*Lo primero que me pasó en la mente es que me iba a morir. Y sigo vivo. Entré en un estado de depresión, no sabía cómo comunicárselo a mi familia. Era una noticia terrible, demasiado devastadora.
MARTÍN CRUZ
IXHUATLÁN DEL SURESTE, VER.
Es 14 de febrero ¿Me das la prueba de amor?
Eso es una tontería, reprueba el epidemiólogo. El amor se puede expresar a través de diversas formas. Los alumnos, jovencitos de entre 16 y 17 años lo observan con ciertos rubores, lo han mirado así desde que el especialista, micrófono en mano, ha tocado temas de la sexualidad en abierto.
La prueba de amor falla cuando el resultado es un embarazo no planeado, o cuando el diagnóstico arroja que el joven es portador de VIH o de alguna otra enfermedad de trasmisión sexual ¿Alguno sabe para qué sirve el condón? ¿Han visto un preservativo de mujer? Los adolescentes ríen, ríen tímidamente, se miran entre sí, claro que esta forma de reaccionar obedece a la pena que les causa, enfrentar el tema de la sexualidad en público, frente a sus maestros, y desde luego por el temor a ser descubiertos que saben más que el panelista.
A unos cuantos pasos del epidemiólogo, un joven menudo de cuerpo auxilia al médico, se encarga de pasarle las muestras de condones, de varón y de mujer. Retorna a la esquina, permanece en su lugar, solo cuando es necesaria su intervención avanza. Es serio de facciones, moreno claro, miembro de una sociedad altruista, escucha atento la plática y observa las reacciones de los adolescentes, algunos con actitudes infantiles frente al tema de la sexualidad, las relaciones sexuales entre jóvenes menores de 18 años y las enfermedades que resultan cuando no se ejerce la sexualidad con plena responsabilidad.
Una hora y minutos después, ya para cerrar la charla, entre especialistas y alumnos en conmemoración del Día Mundial del uso del condón, el joven moreno, delgado, de facciones serias, de 1.60 metros de altura, toma el micrófono para dar su testimonio. Mi nombre es Darwin y soy portador del VIH.
De pie, en el mismo lugar, nadie lo hubiera pensado. Toma el micrófono con seguridad y se dirige a los estudiantes. “Nadie hubiera pensado que yo fuese portador del virus, el VIH no se nota, no se trasmite de persona a persona, solo hay tres formas de contagio; sexual, sanguínea y perinatal”.
Un beso, un abrazo, un saludo no trasmiten la enfermedad. Hay quienes todavía viven en la creencia de que hay que apartarse de las personas que padecemos este mal, porque piensan que los contagiaremos, la discriminación hoy en día persiste, pero hay buenas noticias, podemos prolongar nuestra calidad de vida por años siempre y cuando se atienda a tiempo y se lleve al pie de la letra el tratamiento prescrito por los médicos”.
En estos tiempos hablar de sexualidad ya no debe ser un tabú, debe existir mayor apertura entre padres e hijos, mucho menos tocar los temas del uso correcto del condón y de las enfermedades que se adquieren si no se está protegido.
¿Cómo te enteras que eres portador?
Tenía 18 años. Ejercía mi sexualidad con mi pareja, nunca usé condón, pero no sabía qué cosas hacía mi pareja a mi espalda. Parecerá incongruente, uno se confía. Se entrega y cree que la otra parte se entrega de la misma manera. Tenemos que aprender a ser congruentes con lo que decimos y hacemos.
En ese tiempo iba a concluir la preparatoria, y como todo joven, tenía aspiraciones de continuar con mis estudios, en mi caso, la licenciatura en derecho.
No hay síntoma alguno, aparentemente andas muy bien. Yo fui a consulta médica por otro padecimiento o enfermedad oportunista, en este caso sífilis que fue por eso que comencé a sentirme mal, y fue cuando me detectaron que tenía el virus del VIH. Lo primero que me pasó en la mente es que me iba a morir. Y llegué a pensar en el suicidio. Pero sigo vivo. Entré en un estado de depresión total, no sabía cómo comunicárselo a mi familia. Era una noticia terrible, demasiado devastadora.
