1 de Octubre de 2024

Enemigos silenciosos del oído

a13 a

• Escuchar música a gran volumen, tomar medicamentos sin supervisión médica y no atender de manera correcta las enfermedades virales figuran entre las causas de la pérdida de la audición

Agencias
CIUDAD DE MÉXICO

No oír bien es un problema más frecuente de lo que parece. De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS), se prevé que para el año 2050 haya casi dos mil 500 millones de personas con algún grado de pérdida de la audición y que, al menos, 700 millones de ellas necesiten rehabilitación.

Se habla de un deterioro auditivo cuando alguien tiene dificultades para oír una conversación o escuchar sonidos fuertes. Dicho problema puede afectar uno o ambos oídos y encontrarse en un nivel leve, moderado, grave o profundo. En este último, las personas suelen percibir muy poco o nada. La pérdida de la audición se debe a varios motivos, como el proceso mismo de envejecimiento, la exposición a mucho ruido, así como a distintas condiciones de salud. Conoce las causas que ponen en peligro la capacidad de oír y a las que no se les suele prestar mucha atención debido a que son parte de la cotidianidad.

¡Cuidado con los ambientes ruidosos!

Los sonidos fuertes se consideran la causa más común de pérdida de la audición. A pesar de ello, las personas no suelen darles la importancia debida a los ambientes ruidosos. “Las normas internacionales establecen que el máximo de sonido que debe percibirse son 90 decibeles en un espacio de ocho horas”, indica René Toral Martiñón, médico especialista en audiología del Centro Médico ABC.

Tal intensidad de sonido puede provenir de distintas fuentes, como una cortadora de césped, conciertos, fiestas e incluso entornos laborales ruidosos. Por ejemplo, quienes trabajan en discotecas o bares, personas que se dedican a la construcción o la minería, controladores aéreos, carpinteros, mensajeros o repartidores en motocicleta, entre otros. “Aquellos empleados que se exponen diariamente al ruido de máquinas deben realizarse estudios anuales del oído, ya que la exposición a sonidos intensos y frecuentes puede afectar la audición con el paso del tiempo”, subraya Martha Vidal Ixta, audióloga de los Hospitales MAC, quien indica que no solo escuchar música representa un peligro.

Según el Instituto Nacional de la Sordera y otros Trastornos de la Comunicación de Estados Unidos, la mejor forma de proteger la capacidad auditiva es alejarse de los ruidos intensos, bajar el volumen y, cuando estas opciones no son posibles, colocarse protectores de oídos como tapones y orejeras, los cuales ayudan a reducir la intensidad.

Sí a la música, pero con medida

El uso de audífonos en lugares como la oficina, el gimnasio y el transporte es sumamente común. Sin embargo, utilizarlos durante periodos prolongados y con un volumen elevado aumenta el riesgo de sufrir problemas auditivos permanentes. De acuerdo con el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), una intensidad alta de sonido y el empleo constante de este accesorio pueden ocasionar pérdida auditiva prematura hasta 30 años antes de lo normal. Para evitar dicho daño, “hay que seguir la regla de los tres: no pasar más de 30 minutos escuchando música con estos dispositivos, no superar el 30% del volumen ideal y no utilizarlos por más de tres días continuos. Por otro lado, es mucho más nocivo el uso de audífonos de inserción, aquellos que se introducen en la oreja, porque el ruido está más cerca del tímpano, lo que incrementa la vibración”, dice la especialista en audiología Martha Vidal Ixta.

Los modelos con cancelación de ruido cubren el oído por completo, lo que provoca que no haya salida de la onda sonora, el sonido se vaya directamente al oído interno y, por ende, se presente una mayor afectación a largo plazo. Entre los consejos para mantener una buena salud auditiva están bajar el volumen de los dispositivos al 60% de su límite máximo, así como darle tiempo al oído de recuperarse, es decir, no utilizarlos todos los días o hacer pausas de 60 minutos por cada hora de uso.

La marcha del reloj no perdona

Diferentes factores perjudican la audición a medida que envejecemos. Desde cambios en el oído interno hasta algunas enfermedades pueden alterar la capacidad auditiva. De acuerdo con el Instituto Nacional de la Sordera y otros Trastornos de la Comunicación de Estados Unidos, los problemas frecuentes en las personas mayores, como la presión arterial alta y la diabetes, se asocian con la pérdida de la audición. Entre las señales de la aparición de un problema se encuentran no escuchar bien las conversaciones con familiares o amigos, no oír cuando tocan el timbre, así como entender con claridad las indicaciones, por ejemplo, las dadas por el médico. Estas manifestaciones no solo pueden ser frustrantes o vergonzosas para los adultos mayores, sino también peligrosas tanto dentro del hogar como cuando salen a la calle. “A los 60 años, alrededor del 50% de la población va a tener algún problema mínimo de la audición. A los 70, el porcentaje se incrementa al 75%, mientras que después de los 80 años, casi el 100% va a presentar algún problema auditivo”, señala Toral Martiñón. La detección oportuna y tratamiento de cualquier problema están condicionados a la visita regular al médico, quien llevará a cabo una valoración del oído, mediante un interrogatorio y exploración física. Los audífonos que se colocan en el oído o detrás de la oreja ayudan a tener mayor audibilidad.

