En Bielorrusia, Vladimir Putin y Petro Poroshenko se encuentran por primera vez desde junio; se espera una reunión bilateral para tratar el conflicto ucraniano
MINSK
El presidente ruso, Vladimir Putin, y su par ucraniano, Petro Poroshenko, se saludaron el martes con un apretón de manos en el inicio de conversaciones en Bielorrusia en torno a la crisis en Ucrania, en el primer encuentro de ambos mandatarios desde junio.
Las tensiones entre ambos países se incrementaron antes de la reunión, después de que Ucrania emitió un video de soldados rusos capturadosen el este ucraniano, donde su Ejército ha estado combatiendo aseparatistas prorrusos rebeldes desde abril.
El conflicto, en el que han muerto más de 2 mil personas y que llevó a varios países de Occidente a imponer sanciones contra Rusia, se desató después de que Rusia anexó la península ucraniana de Crimea en respuesta al derrocamiento del ex presidente de Ucrania, que era cercano a Moscú.
En Moscú, una fuente militar dijo a agencias rusas de prensa que un grupo de soldados se había rendido ante las fuerzas ucranianas luego de que cruzaron la frontera por accidente.
Ucrania rechazó esa explicación.
Rusia siempre ha negado las acusaciones de Ucrania, que es apoyado por Estados Unidos y por la Unión Europea, de que está enviando armas y soldados por la frontera para apoyar a los separatistas prorrusos.
ESPERANZA DE PAZ
Tras el encuentro con su par ucraniano, Putin dijo que la crisis de Ucrania no puede resolverse a través de nuevas escaladas militares o sin un diálogo con representantes de las regiones orientales de habla rusa.
“Estamos convencidos de que (la crisis ucraniana) no se podrá solucionar por la vía de la escalada del uso de la fuerza, sin tener en cuenta los intereses vitales de las regiones surorientales del país y sin un diálogo pacífico con sus representantes", dijo Putin.
Por su parte, el presidente de Ucrania, Petro Poroshenko, aseguró hoy que el destino de Europa y del mundo se decide en la cumbre de Minsk.
“En esta reunión en Minsk se decide el destino del mundo y de Europa. Así lo veo yo", afirmó Poroshenko al inicio de la reunión en el Palacio de la Independencia en la capital bielorrusa, según las agencias rusas.
Poroshenko también instó a respaldar su plan de paz para el conflicto en el este de su país, que incluye el desarme de las milicias prorrusas y la descentralización de Ucrania, aunque se mostró dispuesto a debatir otras vías de solución de la crisis.
Tras la cumbre se espera que seguidamente se celebren encuentros bilaterales, entre los que el más esperado es el posible cara a cara entre Putin y Poroshenko, que se sentaron en una misma mesa en sólo una ocasión y en presencia de otros líderes europeos, para el 70 aniversario del Desembarco de Normandía.
“Considero que es importante que usted directamente, cara a cara, hable con Putin. Para Rusia y para Ucrania ha llegado la hora de la verdad. Pues, el derramamiento de sangre no puede continuar", aseguró Nursultan Nazarbayev, el presidente kazajo, al reunirse con Poroshenko.
Añadió que si esto sigue se puede convertir en una confrontación global, y animó a ambos líderes a lograr un compromiso para frenar las hostilidades en el este de Ucrania, donde el Gobierno de Kiev acusa a Rusia de apoyar y armar a los separatistas.
Durante la apertura de la cumbre, Nazarbayev propuso una tregua humanitaria para aliviar la situación de la población en la zona de combates en Donetsk y Lugansk.
Mientras, el presidente anfitrión, el bielorruso Alexandr Lukashenko, hizo un llamamiento a la responsabilidad de ambos países.
“Si queremos que nos consideren políticos responsables debemos tomar conciencia de la responsabilidad que tenemos ante nuestros pueblos y dejar de lado las ambiciones políticas", dijo.
Y ofreció la capital bielorrusa como sede para posteriores rondas de negociaciones para la solución de la crisis ucraniana.