- En época de altas temperaturas, el golpe de calor puede afectar desde niños hasta adultos mayores. ¿Cómo daña esta condición al organismo? ¿Cuáles son sus primeras señales? ¿Cómo debe atenderse o prevenirse? Especialistas despejan todas las dudas
Redacción
Coatzacoalcos, Ver.
En las pasadas vacaciones de Semana Santa, mientras caminaba por el Puerto de Veracruz, Lizeth Luna comenzó a sentirse con sueño y con la piel del rostro caliente. Era más de mediodía y la temperatura del lugar estaba por arriba de los 35 grados. A los pocos minutos, empezó a sentir la boca seca y un ligero dolor de cabeza.
De inmediato se dirigió a su hotel, no sin antes pasar a comprar una botella de agua y una bebida con electrolitos. Al llegar a su habitación se mojó la cara con agua fría y decidió recostarse por un rato con el aire acondicionado encendido. Al despertar, alrededor de una hora después, los síntomas habían desaparecido. No duda que aquel episodio se trató de un golpe de calor. Lo que le pareció extraño fue que, ese día, vestía ropa ligera y fresca, llevaba sombrero ancho y se había puesto bloqueador solar en su rostro y cuerpo antes de salir a la calle. Eso sí, confiesa, no está nada acostumbrada a los climas con mucha humedad, ya que vive en la Ciudad de México.
Entre las condiciones que favorecen el golpe de calor se encuentran principalmente las altas temperaturas ambientales, una humedad elevada y la exposición prolongada al sol. Por esto cuando dichos factores se conjuntan, se incrementa todavía más el riesgo de presentar esta situación.
Todos corremos el riesgo
"Un golpe de calor se manifiesta cuando la temperatura del cuerpo comienza a subir de manera rápida, de tal forma que no puede controlar ese aumento. Bajo condiciones normales, el organismo disipa el calor por medio del sudor, pero cuando la temperatura está acompañada de una humedad alta, el cuerpo pierde la capacidad de hacerlo.
"Si la temperatura se eleva mucho, algunos órganos pueden dejar de llevar a cabo sus funciones, tales como el riñón, el hígado y el corazón", asegura Emmanuel Ortiz Loredo, médico urgenciólogo en el Sistema de Salud del Tecnológico de Monterrey (TecSalud). De ahí que la respuesta deba ser rápida. De acuerdo con información de la Secretaría de Salud, el organismo humano funciona de manera adecuada a 37 grados y es muy sensible a las variaciones externas, por lo cual dispone de mecanismos para regular su temperatura (como el sudor), distribuir el calor mediante la sangre y expulsarlo hacia el exterior.
Cuando la temperatura corporal registra más de 39.4 grados, se deben poner cartas en el asunto de forma inmediata, principalmente tomar un baño con agua fría para alcanzar los 38 grados. En ese momento se debe dejar de aplicar frío para evitar que se presente una condición de hipotermia.
Si bien este problema es más frecuente durante los meses de verano, puede suceder en cualquier temporada o lugar con temperaturas extremas. Además, no solo quienes realizan actividades físicas en un clima caluroso están expuestas, sino también quienes se exponen mucho tiempo al sol, aun cuando se encuentren en reposo.
"La aparición de este trastorno se relaciona principalmente con el ambiente. Incluso, se corre riesgo estando en un lugar cerrado, sobre todo si tiene una humedad arriba del 70% y la temperatura rebasa los 35 o 40 grados. En el exterior, además, hay peligro de que surjan quemaduras solares causadas por la radiación ultravioleta", apunta el especialista Emmanuel Ortiz Loredo. En este sentido, la Clínica Cleveland identifica dos tipos de golpe de calor: por esfuerzo y sin esfuerzo. El primero suele ser resultado de una exigencia física excesiva en condiciones de calor y humedad; mientras que el segundo puede ocurrir debido a la edad o por condiciones de salud subyacentes.
El tiempo es apremiante
"Los primeros síntomas del golpe de calor pueden ser tan sutiles como confusión, mareo, somnolencia, desorientación, dolor de cabeza, palpitaciones, sensación de angustia o de estar fuera de la realidad. Este cuadro puede ir progresando hasta que la persona se desmaye o tenga crisis convulsivas por efecto directo al sistema nervioso", dice Eduardo Fernández Campuzano, especialista en medicina interna del Centro Médico ABC.
También es común presentar sudoración excesiva en un principio, para luego dar paso a la ausencia de transpiración. La piel, por lo general, se torna seca y enrojecida, sobre todo si la persona estuvo expuesta directamente a los rayos del sol. La aceleración del ritmo cardiaco se vuelve otra señal de atención. "El paso de un golpe de calor leve hasta la aparición de síntomas más severos puede ser muy rápido. A partir de unos 10 minutos, con temperatura arriba de 40 grados, pudieran darse algunas manifestaciones graves a nivel del sistema nervioso. Entre más tiempo se esté expuesto, mayor riesgo hay de alguna manifestación masiva en los sistemas del organismo", subraya el médico internista Eduardo Fernández Campuzano.
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DESTACADo
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Que el calor no te golpee
Los órganos internos más susceptibles como consecuencia de un golpe de calor son los riñones, el hígado y el corazón. Además del tiempo de exposición, otro factor que puede incrementar la gravedad de esta reacción es la temperatura. No es lo mismo estar en un ambiente de 40 grados a uno de 45 grados a mediodía.
