Calles en pésimo estado, insalubridad permanente, delincuencia y vandalismo, son problemas que por más de 20 años han tratado de erradicar las autoridades sin tener éxito, acostumbrados a la inseguridad, los habitantes prefieren resguardarse en sus viviendas durante el toque de queda.
YANDDERITH RODRIGUEZ
Coatzacoalcos
Desde hace 20 años, residentes provenientes de otros sectores en peor estado, comenzaron a llegar a la colonia Teresa Morales en busca de un lugar digno donde vivir, pero pasaron los años, y la situación seguía siendo la misma, la tranquilidad se esfumó, los servicios básicos solo favorecieron a unos cuantos, y las condiciones de vida, más que seguras, se volvieron intranquilas e insalubres.
Actualmente en algunas calles la situación no ha mejorado, los problemas aun no logran resolverse, y la desorganización y desidia de vecinos ha hecho que su forma de vida sea agobiante y en algunas ocasiones amenazante ante los problemas que aún no logran resolverse.
Pero una de las situaciones que jamás olvidaran los vecinos de este sector, fue lo ocurrido hace seis años, cuando las fuertes lluvias provocaron un desastre en la zona, pérdidas materiales e incluso accidentes que afortunadamente no terminaron en tragedia, pero cuya historia tiende a repetirse de no tener apoyo inmediato de las autoridades.
Entre los problemas actuales están el deterioro de sus calles, lo que no permite que sean beneficiados con el servicio de transporte urbano y contaminación de calles y banquetas, lo que ocasiona discusiones entre vecinos del sector.
COMO BARCO A LA DERIVA
En menos de un año, los representas del sector han renunciado a su puesto, la falta de organización, nulo apoyo y promesas que quedan en el aire, han hecho un fastidio el intentar mejorar las condiciones de la colonia.
“Tenemos más de 20 años pidiendo que nos apoyen, que nos den servicios, pero ya nos cansamos de tantas promesas, ya muchos nos acostumbramos a vivir así”, dijo doña Margarita, vecina de la calle Lomas del Bosque.
Para ella recorrer las vías alternas hasta llegar a la calle principal, es todo un martirio, los cúmulos de tierra, escombros, hasta cristales arrojados a las calles, son trampas que ocasionan accidentes y caídas peligrosas a los vecinos.
“Me cuesta mucho caminar por las calles, hay veces en que sí me caigo y me lastimo mis piernas, que ya me duelen mucho, ojalá y pronto las autoridades nos puedan apoyar porque si es una obra que necesitamos”, dijo.
Con las lluvias las condiciones de la colonia se complican, ya que por varios días permanecen encharcadas, lo que evita que los residentes puedan disponer del transporte público, teniendo que caminar largos tramos hasta llegar a la calle principal a esperar el urbano o taxi, estos últimos normalmente o ingresan a la colonia por temor a ser presas de la delincuencia.
IMPARABLE CONTAMINACIÓN
A parte de lidiar con daños en sus calles, los residentes de la colonia Teresa Morales tienen que buscar la manera de evitar contacto con desperdicios que son arrojados a las calles, pues aseguran que el servicio de limpia pública no funciona adecuadamente.
“Hay ocasiones en que solo pasan una vez por semana, y a la gente se le hace fácil tirar la basura en las banquetas o en las esquinas de la calle, por un lado los pepenadores hacen un desastre al estar revisando la basura, dejan todo regado, y por otro los animales que dejan los desperdicios regados por toda la calle, esto da un mal aspecto a la colonia y así el personal de limpia púbica ya no se lleva la basura”, comentó.
Las supuestas multas que aplicarían a los habitantes que contaminaran áreas prohibidas o que sacaran a destiempo los desechos, solo fue una promesa más que quedó en el olvido, por lo que exigen a las autoridades orden y mano dura para quienes no respeten el reglamento.
“De nada sirve que pongan letreros de no contaminar las calles, porque la gente lo sigue haciendo, parece que dijera que sigan tirando basura, las personas no entiende y luego reclaman por lo que ellos mismos provocan”.