Margarito Escudero Luis
Pensándolos bien, hay más de 400 elementos policiacos en la ciudad, mejor equipados, mejor entrenados y supuestamente, mejor pagados; lo que debiera traducirse en un mejor desempeño para entregar mejores resultados.
Sin embargo, en la sociedad de la región sur, los hechos violentos continúan, los delitos mantienen una constante, con la agravante que cada vez, los delincuentes actúan con más violencia.
Entonces el problema no es de vigilancia, ni cantidad de policías. Es ahí donde las autoridades comienzan a poner atención, pues alguna parte de este espectro se está descuidando y que hace quedar mal a todos.
Si bien el reglamento municipal de seguridad fue aprobado desde la administración anterior, éste no se puso en marcha con todo el rigor que el caso requiere y es hasta que un hecho violento provoca la muerte de un distinguido personaje de la sociedad, cuando se vuelve la vista hacia este ordenamiento.
Dicen los regidores que “están haciendo adecuaciones” y que, “ahora sí” se aplicará y se observará que todos lo respeten, so pena de hacerse acreedores a sanciones.
Y pareciera que ahí está el meollo, la observancia de la ley por parte de todos, tanto de los encargados de aplicarla, como de los que tenemos la obligación de cumplirla.
Porque ahí es donde comienza la corrupción, cuando servidores públicos se hacen de la vista gorda, a cambio de una “mochada” y, quien se presta a ese juego, promueve la corrupción de la que después se queja.
Definitivamente, para que la confianza llegue a las autoridades falta mucho, apenas si la gente observa resultados, que son puestos en tela de duda, sobre todo porque son muchos años de simulación, que ahora nos toca pagar la consecuencias a todos, porque todos estamos involucrados, ya que tanto disimula el funcionarios, como todos los ciudadanos.
CHIVOS EXPIATORIOS
La costumbre ciudadana de decir “pago mis impuestos” y dejar toda la responsabilidad al gobierno, cuyos integrantes cobran de esos impuestos, ya no es suficiente, se requiere de mayor participación de la gente, para el compromiso de las autoridades sea más firme.
Y eso se puede constatar observando que ante la presión que ejerce la ciudadanía a través sus manifestaciones públicas, logra resultados y hace que los encargados de la justicia actúen con más celeridad.
La era de los “chivos expiatorios” y de los culpables fabricados, está llegando a su fin, lo que daría paso a investigadores de verdad y mejor preparados, que es lo que urge para lograr dar con delincuentes que se encuentran agazapados entre la gente.
Luchar contra las dudas de la gente, es el paso que deben dar las policías, porque luego del anuncio de la detención de los presuntos asesinos de José Férez, la incredulidad es la primera reacción de la gente, las críticas no se hicieron esperar y la palabra del procurador y el sub procurador, siempre estará en entre dicho.
Pero no se puede esperar más de individuos que no están acostumbrados a decir la verdad, cuando se enfrentan a esta, les cuesta trabajo y no logran convencer a la gente.
Sólo por hacer un recuento; el caso del pastor Claudio aún no tiene culpables en la cárcel; el crimen de Gregorio Jiménez sigue lleno de dudas; como lleno de dudas quedó el supuesto esclarecimiento de los crímenes de la niña Karime y su tía, cuyo desenlace provocó la ruptura familiar.
EL GRAN RETO
Ese es el reto de las autoridades, pero también es n reto ciudadano, exigir certeza y eso sólo se logra no siendo indiferente y participar activamente en las decisiones sociales.
Está visto que cuando el pueblo se mueve, las autoridades se apuran. Las intensas movilizaciones que se han visto a todo lo largo del territorio nacional en los últimos días, dan muestra de cómo se puede hacer que haya más congruencia entre el decir oficial y sus resultados.
Por lo pronto, reconocer que estamos viviendo una situación delicada ante la delincuencia es un gran paso, que obligará a todos a tomar medidas, precauciones, antes de que la población tome el problema en sus manos.
Aún hay respeto por las leyes, por la autoridad, la gente espera que su trabajo dé buenos resultados; pero en caso contrario, el pueblo tiene todo el derecho de defenderse, sea como sea.
Y ese sería otro gran problema, como ya se está viviendo en Guerrero.