Abortar: Difícil decisión
Margarito Escudero Luis
Una definición de aborto dice que es la interrupción voluntaria o involuntaria del embarazo antes de que el embrión o el feto estén en condiciones de vivir fuera del vientre materno.
La definición legal en México dice que se trata de la interrupción del embarazo en cualquier momento de la preñez.
Puede haber varios tipos; aborto espontáneo, aborto fallido, aborto inducido, o por causas naturales.
Puede haber muchas definiciones, muchos conceptos, muchas opiniones, pero las únicas personas que pueden opinar son aquellas que lo viven directamente; y en este caso no solo la mujer que padece este trance, también quienes deben atenderlo.
Es un tema muy delicado, provoca discusiones interminables, protestas callejeras, escandalosas posturas religiosas y moralistas y también actitudes políticas para hacer legal o ilegal un asunto que toca decidir a quienes pueden padecerlo.
Afortunadamente, hay registros de historias que muestran la realidad de quienes se enfrentan al aborto y aquí mostramos algunas recogidas en varias páginas de internet.
MATÉ A MI HIJO
Una enfermera que había trabajado en una clínica abortista durante menos de un año, dijo que sus peores momentos no aparecían en la sala de operaciones sino después.
Muchas veces, dijo, las mujeres que acaban de someterse a un aborto se echaban en la sala de recuperación y lloraban, “He matado a mi hijo. Acabo de matar a mi hijo”. “No sé qué decirle a estas mujeres”, dijo la enfermera al grupo. “Una parte de mí piensa, ‘Tal vez tienen razón’”.
Un doctor en Nuevo México admitió que a veces se sorprendía por la ira que un aborto tardío podía provocarle. Por un lado, dijo el médico, está molesto con la mujer. “Pero paradójicamente”, añadió, “Tengo sentimientos de molestia hacia mí por sentirme bien al apretar el tope de la cabeza del bebé, por sentirme bien por haber realizado un procedimiento técnicamente bueno que destruye al feto, que mata un bebé”.
Un estudio hecho en 1974, un año después de la legalización del aborto en algunos países, reportó que “casi todos los profesionales involucrados en trabajos abortivos reaccionaban con sentimientos negativos”.
Quienes tienen contacto con los residuos fetales tienen mayores sentimientos negativos que aquellos que no entablan contacto, y su reacción no varía mucho: “Todas las reacciones emocionales fueron unánimemente, extremadamente negativas”.
El 77 por ciento de las personas encuestadas habló del tema del aborto como un acto destructivo, de la destrucción de algo vivo.
Sobre el asesinato: “No se esperaba que salga este tema entre médicos pro-opción, sin embargo, el 18 por ciento habló de él luego de su participación en el aborto en algún punto de la entrevista. Este tema tendía a surgir lentamente en las entrevistas y era siempre presentado con una evidente incomodidad”.
Un médico que aún creía en el aborto, admitió la ambigüedad de realizarlos. Dijo que el aborto “es el límite más estrecho entre la amabilidad y la crueldad. Hecho de la mejor manera posible, sigue habiendo violencia -violencia misericordiosa, como darle muerte a un animal sufriente...es una dulce brutalidad la que aquí practicamos, una dura y amorosa frialdad”.
El estrés parece crecer en la medida en que el no-nacido se desarrolla. Mientras el embarazo avanza, la idea del aborto se vuelve más y más repugnante para muchas personas, incluso para el personal médico.
Los médicos intentan divorciarse del método. Luego de describir el procedimiento gráficamente, incluyendo la necesidad de revisar las partes del cuerpo para asegurarse de que todo el feto haya sido removido del útero, concluyó diciendo: “¿Quieres abortar? Paga el precio. Hay un viejo dicho en medicina: Si quieres trabajar en la cocina, tendrás que romper algún huevo. El horno se calienta. Prepárate para quemarte”.
El tema da para mucho, la mayoría de quienes apoyan jamás se verán en ese trance, quienes lo satanizan, sobre todo las iglesias, están muy lejos de entenderlo y quienes han pasado por un aborto, viene un arrepentimiento atroz.
Legalizarlo o no con fines electorales, es mera hipocresía.
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