Elevan el riesgo

Una infección de oídos puede afectar a cualquiera de las tres partes del sistema auditivo. Según información de la Asociación Estadunidense de Personas Jubiladas (AARP, por sus siglas en inglés), las enfermedades que afectan al oído externo y medio causan, por lo regular, una pérdida auditiva temporal, mientras que las del oído interno generan un daño auditivo neurosensorial permanente.

Las patologías del oído externo aparecen cuando la piel del conducto auditivo se contamina. Comúnmente, suele haber dolor, inflamación y drenaje de líquido. Debido a estas señales, hay una disminución temporal de la audición, pues se evita que los sonidos lleguen al tímpano. Cuando el problema desaparece, la capacidad de oír se recupera. “Por lo general, las infecciones virales afectan principalmente al oído medio. Cuando éstas se presentan es común que haya un aumento en la producción de moco, el cual no solo se deposita en la nariz y garganta, sino también se va al oído. Al perforarse el tímpano, se vuelve una causa de pérdida auditiva”, explica Vidal Ixta.

Asimismo, la otitis es el tipo de infección más frecuente del oído medio, el cual se encuentra localizado detrás del tímpano. Este tipo de problema se desarrolla con rapidez y es doloroso. Los bebés y niños son más susceptibles de padecerlo, debido a que sus trompas de Eustaquio se obstruyen fácilmente. Para reducir el riesgo de contraerlo, hay que lavarse las manos para evitar los resfriados.

Medicamentos no tan inofensivos

Distintos fármacos pueden perjudicar la salud de los oídos, entre ellos, antibióticos o medicamentos de quimioterapia. “Quienes toman analgésicos para el dolor o algún problema muscular o de artritis, pueden presentar alguna lesión auditiva a futuro. El mismo riesgo corren quienes ingieren diuréticos”, asegura el especialista Toral Martiñón.

A los trastornos de la audición causados por medicamento se le llama ototoxicidad. Según la compañía farmacéutica MSD, desarrollar este problema depende de factores como la cantidad tomada, la duración del tratamiento, si la persona sufre una alteración en la función renal (lo que dificulta la eliminación del mismo), la existencia de antecedentes familiares, o si el paciente está tomando más de un fármaco ototóxico a la vez.

Entre los síntomas que suelen aparecer están la pérdida de la audición, un ruido permanente en los oídos o dificultad para caminar y mantener el equilibrio. Cuando los médicos detectan este trastorno deben dejar de administrar la sustancia en cuestión, a menos de que no haya alternativa, como sucede con los tratamientos para el cáncer. Para prevenir este problema, especialistas sugieren tomar la dosis eficaz más baja de los fármacos que pueden dañar el oído, además de siempre estar controlada. De acuerdo con información de la AARP, se han vinculado más de 600 medicamentos a la pérdida de audición, incluidos analgésicos de venta libre.

Los virus, una constante amenaza

De acuerdo con los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades de Estados Unidos (CDC, por sus siglas en inglés), las infecciones de oído ocurren en cerca de uno de cada 10 niños con sarampión y pueden causar pérdida permanente de la audición. “Ésta y otras enfermedades virales, como la rubeola y las paperas, tienen la capacidad de lesionar el oído interno”, advierte René Toral.

En el caso del sarampión, se transmite mediante gotas expulsadas por la nariz o boca. El virus, presente en el aire o superficies, se mantiene activo y contagioso por espacio de dos horas. Una infección de paperas suele durar un par de semanas, pero sus efectos pueden permanecer toda la vida, especialmente aquellos asociados con la audición. Este virus se propaga muy fácil de persona a persona, por lo general al estornudar o toser. Se estima que entre uno y cuatro por ciento de quienes se infectan tienen pérdida de la audición. La mejor manera de proteger a los pequeños contra estas infecciones virales es a través de la vacuna triple vírica (contra sarampión, paperas y rubeola).

_______________

(RECUADRO)

Hábitos para escuchar mejor

El buen funcionamiento del aparato auditivo depende, en gran medida, de los cuidados que se le den todos los días. Algunos de éstos son:

* No introducir ningún objeto en el oído. Para su limpieza, especialistas sugieren utilizar agua únicamente durante el baño.

* Hay que secar las orejas suavemente con una toalla y evitar insistir demasiado en la zona del conducto auditivo (agujero).

* Utilizar protectores auditivos durante actividades ruidosas o en entornos laborales que puedan causar deterioro auditivo.

* No se debe escuchar música a todo volumen. Lo ideal es no sobrepasar el 60% de la capacidad del dispositivo electrónico.


LO ÚLTIMO EN EL HERALDO