Margarito Escudero Luis
Gran conmoción causó el terrible atentado donde perdieron la vida dos personas la tarde de ayer en la colonia Vistalmar.
Minutos después del hecho, corrió la noticia por las redes sociales, casi de inmediato se supo que un Jetta rojo era perseguido por una camioneta blanca y les dieron alcance en la calle Carrillo Puerto.
Ahí les dispararon. El ruido de las balas alertaron y asustaron a los vecinos, en algunos negocios cercanos, algunas balas hicieron impacto en las paredes y también resultaron dañados autos que se encontraban estacionados.
Es el crimen de cada semana, dicen que el muerto acaba de salir de la cárcel apenas el día anterior, así que uno puede hacer cualquier conjetura, el caso es que en las calles de Coatzacoalcos y de cualquier ciudad, se pasean impunemente personas armadas y nadie lo nota, persiguen a alta velocidad a sus víctimas y sólo lo notan los vecinos que tienen la desgracia de estar cerca.
Finalmente, los hechos ocurren, más gente muere y eso incrementa la sensación de inseguridad, las personas que atestiguan los hechos entran en pánico y no tienen hacía donde ir para estar seguros.
Las patrullas llegan tarde, así no es posible afianzar la confianza en las autoridades.
Ya no se puede decir que es un hecho aislado, hay una cadena de crímenes en toda la región, el hecho de que ocurran a diferentes días y distancias no significa que sean aislados, hay una o varias bandas dedicadas a ejecutar, asaltar y asesinar personas, el concepto aislado lo ubican porque entre cada muerto no hay ninguna conexión, pero entre los criminales seguramente si la hay.
El pánico que s e produjo en el lugar de los disparos, es una reacción natural para alguien que nada debe y nada teme. Su error es estar en el lugar equivocado a la hora equivocada.
Algunas personas ya hasta hablan de irse del lugar. Pero quienes llevan toda la vida viviendo en esa colonia, deberán tomar otras precauciones, porque donde quiera que se vayan, siempre estarán ante el riesgo de que se desate una balacera. Este mal está en todos lados, nadie lo puede controlar.
SE BUSCAN CULPABLES
¿Quién es el responsable de haber abierto esta caja de Pandora?, ¿por qué no se le han fincado responsabilidades? Ahora es la gente del pueblo0, la que sale a trabajar todos los días por un salario miserable, las que tienen que pagar por las culpas de otros.
Peor aún, cuando son las corporaciones policiacas las que se están encargando de sembrar el temor y la zozobra entre la gente.
Hay evidencias grabadas, ahora el arma más peligrosa para los hampones vestidos de policías, es una cámara de video, un celular o una grabadora.
Fuera del control oficial, el país se cimbra y en muchos lugares de la nación, millones de ciudadanos exigen la renuncia del presidente.
Son personas de todos los estratos sociales, campesinos y profesionistas, estudiantes y amas de casa, obreros y desempleados, todos juntos para reclamar paz, justicia y condiciones dignas de vida, en este México que cada día se acerca más a n estallido y que desde la cima del gobierno, no atinan a hacer nada, sólo discursos, palabras, pero nada que pueda aterrizar para solucionar todos los problemas generados por la desigualdad social.
LA GENTE SE MUEVE
Sin embargo, en esa movilización popular, que puede calificarse de espontánea, aún no se ve un liderazgo claro, no hay, hasta donde puede verse una organización de base, pues en la movilización realizada este lunes en la carretera de Oteapan a Cosoleacaque, la directriz era marcada por el Movimiento Magisterial Popular Veracruzano (MMPV).
A ellos se sumaron otro tipo de organizaciones y el reclamo principal es que aparezcan con vida los 43 desaparecidos de Ayotzinapa.
Otros reclamo es la inseguridad que permea en el país y, especialmente en Veracruz.
Fue un contingente numeroso y formo parte de una movilización coordinada en muchas partes de México. Es el pueblo en las calles, pidiendo, exigiendo que se solucionen estos problemas y la exigencia que renuncie el presidente, que no ha dado muestras de ser capaz de poner orden en el país.
Y ante esa debilidad gubernamental, los aprovechados son otros, las bandas criminales que se filtran entre las corporaciones policiacas y la presunción de n cuerpo especial para desaparecer activistas sociales, como una guerra de baja intensidad en contra del pueblo mismo.
Ahí está una exigencia popular, que seguramente no será escuchada, ya que el plazo era hasta este uno de diciembre.
¿Qué pasará después?