OMAR VÁZQUEZ VALENCIA
Minatitlán
La sonrisa e ilusión de un niño se ve frustrada desde la tarde del pasado sábado cuando un auto lo atropelló generando una fractura doble en su frágil pierna izquierda, el responsable se dio a la fuga y ninguna dependencia fue digna de socorrer al menor que hoy sueña con volver a caminar.
A las 14 horas de ese día, trataba de cruzar la avenida Reyes Aztecas en la esquina de la calle Pericles en la colonia Tacoteno, un automóvil compacto en color azul conducido a alta velocidad por una persona del sexo masculino con uniforme de PEMEX lo embistió.
Una vez se consumó el lamentable accidente ante los ojos de su humilde madre, el presunto responsable se dio a la fuga omitiendo el auxilio correspondiente al menor de 9 años y estudiante del tercer año de primaria.
Desde ese momento inició la travesía y el llanto de Reynaldo Hernández Castro quien además piensa que nunca más podrá caminar, estando hundido en medio de una severa depresión.
Sus padres, familia humilde con domicilio en la calle Carlos A. Carrillo número 12 de la colonia Cuauhtémoc en Minatitlán narran que la desgracia costó 8 mil pesos pues la negligencia y falta de médicos en el Hospital General de Minatitlán los llevó a la Cruz Roja donde tuvieron que sacarlo al no tener una atención adecuada.
El infante acabó internado en una clínica particular de la colonia Santa Clara, donde lograron juntar solo tres mil pesos en efectivo, el resto sigue siendo un problema al no contar con el efectivo.
Verónica Castro Francisco, madre de Reynaldo, pensó que con el hecho de contar con el Seguro Popular y al tratarse de un accidente su hijo sería atendido de emergencia.
“Solo perdimos tiempo en el hospital civil y después en la Cruz Roja, gracias a que un taxista nos auxilió y los vecinos llegamos con un médico particular y nos hizo el favor de atender a mi hijo, desgraciadamente no contamos con el apoyo de nadie”, declaró en entrevista Verónica Castro.
A pesar que buscó la atención necesaria nunca fue posible recibir la asistencia en el hospital general, el pretexto adecuado fue la falta de médicos dentro del nosocomio.
Fue mediante el apoyo de un taxista y de vecinos que movilizaron al niño lesionado y es que incluso tampoco recibieron la atención de los paramédicos de la Cruz Roja.
Pasarán varios meses antes que Reynaldo pueda volver a caminar, correr y jugar al futbol.
Con todo y la desgracia que generó la imprudencia de un hombre a bordo de un auto azul y con uniforme de PEMEX hasta hoy se desconoce su paradero.
La familia clama justicia y la atención necesaria en medio de la deuda, desesperación y tristeza por ver al menor recostado sobre una cama y con llanto incontrolable.