La unidad ya fue rescatada y una de las víctimas ya recibió sepultura.
DELFINA AQUINO
Coatzacoalcos, ver.
Tras permanecer más de 48 horas sumergido en el río Coatzacoalcos, finalmente lograron sacar el vehículo que la noche del viernes cayó al agua presuntamente al intentar abordar el transbordador, por lo que desafortunadamente dos personas perdieron la vida y una de ellas fue sepultada el día de ayer.
Como se recordará, los fatídicos hechos ocurrieron la noche del viernes, al momento de que el conductor identificado con el nombre de Miguel Mejía Sánchez, de 70 años de edad, se trasladaba a bordo de su vehículo Toyota Corolla color azul con placas de circulación YHE-15-48 del estado de Veracruz.
Al llegar al paso de lanchas intentó abordar la panga pero cayó al agua, mientras que el joven identificado con el nombre de José Castillo Herrera, de 30 años de edad, se lanzó con intenciones de rescatar al conductor de la unidad, pero desafortunadamente ambos perecieron ahogados.
El vehículo permaneció sumergido todo el fin de semana, hasta que el día de ayer alrededor de las 14:30 horas, la unidad fue enganchada a una grúa operada desde el ferri y lograron sacarla del agua, mientas que familiares de su propietario podrían apreciarse en el lugar, en tanto tras una hora de maniobras el vehículo fue trasladado a un corralón.
SEPULTAN A HEROE
En una casa en construcción, velaron los restos de José Castillo Herrera, un tapicero que valientemente se lanzó al agua tras ser testigo de cómo un vehículo se hundía tras caer al agua, el cual esperaba un taxi para llevarlo al ejido Colorado donde radicaba, pero desafortunadamente la vida le tenía una mala jugada.
Castillo Herrera perdió la vida junto con el septuagenario petrolero tras permanecer casi media hora sumergidos en el río y tras los esfuerzos en vano por salvarle la vida fueron declarados oficialmente muertos por el personal médico, mientras que el joven trabajador dejó en orfandad a un pequeño de 2 años de edad.
Una infancia difícil fue la que vivió este héroe quien fue abandonado por su familia en el DIF municipal y fue adoptado por una familia en dicho ejido donde creció de manera humilde, pues apenas había logrado juntar para construir su casa que se quedó a medias pues a veces le iba bien y otras no tanto.
El día de ayer, en medio de lágrimas y aplausos fue sepultado en el panteón del ejido Colorado, recordado por amigos y familiares como una persona trabajadora y con un gran corazón, pues a pesar de no tener riquezas siempre ayudaba a su prójimo, descanse en paz José Castillo Herrera.