1 de Mayo de 2025

Profesionales no convencionales

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  • No existen cifras de cuántas personas trabajan en nuestro país que estén especializadas en medicina veterinaria de fauna silvestre.

Redacción
CIUDAD DE MÉXICO

En México, de acuerdo con el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), hay 20 millones de hogares en donde viven animales de compañía que no son perros ni gatos, sino que pueden ser peces o aves, pero también otras especies menos comunes, como hurones, iguanas, ajolotes, serpientes o conejos. ¿Quiénes se encargan de cuidar su salud?

No existen cifras de cuántas personas trabajan en nuestro país que estén especializadas en medicina veterinaria de fauna silvestre, aunque ya existen especialidades de las que egresan ese tipo de profesionales, como las que se imparten en la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).

"La ciencia de la medicina veterinaria zootecnista tiene un campo disciplinario muy grande, y eso hace que quede poco espacio en la carga curricular para formar a un veterinario especializado en ejercer la medicina en animales silvestres", indica Itzcóatl Maldonado, académico de la Facultad de Medicina Veterinaria y Zootecnia de la UNAM.

Para ello, en la UNAM se creó una especialidad de tres años para atender a la fauna silvestre, que pueden ser aquellos que están en libertad en diferentes ecosistemas, los que viven en colecciones zoológicas o los que son animales de compañía. "Hablar de fauna silvestre se refiere también a una gran diversidad de organismos, por lo que nos enfocamos en desarrollar habilidades clínicas para que cuando se enfrenten a una nueva especie, que quizá no hayan visto con anterioridad, tengan las bases de Medicina suficientes para poder acercarse a ella en su biología, anatomía, fisiología y enfermedades más comunes", aclara el también secretario académico del Programa Universitario de Bioética de la UNAM.

Desde 2008, la UNAM cuenta con un Hospital Veterinario de Especialidades en Fauna Silvestre y Etología Clínica (HVE-FSEC) en donde se le da atención a "animales de compañía no convencionales", es decir, especies de fauna silvestre que se encuentren bajo el esquema de compañía para los humanos.

"En 10 años hemos atendido en el HVE-FSEC a 123 especies distintas en la consulta de animales de compañía no convencional", asegura Maldonado, quien también trabaja en este hospital.

Pero las especies que más reciben son tortugas –como la tortuga casquito o tortuga cofrecito y la tortuga japonesa–, seguidas de mamíferos como conejos y los cuyos. "Y luego tenemos a los hurones, al erizo pigmeo africano, la iguana verde y al hámster", agrega el experto.

El especialista apunta que hay muchas personas optan por tener animales que son extraídos ilegalmente de su hábitat, como algunos loros; sin embargo, para que esas aves lleguen a la casa de alguien, es necesario capturar una gran cantidad, y se calcula que solo uno de cada 100 llega a algún punto de venta después de ser depredado de la vida silvestre.

También influye la tradición, como en el sureste de México donde es común que haya mascotas como pericos. Igualmente, la moda tiene mucho que ver: "Puede haber una película donde hay un grupo de cuyos que son agentes secretos y salen al mundo y gracias a eso se viene el boom de esos animales. Hoy está pasando lo mismo con los capibaras, y hace algún tiempo fue con los mapaches", recuerda.

La buena noticia es que cada vez hay más conciencia de que tener un animal de compañía no convencional requiere mayor responsabilidad, además de que necesitan visitar al médico veterinario periódicamente. "Es común que no lleguen al veterinario en el momento indicado porque esta diversidad de especies implica también una diversidad muy grande en sus manifestaciones clínicas. Por ejemplo, muchas de ellas en vida silvestre son animales que serían depredados si es que se ven enfermos, entonces algunas de ellas tratan de ocultar las manifestaciones de enfermedad hasta que realmente se sienten muy mal", revela Maldonado.

Falta conocimiento

Itzcóatl Maldonado se especializó en fauna silvestre debido a las influencias que tuvo durante la carrera. "Tomé la clase de animales silvestres con una doctora que ponía mucha pasión en lo que hacía y eso me llamó fuertemente la atención. Me acerqué a ella para hacer mi servicio social atendiendo animales silvestres en el hospital que había en ese entonces en la Facultad de Veterinaria y ese fue el mejor de los ganchos que pude haber tenido. Después ella me motivó a hacer mis prácticas profesionales en Africam Safari. Al terminar, se abrió la especialidad en la UNAM y me inscribí", relata.

Para el académico, dedicarse a la veterinaria es una pasión que se trae desde antes de entrar a la carrera. "Muchos estudiantes ya querían ser veterinarios desde que eran pequeños. Es algo que el veterinario necesita, una empatía con los animales", afirma.

