23 de Noviembre de 2024

Revelaciones: Es más fácil inventar culpables

Margarito Escudero Luis

Da la impresión de que para las autoridades es más fácil asustar a la gente con el petate del muerto, que dedicarse a investigar y resolver las atrocidades que se están cometiendo en el país.

Es más sencillo echar la culpa al enemigo más peligroso, al que ha señalado sus fallos y pronosticado con mucha precisión, los atropellos que cometerían contra la Nación.

 

Da la impresión que para el gobierno el verdadero peligro está en aquellos ciudadanos que se atreven a señalar sus errores, a criticar su deficiente actuar y a sugerir cambios significativos en el manejo de la política nacional.

Para los políticos encumbrados es más importante desviar la atención del problema, que poner acción para solucionarlos.

Y en ese afán no les importa hacer el ridículo, cometer estupideces y exhibir a su jefe político.

No es el único caso, pero el de Andrés Manuel López Obrador es el más socorrido. No es de dudar que desde que Vicente Fox declaró que lo importante era “romperle el queso a López Obrador”, toda la fuerza del estado se puso en dirección de encontrar errores en el pasado del tabasqueño, debieron buscar por debajo de todos los archivos, un pretexto, una minucia para enlodar al único líder de la izquierda mexicana que ha mostrado congruencia.

Pero, por lo que se ha visto, hasta el momento no le han encontrado nada, de otra forma, se hubieran dado un festín y entretenido al populacho con un linchamiento muy colorido.

Pero en ese afán, los empinados resultan ser otros. Si sólo se tratara de que una fotografía fuera la prueba fehaciente de una complicidad, como pretendieron el presidente del PRI, el Senador Ernesto Cordero y otros inteligentísimos políticos mexicanos, entonces resultaría que sus jefes también estarían siendo cómplices, pues las fotografías los hundirían. 

Lamentablemente, los políticos cínicos y desvergonzados, saben que sus palabras calarán en el ánimo de una población ignorante y desinformada.

Cualquier persona puede tomarse una fotografía con un político que ande en campaña. Estos personajes llevan el ego henchido cada vez que la gente los rodea, los lisonjea y les pide.

Y cualquier ciudadano, en el ánimo de presumir un saludo con el candidato de sus preferencias, busca la oportunidad de la foto o lo que ahora se llama ‘selfie’.

Sin duda, AMLO cometió un gran error al negar cualquier relación con el ex alcalde prófugo de Iguala, Guerrero; las fotografías muestran lo contrario, pero de ninguna manera representan una prueba de complicidad.

En todo caso, todos los funcionarios que aparecen posando con el prófugo de Iguala, están en la misma situación.

AUMENTA LA REPRESIÓN

Y en ese miso tenor, podemos suponer que existe un tenebroso plan para sembrar terror entre los estudiantes, periodistas y todo aquel ciudadano que ose meter las narices en los delicados asuntos que las autoridades no pueden o no quieren resolver.

Desafortunadamente, hablar con la verdad no es vocación de políticos, mucho menos de aquellos que tienen cola que le pisen.

Y, como idea genial, sueltan a sus perros contra la gente que sólo busca explicaciones sensatas y verdaderas, no mentiras.

No dudan en enlodar a personas honestas, no les tiembla la mano para hundir a estudiantes, dejarlos lisiados de por vida o desaparecerlos.

Los ejemplos cunden, Ayotzinapa es el más grave, pero en otras partes, los jóvenes idealistas y atrabancados, están en grave riesgo.

Esos muchachos luchones y comprometidos, que deberían ser el orgullo del país, ahora son tratados como criminales y los criminales son tratados con deferencias, protegiendo sus derechos, sin tomar en cuenta los derechos de sus víctimas.

 En nuestro estado, estudiantes de la Universidad Veracruzana denunciaron públicamente que el pasado jueves, un alumno de la facultad de historia fue víctima de una desaparición forzada para después ser torturado e interrogado sobre los movimientos estudiantiles a futuro.

 El estudiante que no quiso identificarse, emitió un escrito donde narró que, sujetos de la policía estatal vestidos de civil, lo interceptaron cerca del área de humanidades en la calle Mártires 28 de Agosto y lo subieron a una patrulla de la Secretaría de Seguridad Pública sin placas ni número.

¿Cuántos casos así han sucedido? Pero con el terror que esto provoca, las víctimas no se atreven a denunciar.

¿Hasta dónde están dispuestos los funcionarios a llegar, atacando a la población, en lugar de protegerla de los criminales que se les escapan?

 

Estamos indefensos