Nunca fui una persona de antros, fiestero, siempre fui de casa, pero yo solía pensar, como muchas otras personas, que no nos puede llegar a pasar, la sorpresa fue cuando comencé a notar síntomas de le enfermedad oportunista, y el resultado de la prueba Elisa y Western blot resultaron positivas. Sentí en ese momento que todo se terminaba para mí, VIH-Sida, lo primero que pasa es que te vas a morir.
¿Cuándo es que decides romper el silencio?
En el hospital me dijeron que tenía que llevar un tratamiento para que pudiera tener un estilo de vida de calidad. No me iba a morir si llevaría al pie de la letra el tratamiento, por esos días andaba muy preocupado, estaba deprimido, pero finalmente decidí hablar sobre lo que me estaba ocurriendo, y mi abuelo, fue la persona en quien pude tener confianza para hablar de este tema y me apoyó mucho para que lo diera a conocer al resto de la familia, quienes al principio les costó asimilarlo, pero comprendieron mi situación y a la fecha me siguen apoyando. Eso también te llena de vitalidad y te inyecta las ganas de luchar y salir adelante.
Es muy importante que cuando una persona recibe un resultado reactivo o confirmatorio, se dé una inmediata vinculación ante el sector salud, en este caso el Centro Ambulatorio para la Prevención y Atención del sida e infecciones de transmisión sexual (Capasits) de Coatzacoalcos o través del Seguro Social o Pemex.
¿Cómo ha sido tu vida desde entonces?
Luego de recibir la confirmación de que era portador, me canalizaron en el Capasits, donde fue sometido a otros estudios, e inició el tratamiento de retrovirales. Como todo, la atención lleva un protocolo, un tiempo de espera no mayor de un mes para que se hagan los análisis correspondientes, para que se conozca cuál es la carga viral, conteo de CD4 y posteriormente los medicamentos que se proporcionan al paciente cada mes.
¿Cuál es tu mensaje a la juventud?
Todos tenemos el derecho a ejercer nuestra sexualidad, ya sea heterosexual, bisexual u homosexual, simplemente hay que ser bastante responsables, usando el preservativo, ya sea masculino o femenino, y evitar las situaciones de riesgo, porque solo de esta forma podremos poner una barrera a la pandemia que hoy en día se ve, porque los jóvenes son unas de las poblaciones más afectadas, sobre todo en la región.
Es muy importante recibir un diagnóstico oportuno, porque únicamente de esta forma con el medicamento adecuado y con el apoyo de la familia, se puede lograr una vida bastante plena, una vida bastante saludable.
El VIH no se ve, vive en ti, yo me encuentro en la etapa no detectable, esto quiere decir que el virus está controlado en el cuerpo.
VIH-SIDA
El virus del SIDA ingresa al organismo a través de la sangre, el semen y los fluidos vaginales y una vez incorporado ataca el sistema inmunológico.
A medida que el virus se reproduce, el organismo se hace cada vez más vulnerable ante enfermedades contra las cuales, en tiempos normales puede defenderse. A estas enfermedades se las denomina enfermedades oportunistas. La caída de las defensas no es masiva y uniforme sino que permite con mayor probabilidad la aparición de ciertas enfermedades: infecciones (las más frecuentes son las pulmonares, y también otras producidas por diversos virus, bacterias, hongos y parásitos), y distintos tipos de cáncer (los más comunes son lo que afectan la piel y los ganglios linfáticos).
Uno de los indicadores más evidentes del avance de la infección y del desarrollo del SIDA, es la aparición de estas "enfermedades oportunistas". Por eso se las considera "marcadoras" o "trazadoras". Marcan la presencia y evolución de la infección. A ellas se suman los efectos directos del virus en el organismo, que incluyen, entre otros, trastornos del sistema nervioso y del aparato digestivo. Cuando el portador del VIH desarrolla este conjunto de afecciones se lo considera un enfermo de SIDA.
VIH-SIDA VERACRUZ
El tema del VIH ya rebasó en el estado de Veracruz. A nivel nacional Veracruz ocupa el tercer lugar en casos y a nivel estado Coatzacoalcos ocupa el primer lugar.