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Margarito Escudero Luis
La situación de violencia continúa hostigando a la ciudadanía de toda la región. La noche del jueves fue terrorífica para los habitantes de las colonias Petrolera y Santa Clara en Minatitlán, ya que las autoridades dieron con dos casas de seguridad ubicadas una en cada colonia mencionada.
Por la noche, los vecinos mantuvieron una comunicación constante, encerrados a piedra y lodo, atisbando por las rendijas veían la acción e intentaban adivinar lo que estaba sucediendo, que no era nada bueno, ante la cantidad de patrullas y hombres armados.
Hubo personas recatadas, se hablaba de migrantes, pero otras personas tenían la esperanza de que entre los rescatados estuviera su familiar.
Hasta el momento nada se sabía, había que esperar los protocolos militares y policiacos.
Y eso ocurre justo cuando el gobernador sustituto realizaba su primera visita a la ciudad donde ha radicado, ya en su calidad de mandatario, justo cuando vino a hablar de seguridad en las instalaciones de la Sedena.
TAMBIÉN EN COATZA
El terror comenzó en el centro de Coatzacoalcos, temprano por la mañana hubo una movilización frente a céntrico hotel, se hablaba de un secuestro.
Ocurrió que un huésped no se presentó a la empresa que visitaría ese jueves, preocupados, llamaron al hotel, donde no dieron mayores referencias, por lo que se decidió dar parte a las autoridades.
Finalmente el huésped apareció por la tarde, fue víctima de la delincuencia, secuestrado virtualmente, una víctima más.
Pero lo insólito del caso es que, mientras ocurría la movilización frente al hotel, a dos cuadras del lugar, una tienda de conveniencia ubicada en 16 de Septiembre y Juárez, era violentamente asaltada, los maleantes golpearon a los empleados y a los clientes.
MÁS VIOLENCIA
Cada vez son más violentos los asaltos, ahora no se van conformes los asaltantes si no lastiman a alguien.
No es privativo de Coatzacoalcos ni de Minatitlán, la violencia de todo tipo enseñorea en el país entero, no hay batallón capaz de detener esta andanada, hay muchas suspicacias y rumores de la posible complicidad de policías con delincuentes.
Otras versiones afirman que se trata de una acción coordinada por el gobierno para sembrar el terror entre la población y no salgan a protestarles sus reformas. No pasa de la especulación. Pero el asunto se salió de control, mismo que pasó a manos de la delincuencia.
Las esperanzas de muchos están puestas en el cambio de gobierno, mismo que atraviesa por una serie de obstáculos, puestos desde el poder mismo.
Así se niega la voluntad popular, como está estipulado en nuestra Carta Magna.
Pero se buscan atajos y recovecos legales, se empantana, se ensucia, se desacredita y se busca impedir que llegue al poder un gobernador de un partido diferente.
Aún faltan algunos capítulos por escribir de esta historia truculenta. La gente está llena de miedo, encerrada a piedra y lodo. Los delincuentes actúan impunemente a la luz del día y los gobernantes, peleados entre sí, no dan los resultados que esperamos los mexicanos.
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