Aun cuando este problema no es tan común (se estima que, en Estados Unidos, ocurre en 20 de cada 100 mil personas al año), sí es potencialmente mortal. Según la Clínica Cleveland, entre el 10 y el 65% de quienes sufren un golpe de calor sin esfuerzo mueren a causa del padecimiento, mientras que aquel que se presenta por esfuerzo tiene una tasa de mortalidad entre el tres y el cinco por ciento. En nuestro país, de acuerdo con información de la organización Quinto Elemento Lab, el año pasado fallecieron 419 personas a causa de las altas temperaturas, de las cuales el 88% se debió a un golpe de calor y el restante por deshidratación. Entre las entidades que concentraron el mayor número de casos figuraron Sonora, Nuevo León, Tamaulipas, Baja California y Veracruz.
Atención especial a ellos
Los grupos de población más vulnerables al golpe de calor son aquellos que se ubican en los extremos de la vida. "En el caso de los pequeños, ellos apenas están aprendiendo a termorregular, mientras que los adultos mayores pueden sufrir alteraciones para controlar la temperatura dependiendo de sus afecciones", menciona el urgenciólogo de TecSalud, Emmanuel Ortiz Loredo.
Quienes tienen padecimientos como cáncer, diabetes, hipertensión, enfermedades crónico-degenerativas o toman determinados medicamentos se vuelven más susceptibles a este tipo de alteraciones. Especialistas de Mayo Clinic enfatizan que estos dos grupos etarios suelen tener dificultades para mantenerse hidratados, lo que incrementa todavía más el riesgo.
"Durante la temporada de mucho calor, se debe poner atención especial a los adultos mayores, principalmente no dejarlos expuestos al sol por periodos prolongados. En cuanto a los pequeños, ellos a veces no tienen la capacidad de expresar ningún malestar, únicamente pueden estar llorando y los padres no saben qué están sintiendo", advierte el especialista del Centro Médico ABC.
Algunas madres tienden a cobijar mucho a los bebés sin importar que haga calor, esto puede provocar un aumento de su temperatura corporal. Respecto a los pequeños que van a la escuela, hay que asegurarse de que no hagan actividad física en los periodos de mayor radiación (por lo regular, van de las 11 a las 14 horas) o que salgan al recreo cuando el termómetro marca más de 35 grados.
Tanto los militares como los deportistas figuran, asimismo, en los grupos de riesgo de sufrir un golpe de calor. En la medida de lo posible, se debe evitar la práctica de deporte al aire libre, como atletismo, futbol o ciclismo, durante el horario de mayor intensidad solar, ya que también se exponen a sufrir quemaduras en la piel. "Hay ocasiones, incluso, que la temperatura puede estar alrededor de los 40 grados por la noche, por lo que hacer ejercicio extenuante bajo esas condiciones puede llevar a este problema", señala el médico urgenciólogo en TecSalud. Lo recomendable es identificar la hora con el clima más fresco para entrenar.
Cómo actuar y prevenir
El tiempo es un factor crítico al atender el golpe de calor. "En primer lugar, hay que apartarse lo antes posible de la fuente de calor. Enseguida, debe disiparse del organismo. La forma más efectiva es mediante el uso de agua corriente, por lo general un regaderazo. También ayuda mucho tomar bebidas frías", aconseja el especialista Eduardo Fernández Campuzano.
Otras medidas consideradas como parte de los primeros auxilios son abanicar a la persona mientras se le rocía agua fría; colocarle compresas de hielo o toallas húmedas frías en el cuello, las axilas y la ingle; o bien, cubrirla con sábanas mojadas.
Expertos de Mayo Clinic sugieren no darles bebidas con alcohol ni cafeína. "Tomar líquido con alcohol o demasiada azúcar puede generar una mayor deshidratación, así como aumento de la temperatura. También es conveniente quitarse el exceso de ropa para darle oportunidad al cuerpo de liberar el calor. En lugares muy calientes, el uso de aire acondicionado ayuda a bajar la humedad en el ambiente. Si estas medidas no son suficientes, se debe ingresar al hospital para otro tipo de manejo", aconseja el médico urgenciólogo Emmanuel Ortiz Loredo de TecSalud.
Es importante saber que el golpe de calor se puede prevenir. Lo ideal es no utilizar varias capas de ropa o prendas pesadas o ajustadas al cuerpo, pues no permiten que éste se enfríe de manera adecuada. Asimismo, hay que mantenerse hidratados a lo largo del día y evitar pasar de un ambiente frío a otro muy caluroso.
Para proteger de las quemaduras del sol, se recomienda hacer uso de sombreros de ala ancha, gafas oscuras, playeras de manga larga, así como aplicar un producto con factor de protección solar arriba de 15. Éste se debe reaplicar cada dos horas en caso de sudar o estar en contacto con agua. Del calor y del sol, entre más lejos, mejor.
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(RECUADRO)
Por atención
* Calambres: se caracterizan por dolor o espasmos musculares, así como por sudor abundante durante ejercicios intensos. En caso de presentarse, hay que suspender la actividad, beber agua y esperar a que los calambres desaparezcan.
* Sarpullido: son grupos de pequeñas ampollas rojas que parecen granitos en la piel, sobre todo en el cuello, pecho e ingle. Para combatirlo, hay que estar en un lugar fresco, además de usar talco para bebé para calmar las molestias.
* Agotamiento: se presenta con sudor abundante, piel pegajosa, mareos, náuseas, cansancio, dolor de cabeza e incluso desmayos. Se recomienda ir a un lugar fresco, aflojarse la ropa, tomar sorbos de agua y aplicarse paños húmedos.
Fuente: Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de EU (CDC, por sus siglas en inglés)