Más de 8 millones de pesos en pérdidas económicas en la caseta Coatza I desde abril pasado.
Martín Cruz
Nanchital, Ver.
A mediados de 2016, la Secretaría de Infraestructura y Obras Públicas interpuso más de nueve denuncias ante la Fiscalía Cuarta en la Unidad Integral de Procuración de Justicia del XXI Distrito en contra de supuestos desempleados de Nanchital, Mundo Nuevo y otras localidades vecinas que se agrupaban para pedir apoyo a los conductores permitiendo paso en la caseta, siendo un promedio de 450 personas que se turnan para ejercer esta práctica fuera de ley.
De 2014 a la fecha se tienen contabilizadas más de 60 ocasiones en la que la plaza de cobro fue tomada por manifestantes, donde se realizó el levantamiento de barreras o plumas para permitir el libre acceso.
Desde el mes de abril del año pasado, un grupo de habitantes de los municipios de Nanchital, la congregación Mundo Nuevo y otras localidades, tomaron la caseta de peaje del puente Coatzacoalcos I con el argumento de que empresas y compañías se negaban a contratarlos y ante la falta de una oportunidad laboral se organizaron para levantar las plumas dando paso libre y a cambio pidiendo una cooperación voluntaria a los automovilistas, ocasionando con esto severas pérdidas económicas a la caseta.
Por este motivo, la Secretaría de Infraestructura y Obras Públicas del Estado de Veracruz (SIOP) ejerció acciones legales ante la Fiscalía del Estado en contra de los supuestos desempleados de Petróleos Mexicanos (Pemex) y compañías.
Con el levantamiento de las plumas, la concesionaria llegó a tener pérdidas económicas millonarias de abril a diciembre, pues tan solo en los primeros cinco meses de la toma de la caseta la SIOP reportó una fuga de capital de 8 millones 293 mil 842 pesos, es decir, hasta ese tiempo entre 1.6 y 2 millones de pesos al mes.
COOPERACION ERA UNA EXIGENCIA
Al principio fueron desempleados de Pemex, un grupo reducido de trabajadores transitorios que desde hacía varios meses no lograban contrato y responsabilizaban a sus representantes sindicales de su declive laborar, y posteriormente se sumaron pobladores desempleados ante la negativa de ser contratados por empresas subcontratistas, estos vecinos de comunidades rurales pertenecientes en su mayoría a Coatzacoalcos y Nanchital, argumentaban vivir en situaciones vulnerables al grado de no tener para comer, zapatos y vestido a sus hijos, y solventar situaciones relacionadas con problemas de salud, de modo que la necesidad los orilló a ejercer presión con la toma de la caseta.
Esta práctica de levantar las plumas en las primeras horas de la mañana y dar paso libre a los conductores fue aplaudido por la ciudadanía, ya que así se evitaban pagar la cantidad de 22 pesos en el caso de los vehículos ligeros, pero a cambio de esto los manifestantes pedían una moneda voluntaria.
Como en las mafias, los supuestos desempleados se organizaban, se turnaban para recibir la cooperación, fijaban horarios, mañana, tarde y noche petroleros y de compañías daban paso libre, sin embargo esta cuota voluntaria se volvió una exigencia, al grado de colocar una cuerda como barrera y alzarla en caso de que el automovilista se negara a contribuir con ellos, o bien los manifestantes se dirigían con insultos o encaraban a los conductores si estos se negaban a regalarles una moneda argumentado que era paso libre y más barato que pagar peaje.
Los desempleados iban ataviados de uniformes de Pemex u overoles anaranjados de compañías, hombres y mujeres de distintas edades, algunos de estos se dijo no eran trabajadores, solo personas que buscaban sacar provecho de la situación y que a lo largo de ocho meses se volvió su modus vivendi.
A decir de algunos conductores, lo que al principio se convirtió en un beneficio, se fue volviendo con el paso de los meses en un flagelo, la toma de la caseta de cobro se convirtió para los automovilistas y las personas que deseaban llegan a tiempo a sus destinos en un martirio al tener que transitar sobre la carretera Costera del Golfo a vuelta de rueda y pasar únicamente por un solo carril (o caseta) de ida o vuelta.
INGRESOS
De acuerdo a registros de la SIOP, desde el 1 de agosto de 2014 al 30 de noviembre de 2015, el importe de la recaudación del puente Coatzacoalcos I ascendió a 208 millones, 420 mil ciento cuatro pesos. Importe aplicado conforme a las condiciones impuestas por la federación establecidas en el propio título de concesión, es decir, los ingresos brutos generados durante la vigencia de la concesión sin deducción deben ser aplicados como sigue:
El 70 % para el Desarrollo del proyecto del Túnel Sumergido dando prioridad en primer lugar al financiamiento de la construcción de las obras necesarias, en segundo lugar al pago de las obligaciones financieras contraídas para llevar a cabo la construcción y en el tercer lugar el capital de riesgo invertido para el mismo fin.
El otro 30 % se entrega al fideicomiso público que la concesionaria constituya con el objeto de cubrir los gastos de operación, explotación, conservación y mantenimiento del puente Coatzacoalcos I, gastos de administración, fondo de reserva, seguros, auditorías, y pago de contraprestación al gobierno federal.
Aunque en 2016, el porcentaje de la distribución de los recursos autorizados por la SCT, fue del 85 % para el túnel sumergido y el 15% para la operación, explotación, conservación y mantenimiento del puente.
Aunque, la plaza de cobro no es responsable de los trabajos de mantenimiento del tramo carretero por lo que no se ha destinado por parte de la dependencia, recurso alguno para este rubro.