Se asentaron en áreas peligrosas por necesidad, otros más por ambición y el resultado de su acción está ocasionando serios problemas a la salud de los residentes, al ser contaminada a diario el punto de desagüe.
YANDDERITH RODRIGUEZ
Coatzacoalcos
Peatones han caído por accidente, niños son salpicados por las aguas pestilentes y los conductores siguen sin respetar los pocos señalamientos que aún se aprecian, un lugar donde no hay orden, ni interés de las autoridades por poner un alto a la invasión de zonas peligrosas, que lejos de la necesidad de las familias, ponen en riesgo su integridad.
Se trata del área que rodea el parque la Noria, sitio insalubre, contaminado y sin vigilancia pese a ser necesaria, a un costado se encuentra un canal de aguas negras, y cuyo nivel es crítico, y es que durante las lluvias bastan unos cuantos minutos para que el lugar se vuelva un desastre, las calles quedan inundadas, con esto la molestia de los peatones al ser salpicados por la falta de cultura de los conductores, que algunos por molestar transitan a gran velocidad.
La delincuencia en la zona, sigue en las mismas, el parque sigue siendo punto de reunión de parejitas que hacen de las suyas a la vista de todos, o incluso pandilleros que hacen sus destrozos en el lugar, por lo que madres de familia evitan llevar a sus hijos al centro recreativo, ante la nula seguridad.
ROBOS HASTA EN EL DÍA
Solitario se encuentra en lugar, pese a que continúan realizándose actividades deportivas, el área de juegos pocas veces es visitado por los niños, la razón de esto es la delincuencia, misma que avanza sin control, a un costado se encuentra un módulo de seguridad que por las noches sirve como lugar de citas para parejitas, las luminarias ya no funcionan y la insalubridad, el peor enemigo para residentes y usuarios.
Hace algunos años las áreas verdes que rodean al parque la Noria, fueron invadidas por algunas familias, problema que jamás quedó resuelto, de inmediato comenzaron a construir sus viviendas, la mayoría de lámina y otros materiales poco resistentes, pero el problema no acaba ahí, pues a un costado de sus viviendas se encuentra un canal de aguas negras, el cual con frecuencia queda obstaculizado por basura y otros materiales que son arrojados por personas que transitan por el lugar, el olor es insoportable, pero estas familias tuvieron que acostumbrarse a vivir de esta manera, ya que situación económica es preocupante y su sueldos raquíticos.
Todos temen que un día sean desalojados, pero esto no evita que sigan llegando más personas al lugar, sus viviendas son pequeñas, inseguras y vulnerables a todo tipo de factores, pero uno de los más graves: a sufrir de enfermedades al estar junto a pestilentes aguas negras.
“Al principio no soportábamos el olor, pero como dicen, a todo se acostumbra uno, tenemos ya varios años aquí, pero siempre con miedo a que nos vengan a correr”, dijo uno de los vecinos quien omitió su nombre.
A diario tienen que limpiar el área, sacar la basura que personas irresponsables arrojan al desagüe, esta labor cotidianamente la realizan las amas de casa, con el peligro a ser atacada por algun animal o sufrir de alguna infección en la piel.
“Se ha puesto hasta carteles para que dejen de tirar basura, pero el problema es que vienen por la noche y tiran las bolsas de basura al canal, por eso se tapa, cuando llueve si nos va muy mal, porque se mete el agua a nuestras casas y quienes se enferman más son los niños”, dijo.
Lidiar con problemas de delincuencia para los vecinos de esta zona es ya una costumbre, cada quien tiene determinada sus estrategias, pero pese a ser familias humildes, muchas veces no logran salvarse de las garras del vandalismo, la insalubridad es la que avanza desmedidamente, siendo los más afectados los niños, a diario soportan dolores de cabeza, estómago, infecciones en la piel como resultado de estar ubicados en un área peligrosa.
