Martín Cruz
Nanchital, Ver.
Sin importar el peligro al que se exponen y arriesgan a la población, familias continúan instaladas en terrenos por los que atraviesan ductos de Petróleos Mexicanos (Pemex), a la entrada del fraccionamiento Guadalupe Tepeyac.
Este grupo de paracaidistas, vecinos de esta ciudad y lugares circunvecinos, tiene ya más de 15 días de haber ingresado en esta propiedad privada y comenzado a talar árboles para construir, esto pese a los señalamientos de peligro que hay en el lugar.
Ninguna autoridad ha intervenido debido a que se trata de un terreno particular, por el que atraviesan a 3 metros de profundidad líneas que transportan productos de la petroquímica, convirtiéndola en una zona de alto riesgo.
Las autoridades municipales sólo han hecho la recomendación a las familias que abandonen el lugar por considerarse una zona de peligro, pero éstas argumentan no tener un patrimonio propio donde habitar y por lo tanto no saldrán.
Hace algunos años, en esta misma zona, ocurrió la muerte de dos trabajadores de Pemex sepultados por un alud de tierra mientras reparaban unas líneas, pero aun con este trágico antecedente, las familias no desisten de invadir el terreno que colinda con la barda perimetral del Hospital General de Petróleos Mexicanos.
La práctica de la invasión de terrenos de particulares no se detiene, tal como ocurrió en la plaza de toros en 2014, donde integrantes de Antorcha Campesina se adjudicaron este terreno que es propiedad de un particular.
La invasión de terrenos ha recibido muchas críticas por parte de la ciudadanía ya que además de representar un peligro no sólo para los invasores sino para la población, quienes ocupan estos espacios son personas que no tienen necesidad, ya cuentan con un patrimonio y lo único que buscan es vender estos terrenos.