- En evento que los asistentes disfrutaron por más de 5 horas
AGENCIAS
CDMX
En una gran máquina del tiempo se transformó la Arena Ciudad de México, que llevó a miles de asistentes a un viaje a la década de los 60 del siglo pasado.
En el concierto Enrique Guzmán y los fundadores del rock en español, la frase que se corroboró en diversos momentos, durante la noche del domingo y las cinco horas de música ininterrumpida, fue casi una sentencia: Ritmos van y vienen, pero el rock permanece; la vida es el rocanrol.
En una velada de grandes éxitos e inolvidable presencia de solistas y agrupaciones, el público y los artistas disfrutaron tanto “como cuando era un jovencito”. Enrique Guzmán a sus 80 años de edad no necesitó nada más que su presencia y talento sobre el escenario.
“Cuánto tiempo me quedé atrás viendo a mis amigos rocanroleros actuando y yo decía ya quiero subir. Hoy es el día más bonito de mi vida… tengo en este micrófono mi alma metida, vida, esfuerzos, desvelos y el tener que dejar sola a mi familia, pero va mi corazón”. Su público comenzó a ovacionarlo: ¡Enrique, Enrique, Enrique! Y el cantante les devolvió los aplausos con temas como Más, Secretamente, Cariño y desprecio, Gotas de lluvia o Cien kilos de barro.
El espectáculo que inició por la tarde, se prendió con las mujeres rocanroleras como Vero Valdez y Baby Bátiz, quienes recordaron temas como Eddy Eddy, Vete con ella o Tú serás mi baby.
Benny Ibarra, quien también fue el conductor del show, interpretó Diablo con vestido azul, pero ya había lanzado a los espectadores: “Pura gente que ya no paga tenencia” y más adelante invitó -bromeando- a sus colegas “a regresar a los sarcófagos”.
Enseguida, Los Rebeldes del Rock, que lanzaron en 1960 su éxito La hiedra venenosa, ofrecieron ritmo y romanticismo al interpretar La bamba, Siluetas o Melodía de amor, con las cuales pusieron a cantar y aplaudir a los asistentes, en su mayoría adultos, de un recinto casi lleno.
Los Hooligans abrieron con Agujetas color de Rosa, en la cual tuvieron un gran coro acompañándolos. Siguieron con Acapulco rock, El gato loco y Despeinada, entre otras rolas, que mantuvieron el ambiente prendido, incluidas las luces de los celulares que se veían “como estrellas en el firmamento”, dijeron los músicos.
Entre snacks y bebidas, los asistentes escucharon a Los Rockin Devil’s con Hey Lupe, Chica Ye Ye, Gloria o Bule Bule, que al puro ritmo a go go sacudió el inmueble de Azcapotzalco. La memoria voló a una época donde el baile, las canciones y una juventud optimista gozaba y hasta se enamoraba escuchando rocanrol. En mayo de 2023, los viajeros se olvidaron de la época en que habitan y se unieron como antes al frenesí y alegría de la música rocanrolera, al menos durante varias horas, en un domingo inusual.
Los Hermanos Carrión también rememoraron el estilo único con el que se volvieron famosos en aquellos años. Se fue, Magia blanca, Creo estar soñando, Las cerezas o Lágrimas de cristal fueron algunos de los temas que interpretaron. “Nos da mucha alegría de cantar y recordar aquellos tiempos tan bonitos”, dijeron los Carrión, que recordaron a su hermano Héctor, fallecido en 2015.
También se escucharon aplausos para quienes ya no están en el plano terrenal como Manolo Muñoz o Johnny Laboriel; después Los Locos del Ritmo tocaron y alocaron al público con Pólvora, Tengo una novia o Aviéntense todos y Roberto Jordán los puso a cantar con sus éxitos como No se ha dado cuenta, Amor de estudiante o Hazme una señal, canción que según dijo le abrió las puertas de la fama.
Los colegas y amigos rocanroleros de Enrique Guzmán regresarán en noviembre, según adelantó el productor Enrique Gou, ante miles de personas que no notaron el transcurrir del tiempo, gracias a que recordaron, cantaron y gozaron escuchando la banda sonora de su vida.