso, que es registrarlas como probables portadoras del virus. A todas las enviaron a casa sin un diagnóstico certero: a algunas les dijeron que quizá era dengue; a otras que se trataba de zika, pero no tenían reactivos para confirmar. Además, la interrupción del embarazo está prohibida en esas entidades.

José Luis Alomía Zegarra, director general de Epidemiología de la Secretaría de Salud, confirmó la información de los lineamientos, pero, enfatizó, la decisión de abortar depende del marco legal aprobado.

"Por ley, toda mujer embarazada que tenga salpullido debe ser valorada como posible paciente de zika. Si se detecta la enfermedad, se le informa a la futura madre la probabilidad de que su hijo nazca con un síndrome congénito, pero debe quedar claro que los servicios de salud tienen que funcionar en apego y respetar las leyes", mencionó.

Según cifras oficiales de las 7 mil 120 mujeres embarazadas que adquirieron el virus, sólo 53 recién nacidos reportaron un síndrome congénito; sin embargo, Alomía Zegarra dijo que "el sistema de información no tiene el diseño para saber si una mujer embarazada, con base en la situación o diagnóstico final de su feto, tomó la decisión de abortar".

 

"¿Por qué dejaste que te picara el mosquito?"

Una bandera tricolor con una Virgen de Guadalupe al centro adorna la pared verde; a un costado se alcanza a leer en plumón negro: "Familia Quintana Morales" y en mayúsculas: "Emili Merizhu". Ese nombre pertenece a la niña de 2 años 8 meses que se mece sobre la cama, quien, a pesar de su edad, no sostiene su cabeza y tampoco habla; tiene microcefalia.

A sus 23 años, María de los Ángeles supo que sería madre. La noticia la emocionó tanto como a su esposo, Alejandro Quintana. El embarazo transcurrió con normalidad, pero a los siete meses ella tuvo comezón en la piel y se sentía muy cansada. Esto no fue motivo de alarma para su médico, cuyo diagnóstico fue que "a lo mejor era dengue y se me iba a pasar".

A los nueve meses de gestación, le dijeron que tenía preeclampsia y no podría tener a su bebé en el municipio de Escuinapa, Sinaloa, donde vive, por lo que tendrían que trasladarla a Mazatlán para practicarle una cesárea.

"Me internaron y de ahí no supe más. Me dieron de alta, pero mi niña quedó hospitalizada casi un mes, que por falta de oxigenación en el cerebro, luego que era microcefalia a raíz del zika", relata.

Sin haber sido diagnosticada con el virus en Escuinapa, María escuchó el primer reproche de una pediatra: "¿Por qué dejaste que te picara el mosquito? Por eso te dio el virus y la niña nació así".

Apenas pudo contestar que cuando tuvo comezón fue al médico, donde le dijeron que sólo era una alergia o podía ser dengue y no le explicaron que el dolor en los huesos y la fiebre eran síntomas del virus.

"Me sentí culpable y traté de recordar cuándo me pudo picar ese mosquito. La verdad yo no sabía mucho de la enfermedad. A veces, durante mi embarazo, pasaban a la casa y fumigaban, revisaban los tambos y piletas, pero nos decían que era porque aquí hay mucho zancudo", narra.

José Luis Alomía enfatizó en que una manera de prevenir que las mujeres embarazadas adquieran la enfermedad es a través de medidas preventivas como tener mosquiteros en puertas y ventanas, usar ropa que cubra la mayor parte del cuerpo, no dejar el control prenatal; acudir a una valoración para descartar la posibilidad de tener el virus en caso de tener sarpullido, dolor corporal y fiebre

A pesar de seguir esas recomendaciones, María no evitó la picadura del mosco Aedes aegypti.

"La pediatra me regañó, pero de verdad yo no supe cuándo me contagié. Ahora sé que ese mosquito es muy dañino y sólo espero que no haya más casos y la gente no te mire con enojo, como si uno hubiera provocado la enfermedad", menciona.

De acuerdo con José Luis Alomía, los niños que nacen con algún síndrome congénito por zika deben ser referidos a neonatología para plantear un seguimiento. No obstante, los hijos de las 23 mujeres no lo han recibido todavía.

"Espero que las autoridades investiguen (...) Nuestros hijos no son un mito, nacieron con microcefalia por zika; merecen la mejor calidad de vida que se les pueda ofrecer", dice.


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