29 de Noviembre de 2024

A Chepina Peralta no le gustaba cocinar

*Fue de las primeras mujeres que aparecieron cocinando en la televisión

Agencias

Ciudad de México

“A mí no me gustaba cocinar”, confesó Chepina Peralta cuando se le preguntaba su amor por la cocina. Chepina, quien falleció a sus 90 años de edad, era una persona muy sonriente, durante una entrevista recordó que en 1967 fue la primera mujer en América Latina en presentar un programa de cocina en la televisión.

No sólo en la televisión presentó sus más varias recetas para darle gusto al paladar de las familias mexicanas, su talento llegó a YouTube, donde tenía un canal con 7mil 290 suscriptores.

Cuando confesó que en un inicio no le gustaba cocinar, explicó cómo fue que se lanzó a la aventura de crear arte en la cocina. 

“Una señora tuvo la idea de hacerlo y buscaron a una persona, a una mujer más o menos de mi edad en aquel entonces, treinta y pico, que tuviera facilidad de palabra. Soy maestra de oratoria, y querían a una señora que fuera auténtica ama de casa y que pudiera hablar, para hacer un programa de televisión de 15 minutos diarios. Por tres meses fue el primer contrato”, recordó.

Lucía Josefina Sánchez Quintanar, como es su nombre real nació en la Ciudad de México el 20 de octubre de 1930, sin estudios de cocina o de conducción inició su carrera en 1967, compartía que aprendió a cocinar por la obligación que tenían las amas de casa de hacerlo en aquel entonces.

“Yo no sabía cocinar ni me gustaba. En casa se cocinaba y se tenía que cocinar, pues había cinco niños y un marido en la familia, pero no me gustaba cocinar. Eso no lo dije en la entrevista y me dieron el trabajo, pero no tenía problemas porque me daban el guión y duraba 15 minutos”, compartió en 2019, en una charla en Querétaro. 

Realizó más de 7 mil programas en televisión y otros 9 mil más en la radio; además de colaborar en la Fundación Veytia y Anguiano por 33 años consecutivos y ser autora de revistas de cocina y 13 libros, desde 1997.

Entre sus programas más conocidos se encontraban "La Cocina de Chepina", "Cocinando con Chepina", "Chepina en tu cocina", "Su menú diario", "Sal y Pimienta", "Chepina y su “Menú Pando".

Aunque no tenía estudios de comunicación, en aquella entrevista, recordó que después de hacer su primer programa de televisión por sugerencia de un conocido en la Secretaría de Educación Pública (SEP) tramitó su licencia de locutora, por lo que se preparó con un gran número de guías de estudio.

Llegando a ser la Asesora Académica de la Universidad Popular Autónoma del Estado de Puebla y en 1998 fue vicepresidenta de Comunicación de la Cámara Nacional de la Industria de Restaurantes y Alimentos Condimentados (Canirac).​

Chepina contaba que se dio cuenta de la importancia que tenía la alimentación para la salud de la población y evitar el sobrepeso y la obesidad, fue entonces que conoció al doctor Escobar, que era endocrinólogo del hospital de La Raza, quien al darse cuenta del poder que tenía la televisión para educar a la gente, decidió ayudarla a entender enfermedades como la diabetes y la importancia de tener una dieta equilibrada.

CHEPINA DEJÓ DIVERSIÓN Y ENSEÑANZAS

En una entrevista que Chepina dio en 1979, habló sobre cómo surgió su amor por la cocina, siempre dijo que en un inicio no le gustaba cocinar, pero poco a poco aprendió a hacerlo, tomó cursos de gastronomía, así como de nutrición y hasta de enfermería, pues cuando se convirtió en mamá se dio cuenta de que eran necesarios esos conocimientos, así lo relató:

“¿Y quién te ha dicho que a mí me gusta cocinar? Nunca me ha gustado, pero me alegro de haber hecho esa bonita carrera con eso. Cuando me casé, y por pura intuición, empecé a congelar cosas, a preparar alimentos para tres o cuatro días precisamente para no cocinar diario. Luego, cuando nacieron mis hijos empecé a preocuparme seriamente por ellos, pues me di cuenta que no era apta para atenderlos como debía… así que estudié enfermería para inyectarlos, luego nutrición, pues no quería engordarlos, sino nutrirlos debidamente; luego me piqué estudiando, así que me convertí en maestra de oratoria y relaciones humanas. Desde luego que para aparecer en televisión tuve que convertirme primero en locutora para poder sacar mi licencia, luego vino lo estudiar otra vez nutrición, gastronomía, etcétera”.

Chepina consideró que a su público, que en su mayoría eran mujeres, amas de casa que la seguían por radio y televisón, les había dado alegría e inyectado ganas de cultivarse y de aprender cosas nuevas.

“Les he dado alegría, optimismo, inquietud por leer, por aprender cosas nuevas. Cuando doy una receta, procuro hacer un poco de historia, hacer mención de anécdotas famosas y a las señoras que me escuchan les dan deseos de cultivarse. Los mensajes que te llegan con alegría y buen humor, son los que más se te fijan en la mente. Eso es lo que yo he tratado de hacer con mi público”.


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