La pasión es lo que provoca en México que haya veterinarios que opten por especializarse en animales silvestres, especialmente cuando detectan que hay áreas que van en crecimiento y que requieren más profesionales.

Julián Torres Gloria es veterinario egresado de la Facultad de Estudios Superiores (FES) Cuautitlán, de la UNAM, y hace dos años fundó Axolotl Vet, una clínica veterinaria especializada en Ajolotes. "Cuando entré a la carrera me puse a ver qué estaban haciendo de medicina en ajolotes y me di cuenta que, prácticamente era un campo poco tomado en cuenta. Era 2013 y todavía no era una moda, y desde ahí empecé a investigar porque siempre se me hizo un animal muy interesante", indica.

Menciona que las personas que tiene ajolotes como animal de compañía suelen tenerlos en condiciones poco óptimas, ya que ignoran que requieren condiciones muy especiales, como temperaturas bajas y cuidar el estado del agua, lo cual provoca que el nivel de mortalidad de esta especie llegue hasta el 90% por malos manejos.

"Ha sido complicado porque al principio no había tanta información. Incluso cuando comencé, los trataba con métodos un poco empíricos", relata. "He sido autodidacta, me puse a estudiar lo que se estaban haciendo en otras partes del mundo con otros anfibios y salamandras. Incluso hemos tenido que generar información en cuanto a anatomía y otros aspectos básicos. Hoy ya tengo ocho años y medio en esto y es como si hubiera estudiado nuevamente la carrera, pero enfocada en este animalito".

En su clínica ha atendido a unos 3,500 pacientes y ahí pueden hacer estudios de sangre, hemogramas, química sanguínea, rayos X, ultrasonidos, tomografías, resonancias magnéticas y endoscopías.

Practicar desde la universidad

Miguel de la Torre tenía la vocación por la veterinaria, pero una vez lo mordió un perro, por lo que buscó otros animales, y fue así como encontró a los hurones cuando estudiaba la secundaria. "Su principal función en ese entonces era la cetrería o usarlos para cazar conejos, fue hasta después que se consideró como una mascota porque pueden vivir en un espacio pequeño, son limpios y duermen mucho", dice. Así, empezó con su propio criadero de hurones y a especializarse en ellos, pero cuando entró a la carrera en veterinaria, vio que no había muchas clases especializadas en ese tipo de fauna.

"En mi tiempo solo era una materia, y lo que se dio de hurones lo di yo", recuerda. Al egresar, viajó a Estados Unidos para trabajar en un criadero de hurones en Ohio, donde conoció mejor el trabajo que requerían. "No existían los posgrados, me fui a trabajar con mis jeans y mi chamarra de Chiconcuac para el frío", relata el experto.

Hace unos años, De la Torre fundó Exotic Pet Medical Center, una clínica especializada en el manejo de especies como hámsters, cuyos, conejos, erizos pigmeo africano, petauros del azúcar, tlacuaches, mapaches, tortugas, iguanas, serpientes y aves.

Para ello, reunió a un grupo de veterinarios a quienes tuvo que capacitar. "Estos especialistas no se consiguen, sino que hay que formarlos. Nosotros somos un sitio que acepta voluntarios desde el segundo semestre de la carrera de Veterinaria porque si te quieres especializar hasta el final de la carrera, vas a tardar siglos", afirma.

Así, los estudiantes pueden aprender lo antes posible cosas como la forma en la que muerde un hurón o pica un ave, o cómo manejar un erizo y así también identificar si en verdad es a lo que se quiere dedicar una persona que estudia Veterinaria.

"Todo ha sido un aspecto muy autodidacta porque existen muchos cuidados que la gente no considera. Trabajas con demasiadas especies", indica. En general, los tres especialistas coinciden en que los tutores de animales de compañía poco convencionales deben estar más informados sobre las necesidades de estas especies y acercarse a una persona profesional de la veterinaria desde antes de llevarlos a casa para conocer todo el cuidado que requieren.

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DESTACADO
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¿Por qué los prefieren?

Los factores por lo que las personas buscan este tipo de mascotas son muy diversos.

El tamaño reducido de las viviendas.

El poco tiempo que dejan las actividades diarias para atender a ciertas especies.

Suelen ser animales extremadamente sociables con los humanos.

La mayoría son pequeños y relativamente sencillos de mantener.

Tienden a ser muy limpios y no emiten olores.

También influyen factores como el clima y la fauna local del lugar en el que viven las personas.

Hay personas que los escogen solo para mostrar cierto estatus, como quienes tienen grandes felinos, primates o especies en peligro de extinción.

FUENTE: Itzcóatl Maldonado, Facultad de MVZ de la Universidad Nacional Autónoma de México.


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