Nanchital, Ver.
Martín Cruz
Don Eligio Garza Ramírez se ha convertido en una figura emblemática del mercado popular Antonio J. Bermúdez, al ser el pionero de este municipio en contar con un establecimiento dedicado a la venta y reparación de relojes y así como a la elaboración de artesanías que lo hacen diferente a la competencia y además un comerciante ejemplar debido a la garantía de su trabajo.
En las vitrinas de su local se pueden admirar desde extensibles, pernos, cinturones, hebillas, lentes y artesanías como carritos de material reciclado hechos con sus propias manos.
“No soy relojero” sentencia, “Pero la necesidad nos obliga a aprender de todo un poco…De 3 relojeros que había en el mercado, en la actualidad soy el único”.
VENÍA A NANCHITAL POR 8 DÍAS
Originario de Puebla, don Eligio comentó que sus padres decidieron mudarse a Nanchital desde hace más de 30 años; sin embargo, el cambio brusco del clima ocasionó que su madre se enfermara de gravedad, por tanto vino a cuidarla por 8 días y finalmente decidió quedarse a radicar en el Nanchital petrolero del ayer.
Entonces, influenciado por su padre que se dedicaba a la venta y elaboración de dulces tradicionales en su pueblo natal, adoptó el oficio de dulcero. Entre palanquetas de cacahuate, cajetas y dulces de la alegría transcurrió la vida de don Eligio quien finalmente tomó el gusto por la venta de ropa y relojes.
DE LA DULCERÍA A LOS RELOJES
Quizás porque en el incipiente pueblo de Nanchital la venta de dulces ya no sería un negocio a futuro, encontró una forma de ganarse la vida componiendo relojes, cambiando pernos, extensibles y cristales.
Desde hace 30 años, don Eligio Garza ha realizado el corte de cristales para relojes automáticos o de pilas, así como otras reparaciones que lo han recomendado entre la ciudadanía y que gracias a lo cual pudo sacar adelante a su familia.
“Puedo decir con mucho orgullo que soy la única persona en Nanchital que se dedica al corte de cristal de relojes, así como artesano de réplicas de vehículos de pasajeros, bomberos, de Cruz Roja entre otros” sentenció.
SATISFECHO CON SU TRABAJO
Garza Ramírez, de 70 años y padre de cinco hijos que han hecho vida propia, todas las mañanas acude a levantar la cortina metálica del local que tienen en la planta alta del mercado central Antonio J. Bermúdez y cuyo trabajo le da la preferencia en el público.
“Estoy satisfecho con el trabajo que hago, me gusta reparar relojes y crear artesanías…Uno debe aprender a valorar su trabajo por muy humilde que sea, porque hoy en día es una bendición contar con un patrimonio” finalizó.